La producción agrícola es la causa del 50% de la pérdida total de bosques, incluye la agricultura intensiva y de subsistencia. El pastoreo de ganado contribuye a casi el 40% de la deforestación mundial. Cacao, aceite de palma, carne de vacuno y soja son los productos más demandados
Consciente de impacto de la demanda global de productos agrícolas en la deforestación, la Unión Europea aprobó una legislación pionera que impide la importación de productos vinculados a la deforestación. Sin embargo, por otros intereses, la Comisión Europea postergó su entrada en vigor. Una decisión polémica. las importaciones de la UE son responsables del 16% de la deforestación mundial.
La deforestación que impulsa la conversión de bosques en tierras agrícolas por la creciente demanda de soja, aceite de palma y carne es un problema global de gran magnitud. Sus consecuencias ambientales y sociales son graves. Se estima que casi el 90% del desmonte mundial está relacionado con la expansión agrícola. Entre 1990 y 2020 se perdieron 420 millones de hectáreas de bosque, una superficie del tamaño de Europa.
La producción agrícola es la causa del 50% de la pérdida total de bosques, incluye la agricultura intensiva y de subsistencia. El pastoreo de ganado contribuye a casi el 40% de la deforestación mundial. El aceite de palma representa el 34% de la deforestación asociada a productos agrícolas. Brasil es uno de los países más afectados por la destrucción de la selva, con el 43% de la pérdida global de bosques primarios tropicales en 2022.
Falla de origen
La responsabilidad de la deforestación no es solo de los productores agrícolas, también de los consumidores. La ley o Reglamento sobre Deforestación que puso en pausa la Comisión Europea, tiene como fin reducir sustancialmente la deforestación global vinculada a la importación de productos como carne de vacuno y soja que se utiliza para la alimentación y cría intensiva de vacas lecheras.
La ley que prohíbe la entrada de productos que hayan contribuido a la deforestación y degradación forestal entrará en vigor dentro de un año, el 30 de diciembre de 2025, para grandes empresas, y de año y medio, el 30 de junio de 2026, para pequeñas y medianas empresas. La normativa de la UE, pionera a nivel mundial, obligará a las compañías que importan carne, ganado en pie, café, cacao y soja a trazar sus cadenas de suministro y determinar que no han contribuido a la destrucción de bosques. Si no, enfrentarían sanciones significativas, incluidas las penales.
Mantener otro año la deforestación importada ha generado protestas de los defensores del medioambiente, que argumentan que la decisión responde a las presiones de los socios comerciales y de las empresas que alegan la necesidad de más tiempo para adaptarse a los nuevos requisitos. Señalan que un aplazamiento no garantiza que los pequeños productores puedan cumplir con los requisitos y advierten que la prórroga podría socavar los esfuerzos globales contra la deforestación y el cambio climático.
La Comisión Europea ha señalado que la aplicación de la ley tropieza con una serie de obstáculos relacionados con la capacidad de los pequeños productores de los países en desarrollo de cumplir la trazabilidad y certificación. Argumentan que no pueden asumir los altos costos y carecen de infraestructura. Nathalie Lecocq, directora general de una asociación de la industria de aceites vegetales y harinas proteicas de la UE, manifestó la necesidad de una decisión formal lo antes posible. «Los actores de la cadena de suministros necesitan claridad y seguridad jurídica», afirmó.
La prórroga aplicada a la ley fue recibida con alivio por las grandes empresas del sector alimentario. Nestlé, Mars, Ferrero y Mondelez, involucradas en las cadenas de suministro de productos como cacao, café y aceite de palma, lo consideran una oportunidad para «afinar sus estrategias para el cumplimiento de las nuevas normativas». Cocoa Coalition, el grupo que las representa, se opone a reabrir negociaciones sobre el contenido de la ley prorrogada. Argumenta que aumentaría la incertidumbre y pondría en peligro las inversiones realizadas.
Ferrero, dueño de las marcas Ferrero Rocher, Kinder y Nutella, se ha preparado para cumplir la regulación antes de fin de año. Se ha centrado en la diligencia debida y la trazabilidad. Nestlé invirtió en un sistema informático y trabaja para cumplir con los requisitos de mapeo y rastreo. Manifestó que modificar la ley pondría en peligro el trabajo realizado en un año. La italiana Lavazza acogió con agrado la prórroga, pero la considera insuficiente para garantizar su cumplimiento. Tampoco le gustan las multas propuestas. «Son desproporcionadas y representan una amenaza significativa para el negocio», declaró.
Ajustes técnicos, desafíos complejos
A las empresas les preocupan los desafíos técnicos, los datos sobre los envíos y las normas legales y comerciales lo ven como un desafío logístico y tecnológico de alta complejidad desarrollar sistemas de seguimiento y trazabilidad que permitan rastrear los productos hasta su origen en las plantaciones. Implica el uso de tecnologías geoespaciales y recopilación de grandes cantidades de datos. Además, señalan que las diferencias en las regulaciones nacionales y las prácticas agrícolas en los países productores dificultan la armonización de los sistemas de trazabilidad. ¿Y cómo trazan las ganancias, los sueldos, las pérdidas?
Lavazza que compra alrededor de 300.000 toneladas de granos de café sin tostar al año a 20 países diferentes dice con la cara muy dura que si cumple los requisitos de la UE puede socavar la diversidad de sus fuentes de abastecimiento.
Trabajar en la previsibilidad
El cacao es uno de los sectores más afectados por la deforestación. Empresas como Ferrero y Nestlé invirtieron en programas de trazabilidad y sostenibilidad para garantizar que su cacao provenga de fuentes sostenibles. Pese a lo cual reconocen que aún queda mucho por hacer.
«Llevamos años trabajando en la trazabilidad de nuestro cacao», afirma Francesco Tramontin, vicepresidente de Ferrero. «Pero la nueva regulación plantea desafíos adicionales que requerirán de una inversión continua en tecnología y capacitación».
Nestlé invirtió en un nuevo sistema informático y trabaja para cumplir con los requisitos de mapeo y rastreo de EUDR. Plantea que modificar la ley puede poner en peligro un año de trabajo de la compañía.
Nestlé tiene un plan para lograr una cadena de suministro libre de deforestación para 2025 en productos como carne, aceite de palma, soja, azúcar, cacao y café. A finales del 2023, había alcanzado el 93,4% de su objetivo. Cuenta además con su programa de trazabilidad, con alrededor de 125.000 productores de cacao ya mapeados.
El retraso le dará tiempo para probar nuevas herramientas. Incluido un nuevo sistema de TI proporcionado por la UE que estaría disponible en diciembre. «Es muy importante tener previsibilidad”, dijo Bart Vandewaetere, vicepresidente de comunicaciones corporativas y compromiso ESG de Nestlé en Europa.
Más allá de las fronteras europeas
La ley de la UE, que busca regular la importación de productos agrícolas tiene un alcance global. La Comisión Europea ha declarado que la propuesta de prórroga no cuestiona los objetivos ni la esencia de la ley. Pero admite que el estado de preparación entre las partes interesadas en Europa es desigual.
Las críticas a la normativa provienen tanto de dentro como de fuera de la unión. Representantes del gobierno estadounidense pidieron posponer la ley. Países como Brasil, Indonesia y Malasia, grandes productores de estas materias primas, expresaron su preocupación por el impacto de la normativa en sus exportaciones y en la vida de sus agricultores.
Brasil, en particular, expresó su oposición a la ley. Argumenta que podría afectar más del 30% de sus exportaciones totales hacia la UE. La nación sudamericana ha presionado para que se modifiquen algunos aspectos de la normativa. Alega que podría crear barreras comerciales injustificadas.
Delicado equilibrio
La cadena de suministro de café ya está bajo presión por factores logísticos y climáticos. Lo que ha provocado un aumento en el costo de las materias primas Arábica y Robusta.
Según la asociación de fabricantes de alimentos para animales Fefac, el coste de la harina de soja conforme a la legislación de la UE estrá entre un 5% y un 10% más alto que el precio normal del mercado.
Como resultado de la demora, algunos actores también podrían enfrentar pérdidas significativas después de pagar primas por productos que cumplen con la ley o incurrir en costos laborales adicionales.
“Pueden afectar a otros actores más abajo en nuestras cadenas de suministro de palma o soja, y también a otras cadenas de suministro de materias primas”, dijo Lecocq de Fediol.
El precio de la demora
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace y otros 220 grupos ambientalistas, expresaron su profunda preocupación por la medida. Señalan que recompensa a las empresas que se benefician de la destrucción ambiental y penaliza a quienes ya han invertido en prácticas sostenibles.
“El consumo de la UE sigue siendo un importante factor de pérdida de biodiversidad global, en particular en ecosistemas críticos como el Amazonas, que se está acercando a un punto de inflexión irreversible”, afirmó Anke Schulmeister-Oldenhove, responsable de política forestal de WWE. “¿Cuánto bosque más debemos perder para que los responsables políticos comprendan la urgencia de actuar de inmediato?”
La demanda de algunos productos básicos aumentó en los meses previos a la postergación debido a las preocupaciones sobre el abastecimiento. Aunque los precios del café robusta, que subieron debido a la escasez de suministro y al clima extremo que afectó las cosechas, cayeron luego de la propuesta de postergación.
Los observadores del mercado creen ahora que al dar a las empresas más tiempo para abastecerse de sus productos, la demora probablemente mejore las perspectivas de suministro de materias primas blandas en la UE, y, con suerte, limiten el riesgo de picos en los precios.
Equilibrio difícil
La UE se encuentra ante un dilema. Por un lado, debe proteger los bosques tropicales y la biodiversidad. Por el otro, debe garantizar la competitividad de sus empresas y evitar crear barreras comerciales injustificadas.
La decisión de aplazar la ley refleja la complejidad de los desafíos y la dificultad de encontrar el punto de equilibrio entre los intereses económicos y ambientales. ¿La prórroga de la ley ofrece una oportunidad para encontrarlo?
Aunque brinde un respiro a las empresas y a los países productores, es un revés temporal, que no debe desanimar a los defensores del medio ambiente. Quienes mantienen la presión para que la UE no ceda en su compromiso con la lucha contra la deforestación y el establecimiento de cadenas de suministro globales más sostenibles y transparentes.
La propuesta de prórroga fue aprobada por el Consejo Europeo, pero aún debe ser ratificada por el Parlamento Europeo. Si se aprueba, la ley será vinculante a partir del 30 de diciembre de 2025 para los grandes operadores y comerciantes. Y a partir del 30 de junio de 2026 para las micro y pequeñas empresas.