El fabricante chino de coches BYD cambió de ramo al concienciarse de la creciente epidemia del coronavirus. Construyó una planta de mascarillas y en cuestión de semanas se convirtió en la más grande del mundo.
La factoría funciona a plena capacidad y puede producir 5 millones de máscaras y 300.000 botellas de desinfectantes por día, con lo que ayudar a aliviar la grave escasez que ha afectado los hospitales y centros de saludad en toda China ante el brote del COVID-19.
A finales de enero, cuando todavía la OMS no había declarado la pandemia, el presidente de BYD, Wang Chuanfu, nombró un equipo especial para diseñar la planta. En el proyecto y su ejecución participaron más de 3.000 ingenieros en investigación, desarrollo, diseño y procesamiento.
BYD Opens World’s Largest Face Mask Manufacturing Plant
Currently operating at full capacity—able to produce 5 million masks & 300,000 bottles of disinfectants per day
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— BYD (@BYDCompany) March 13, 2020
El 8 de febrero, BYD anunció oficialmente la producción de máscaras y geles de desinfección para hacerle frente al brote de COVID-19 las 24 horas del día.
BYD Co Ltd es un fabricante de automóviles, bicicletas que funcionan con baterías, autobuses, carretillas elevadoras, paneles solares, baterías recargables, camiones. Tiene dos filiales principales, BYD Automobile y BYD Electronic. Fue fundado en febrero de 1995 y ahora produce mascarillas en uno de los parques industriales en Shenzhen.
Además de BYD, Guangzhou Automobile Group, la petrolera Sinopec y el ensamblador de iPhone Foxconn están produciendo mascarillas ante la emergencia global.
Otra propuesta en 3D
Una empresa tecnológica española propone una alternativa ante la falta de mascarillas en los hospitales. Se trata de mascarillas impresas en 3D, reutilizables y de muy bajo coste.
Xkelet Easylife es una empresa de software especializada en impresión 3D. Su centro de investigación y producción está en Girona. Y diseñó una carcasa de mascarilla semirrígida para personal sanitario.
— Xkelet (@xkelet_hello) November 18, 2019
A diferencia de las mascarillas quirúrgicas desechables, de usar y tirar, esta mascarilla impresa en 3D, elaborada con resina, es reutilizable. Solo es necesario esterelizarla y cambiarle el filtro.
Xkelet afirma que pueden producir 750 mascarillas diarias. El coste de producción es de 2 euros por unidad.
Uno de los responsables de la empresa precisa que la carcasa no está diseñada para equipar filtros FFP3, los de máxima seguridad, sino filtros de tejido como los de las mascarillas quirúrgicas convencionales, que ofrecen toda la protección necesaria para evitar el contagio por coronavirus.
Inventiva a prueba
El equipo de Copper3D, fabricante del filamento antibacteriano PLActive, compartió el diseño de una mascarilla N95. Válida para su fabricación en prácticamente cualquiera impresora 3D FDM. Y cuyo archivo está disponible en su web para su descarga de forma libre y gratuita.
Ante esta situación de emergencia por la propagación del #COVID19, @Copper3D_Global ha compartido el diseño de una mascarilla, un equipo de protección básico y muy escaso en la actualidad, para imprimirla en prácticamente cualquier impresora 3D FDMhttps://t.co/CBqJ5LSs9h pic.twitter.com/eLOfeJEo0B
— Filament2print (@filament2print) March 20, 2020
Advierte la empresa que esas máscaras, aunque son efectivas, tienen ciertas limitaciones, como un ciclo de vida corto (aproximadamente 8 horas). Los virus respiratorios, específicamente el SARS-Cov-2 (COVID-19), pueden vivir hasta 72 horas en diferentes superficies. Y al final del día tendríamos una alta carga viral/bacteriana atrapada a tan solo unos milímetros de nuestra nariz y boca, exponiéndonos aún más a estos peligrosos microbios.
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