La vida en la Tierra necesita de la luz del sol. Pero para avanzar también requiere protegerse de esa misma luz. Ese es el papel que desempeña la capa de ozono. Este delgado escudo invisible que rodea a nuestro planeta absorbe la mayor parte de la dañina luz ultravioleta del sol. Al hacerlo, la capa de ozono ayuda a proteger a los humanos del cáncer de piel y las cataratas. También beneficia a las plantas, los cultivos y los ecosistemas.
El año 2020 marca más de tres décadas de esfuerzos globales para conservar y restaurar el ozono, que han dado sus frutos. Los científicos alertaron por primera vez sobre la capa de ozono a finales de la década de 1970. Fue cuando descubrieron que los productos químicos estaban destruyendo este escudo protector. Algunos gases usados en aerosoles, refrigeradores y acondicionadores de aire estaban agotando rápidamente la capa. A mediados de la década de 1980 se descubrió un agujero sobre la Antártida.
Soluciones urgentes
En respuesta, los Gobiernos del mundo adoptaron el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono en 1985. Gobiernos, científicos e industria trabajan juntos para eliminar el 99% de todas las sustancias que agotan el ozono. Gracias al esfuerzo mundial, la capa de ozono se está recuperando. Se espera que vuelva a los valores anteriores a 1980 para mediados de siglo.
“Necesitamos más que nunca esta unidad de propósito mientras buscamos abordar la pérdida de la naturaleza, el cambio climático y la contaminación a raíz de la pandemia de la COVID-19”, dice Inger Anderson, directora ejecutiva del Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas.
Tímidos avances
La capa de ozono se está curando lentamente. En 1987 todos los países del mundo prometieron salvar juntos la capa de ozono. Y ha funcionado, en parte. Con base en la última evaluación científica del agotamiento del ozono, completada en 2018, partes de la capa de ozono se han recuperado a una tasa del 1% al 3% por década desde 2000.
De mantener ese ritmo de recuperación, el ozono en el hemisferio norte y en latitudes medias podría sanar completamente para la década de 2030. El hemisferio sur hará lo propio en la década de 2050. Las regiones polares alcanzarán esta meta en 2060. El esfuerzo de protección de la capa de ozono también ha contribuido a la lucha contra el cambio climático al evitar alrededor de 135.000 millones de toneladas de emisiones equivalentes de dióxido de carbono de 1990 a 2010.
Se cierra del agujero
Otra buena noticia es que un estudio reciente de la Universidad de Colorado, en Boulder, Estados Unidos, ha descubierto que el agujero en el Ártico ha sido el más pequeño desde la década de 1980.
La investigadora principal, Antara Banerjee, de la Universidad de Colorado, dijo que se puede producir una restauración adicional de la capa de ozono si luchamos contra el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Añadió que denominan esto como una «pausa» porque las tendencias de circulación hacia los polos pueden regresar, mantenerse planas o cambiar. También dijo que es un tira y afloja entre los efectos contrarios de la recuperación del ozono y el aumento de los gases de efecto invernadero lo que decidirá los cursos futuros.
El Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS), de la Unión Europea, anunció el 23 de abril de 2020 que el enorme agujero en la capa de ozono del Ártico se había cerrado. CAMS ha estado observando de cerca el agujero de un millón de kilómetros cuadrados de ancho que se hizo sobre el Ártico en marzo.
Un día para recordar
El 19 de diciembre de 1994 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 16 de septiembre el Día Internacional para la Preservación de la Capa de Ozono. Así, conmemoran la fecha, en 1987, en la que se firmó el Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan la Capa de Ozono.
El propósito del Protocolo de Montreal es proteger la capa de ozono. Para ello, se busca reducir la producción de sustancias que supuestamente causan el agotamiento de la capa de ozono.
Un amigo invaluable
La capa de ozono es una parte de la atmósfera que tiene altas concentraciones de ozono. Este gas está compuesto por tres átomos de oxígeno (O3). Dependiendo de dónde esté la capa de ozono, puede dañar la vida o proteger la vida en la Tierra.
La mayor parte del ozono permanece dentro de la estratosfera, protegiendo la superficie de la Tierra de la dañina radiación ultravioleta del sol. Si este escudo se debilitara, todos seríamos más proclives al deterioro del sistema inmunitario, a las cataratas y al cáncer de piel.
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