La pandemia ha tenido profundos efectos en la economía global. Pero el impacto ha sido desigual. Los más perjudicados han sido los más pobres y los más vulnerables. Esta realidad aplica al comparar países, regiones, colectivos o personas. Las economías más sólidas, como las de Estados Unidos, Europa occidental, China o Japón muestran signos de recuperación. Mientras, América Latina o África verán incrementar los índices de pobreza. El aumento de la desigualdad se ha profundizado con la pandemia, lo que supone un alto coste social.
Por sectores, la industria y la tecnológicas saldrán mejor libradas. Por el contrario, los servicios, el turismo y el entretenimiento tardarán en soltar el lastre. Los países que dependen de este tipo de actividades, como España o Italia, sufrirán más que sus pares industrializados, como Alemania o el Reino Unido.
Y a medida que se agudiza la crisis, las desigualdades sociales se profundizarán. Los países donde las divisiones eran más marcadas antes de la pandemia, experimentarán el mayor crecimiento de las brechas. Y aquí, España, como en otras variables, queda mal parada.
Crecen las desigualdades
Superar la crisis económica producto de la pandemia no es solo cuestión de frenar la caída del PIB o lograr un repunte. Es necesario también reducir las desigualdades. El más reciente informe de la ONG Oxfam Intermón señala que la pandemia del coronavirus podría hacer que, por primera vez en la historia, la desigualdad se incremente al mismo tiempo en casi todos los países del mundo.
Una encuesta realizada por Oxfam entre 295 economistas de 79 países mostró que el 87% de los consultados estima que la desigualdad de ingresos aumentará en sus respectivos países como consecuencia de la pandemia. Asimismo, más de la mitad de los economistas entrevistados estiman que es probable que la desigualdad de género aumente. Más de dos tercios piensa lo mismo respecto a la desigualdad racial. Además, dos tercios de los consultados consideran que sus Gobiernos no han adoptado ningún plan contra la desigualdad.
Un alto coste social
No se trata solo de opiniones. Los hechos dan fe del problema que se avecina. El informe de Oxfam Intermón destaca que las 1.000 mayores fortunas del mundo solo han tardado 9 meses en recobrar su nivel de riqueza antes de la pandemia. Mientras que para las personas en mayor situación de pobreza la recuperación podría prolongarse por unas décadas. En concreto, los más pobres tardarán 14 veces más en recuperarse que los más ricos.
Paradójicamente, la fortuna acumulada por los 10 milmillonarios más ricos del mundo desde el inicio de la crisis sería suficiente para garantizar que ninguna persona del mundo se vea sumida en la pobreza a causa del virus, así como para financiar la vacunación contra la COVID-19 de toda la población mundial. No obstante, la OMS ha advertido que las vacunas se está distribuyendo de manera desigual. Solo los países ricos tienen acceso.
Las desigualdades también se evidencia en el tema del género. A nivel mundial, las mujeres están sobrerrepresentadas en los sectores económicos más afectados por la pandemia. Si la presencia de hombres y mujeres en dichos sectores fuese totalmente equitativa, 112 millones de mujeres dejarían de tener un riesgo elevado de perder sus ingresos o empleos, asegura el informe.
Necesidad de acciones urgentes
La etnia también es un factor de inequidad. En Brasil, las personas negras tienen un 40% más de probabilidades de morir a causa de la COVID-19 que las de piel blancas. En Estados Unidos, la población latina y negra también afronta un mayor riesgo de muerte por COVID-19 que la población blanca.
Si bien el problema es de por muy grave, la poca voluntad para resolverlo lo profundiza. El Banco Mundial ha calculado que si los países empiezan a adoptar medidas para reducir la desigualdad, la pobreza volvería a los niveles previos a la crisis en solo tres años. Sin embargo, si no se hace nada habría que esperar más de una década.
Desigualdad y pandemia en España
En el caso de España, el aumento de la desigualdad en medio de la pandemia es especialmente preocupante. Según el estudio, el impacto de la COVID-19 podría empujar a 1 millón de personas más por debajo de la línea de pobreza. De ellos, 790.000 estarían en pobreza severa. Y se llegaría a los 10,9 millones. A juicio de los especialistas de Oxfam Intermón, son «niveles inéditos».
La pandemia ha profundizado una desigualdad que ya era preocupante. Antes de la crisis sanitaria, España era uno de los países más desiguales de Europa. El quinto, por detrás de Rumanía, Letonia, Lituania y Bulgaria. En fin, era la nación más desigual de Europa Occidental. En 2018 España mantenía una desigualdad todavía superior a la existente en los años previos a la crisis de 2008, cuando incrementó notablemente su diferencial respecto del promedio de la Unión Europea.
Un problema mayor
En España, como en el resto de los países con gran desigualdad, la pandemia agravó el problema. El estudio estima que las personas en situación de pobreza severa (que viven con menos del equivalente a 16 euros diarios) podrían alcanzar los 5,1 millones en España. En términos porcentuales, sería un 10,86%. Antes de la llegada del coronavirus se ubicaba en 9,2%.
La pobreza relativa (quienes ganan en torno a 24 euros al día), llegaría a 10,9 millones de personas. Esto es el 22,9%. Antes de la crisis sanitaria alcanzaban el 20,7%. Las personas más pobres en España han perdido, proporcionalmente, hasta 7 veces más renta que las más ricas.
Los más afectados
Los grupos más afectados por la desigualdad son los migrantes, los jóvenes y las mujeres. Para los migrantes la pobreza se ubicó en 57%, muy por encima de la media nacional de 22,9%.
El grupo que más ha visto aumentar la desigualdad salarial como resultado de las medidas de confinamiento es el de las personas menores de 30 años, seguidas de las personas adultas (entre 30 y 49 años) y finalmente de las personas mayores (entre 50 y 64 años).
Aunque las mujeres son el 45% de las personas ocupadas, representan el 57% de todas las personas subempleadas, el 73% de las que trabajan a tiempo parcial, y el 50% de las que tienen contratos temporales.
En este entorno, España se enfrentó en 2020 a un notable incremento de su desigualdad, con un índice de Gini que podría ascender hasta el 34,15, desde el actual 33. Esto quiere decir que «el índice de desigualdad esperado significaría un retroceso de varios años, hasta hacerse equivalente a la desigualdad de renta de 2016».
«Se trata del mayor incremento de la desigualdad en un único año en toda la década, por encima de los alcanzados en los años de la crisis de 2008-2014», concluye el informe. Desigualdad y pandemia le pasan una factura muy alta a España.
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