En un planeta en el que comer proteína animal se está convirtiendo, incluso, en parte de la emergencia climática, la llamada carne artificial busca convertirse en una alternativa.
Según los expertos, el 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero procede de la cría y procesado del ganado.
La ganadería usa el 80% de la superficie agrícola del mundo y se lleva el 40% de la producción mundial de cereales. Además, el ganado industrial y sus flatulencias representan casi el 14,5% de todas las emisiones de gases nocivos.
La producción de carne animal consume el 10% de los recursos hídricos del planeta.
¿Hay beneficios en ese proyecto de obtener una carne sin tener que sacrificar a ningún ser vivo? Los investigadores ya están detrás de ello.
Pro tip: wake them up with this Beyond Breakfast Burrito in the morning.
Full recipe ➡️ https://t.co/7gC1kF6vzG#GoBeyond pic.twitter.com/xBueH8rap4
— Beyond Meat (@BeyondMeat) February 14, 2020
Un «milagro» que salvaría el planeta
La carne artificial o «de laboratorio» se presenta como una alternativa casi milagrosa que promete revolucionar la industria alimentaria.
Se trata de aquella que se crea en laboratorios a partir de células madre extraídas de los músculos y de otros elementos orgánicos como pueden ser plumas.
Estas células se recolectan mediante biopsias, causando un daño mínimo al animal, y luego se reproducen de forma controlada, de manera que crecen y forman un nuevo tejido muscular.
Tuvo su origen en experimentos llevados a cabo por la NASA a comienzos de la década de 1990, con el objetivo de encontrar la fórmula para poder alimentar a astronautas.
No fue hasta 2013 cuando se presentó (y se comió) la primera hamburguesa creada en laboratorio.
La bautizaron irónicamente con el nombre de Frankenburger (en alusión a Frankestein). Fue desarrollada por la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos.
La primera experiencia de la carne artificial basada en células fue un éxito considerable, pensando en que era la primera muestra pública de un producto de este tipo.
Pero aún faltaba mucho camino por recorrer. Esos cerca de 200 gramos de carne costaron casi €250.000, lo que hasta ahora es uno de los principales obstáculos en su masificación.
De momento, este alimento está lejos de ser comercializado, aunque varios países están investigando para desarrollarlo: Estados Unidos, Japón, Países Bajos, Israel y España.
En la península ibérica, una empresa vasca, Biotech Foods, quiere ser pionera en la comercialización de carne sintética bajo la marca Ethica Meat.
Pero no será hasta 2021 cuando esto vea la luz.
Opciones vegetales
Aunque para muchos el sabor y la textura de la carne artificial dista mucho de la real se está experimentando con la mezcla de otros ingredientes.
Otro aspecto problemático es el aporte de nutrientes como vitaminas o minerales, muchos de los que pueden quedar fuera en el proceso de desarrollo en laboratorio.
Los científicos trabajan para que la carne artificial tenga las mismas propiedades nutricionales que la natural.
Comercialmente existen, de momento, marcas como las estadounidenses Beyond Meat e Impossible Foods, con base en vegetales.
El resultado son alimentos procesados, del tipo hamburguesas, salchichas o embutidos y hasta pollo «vegetal»; que ya se pueden encontrar en supermercados y restaurantes.
Marcas como Burger King o KFC han adoptado estas «carnes veganas» para satisfacer a su clientela.
Para más información visite Cambio16.com
Lea también:
Las aguas residuales le pasan factura a España