MIT Technology Review
Los periodistas y los científicos tienen en común que odian que otros se les adelanten y publiquen primero la información en la que han venido trabajando. Y es especialmente molesto cuando la noticia es «falsa».
Fue lo que sucedió la semana pasada en la reunión de la Sociedad Internacional para la Investigación de Células Madre en Boston. El diario The Guardian lanzó la noticia de un sensacional «avance» científico. Una investigadora llamada Magdalena Zernicka-Goetz, en la Universidad de Cambridge y Caltech, había anunciado la creación de «embriones humanos sintéticos» utilizando células madre como punto de partida.
La razón por la que la historia de The Guardian molestó es que esta idea no es tan nueva. El sorprendente hecho de que las células madre se autoorganizaran en estructuras que comparten características con embriones reales se conoce y estudia desde hace varios años, como informamos por primera vez en 2017.
Desde entonces, varios laboratorios han estado en una feroz carrera competitiva para hacer que estos «modelos de embriones» sean más completos, más realistas y cada vez más embriones completos, con tejido de placenta.
Lo que irritó a los científicos fue que Zernicka-Goetz aparentemente afirmó haber terminado la carrera, pero sin proporcionar prueba científica alguna.
«Manchas de masas de células débilmente organizadas»
Un científico español, Alfonso Martínez Arias, lanzó rápidamente una campaña en Twitter en la que denunció ferozmente las “noticias falsas” y la ciencia “posverdad”. Martínez Arias dijo que en realidad lo que Zernicka-Goetz había producido eran manchas de «masas de células débilmente organizadas» con una similitud limitada con los embriones reales.
El giro en la historia es que en realidad si hubo un gran avance, pero lo hizo un laboratorio diferente. Poco después de que apareciera la historia en The Guardian, Jacob Hanna, un científico con sede en Israel, publicó un artículo preliminar que describía modelos de embriones sintéticos extremadamente realistas que crecieron hasta una etapa cercana a 14 días. Según Arias, Hanna “mostró exactamente” lo que Zernicka-Goetz había afirmado, “pero que no había hecho”.
Zernicka-Goetz dijo más tarde en Twitter que las creaciones de su laboratorio “no son embriones reales”. “En respuesta a las informaciones recientes sobre la investigación de mi grupo, me gustaría aclarar que nuestro objetivo no era aparecer en los titulares, sino compartir nuestra investigación con la comunidad. No podemos controlar cómo las noticias informan sobre nuestros descubrimientos, pero estamos agradecidos por el interés y los comentarios constructivos”, concluyó.
No es insólito que los científicos intenten enfrentarse unos a otros, que compitan. Lo preocupante de las travesuras de la semana pasada es que estamos hablando de creaciones de laboratorio que eventualmente podrían considerarse y contarse como embriones humanos reales.
Falta reglamentación, pero no que se detenga la investigación
“Necesitamos un marco definido, lo que vemos aquí es una carrera bastante salvaje entre laboratorios”, dijo el editor de una revista durante la reunión de ISSCR. “La pregunta general es ¿hasta dónde llegan esos ‘embriones’ y dónde los ubicamos en un espectro legal-moral? ¿Cómo podemos avalar una investigación que están mucho más avanzada que hace dos años?”.
Entonces, ¿hacia dónde conducirá la carrera? La mayoría de los científicos dicen que el objetivo de imitar el embrión es estudiarlo durante el período en que se implantaría en la pared del útero. En los humanos, este momento rara vez se observa y los embriones de células madre podrían permitir a los científicos diseccionar estos momentos detalle a detalle.
Sin embargo, también es posible que estos embriones de laboratorio resulten ser reales, tan reales que si alguna vez fueran trasplantados al útero de una persona, podrían convertirse en un bebé. Hasta ahora, organizaciones científicas como la ISSCR dicen que debería prohibirse el trasplante de un embrión humano sintético.
No obstante, los avances técnicos sugieren que podría ser posible incubarlos completamente fuera del útero. Los científicos no solo pueden cultivar embriones en el laboratorio durante períodos más largos, sino que, en el otro extremo del desarrollo, los bebés prematuros pueden mantenerse vivos cada vez más temprano.
“No veo ninguna razón para detener la investigación sobre embriones sintéticos o no puedas reproducirte de esta manera”, dijo Carlos Gantner, miembro del equipo Zernicka-Goetz.
Pero, ¿te gustaría? Curiosamente, cualquier persona que se desarrollara a partir de un embrión sintético sería un clon, un clon de las células de quien se usaron para hacer el embrión. Si está buscando un ejército de clones, como en Star Wars, esta es la tecnología que querrá considerar.
La ciencia acumula fracasos hasta que avanza
Mientras, como se informó el año pasado, una nueva empresa quiere hacer embriones humanos sintéticos y cosechar sus diminutos órganos para usarlos en medicina de trasplantes. La idea es utilizar los modelos de embriones como “bioimpresoras 3D”.
En abril, investigadores en China intentaron con monos dar lugar a un nacimiento vivo desde embrión sintético, pero no funcionó.
La ciencia no se detiene, no importa cuántos fracasos acumule antes de que se oiga la palabra “eureka”. Mientras, la policía interrumpió una presentación científica muy concurrida sobre nueva tecnología de rejuvenecimiento. El alboroto en Boston que ameritó la imposición del orden por medios policiales lo ocasionó la empresa Altos Lab. Explora la reversión de la edad en células animales y humanas. Un tema que despierta mucho interés. El público está deseoso de que le informen que los ingenieros biotecnológicos lograron revertir el proceso de la vida. «La hazaña máxima». Lo hará.