Los precios del petróleo han experimentado una caída histórica en las últimas dos semanas, su retroceso más profundo desde 1991.
Las cotizaciones llegaron a colocarse por debajo de los 30 dólares por barril, aproximadamente un 50% por debajo de donde estaban a comienzo del año. Además del retroceso en la demanda y las sombrías perspectivas por el impacto de la pandemia en la economía, estalló una guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia.
Las dos naciones, que son el segundo y el tercer productor de petróleo en el mundo después de los Estados Unidos, no llegaron a un acuerdo sobre los recortes de suministro destinados a impulsar el precio.
With oil prices at current levels, vulnerable producer countries may see oil income plunge by up to 85%
This will put their public finances, which rely heavily on oil income, under even greater pressure, affecting vital services like health & education → https://t.co/QrbRIEyoaJ pic.twitter.com/odFdN3Mule
— International Energy Agency (@IEA) March 19, 2020
Ajustes para las empresas
En este difícil panorama las compañías de energía tratan de adaptarse a precios del petróleo en caída causada por choques duales tanto en la oferta como en la demanda.
Varias empresa han alterado drásticamente sus planes financieros para 2020 y han recortado sus presupuestos de capital y gastos.
Sin embargo, las petroleras no son las únicas compañías que apresuran cambios ante la caída del precio del crudo. Las acciones de las empresas de servicios conexos (perforación, suministros, tecnología) se han desplomado junto con los precios del crudo. Les preocupa que estos recortes de gastos de sus clientes lo obliguen a realizar cambios drásticos, incluida la reducción de sus dividendos.
Como suele ocurrir en este tipo de situaciones, el colapso de los precios deja ganadores y perdedores.
Recortes en la Cuenca Pérmica
Históricamente, los Estados Unidos han ganado en grande por la caída de los precios del petróleo. Pero mucho ha cambiado desde la década de 1980.
En 2019 los Estados Unidos se convirtieron en el mayor productor de petróleo del mundo, por encima de Arabia Saudita, gracias a una explosión del fracking para extraer esquisto bituminoso. De hecho, eliminar esa competencia fue uno de los motivos de Rusia para contribuir en la caída del precio del petróleo.
Para los productores de esquisto, una caída sostenida de los precios podría conducir a algunas compañías a aplazar planes de inversión, una situación que sería un obstáculo para la creación de empleo y el crecimiento.
Algunas compañías de petróleo y gas ya comenzaron a reducir sus operaciones en la Cuenca Pérmica –uno de los mayores reservorios de esquisto–, a medida que aumentan las caídas en la demanda mundial de energía y consecuentemente se deprimen los precios del crudo.
Por ejemplo, Apache Corporation, con sede en Houston, anunció que retiraría todas sus plataformas de petróleo y gas de la Cuenca Pérmica para ahorrar gastos a corto plazo. La compañía decidió reducir su inversión de capital en 2020 en casi 1.000 millones de dólares.
Asimismo, Pioneer Resources, que opera principalmente en la cuenca de Delaware y uno de los mayores propietarios de localizaciones en la región, también anunció un importante recorte en las operaciones. Reducirá los equipos de 22 a 11, mientras que los actuales 6 equipos de completación bajarán a la mitad o menos.
EIA’s #PermianBasin Report contains a review of the #Wolfcamp, #BoneSpring, and Delaware shale plays of the #DelawareBasin, which is part of the larger Permian Basin. https://t.co/GmbHOVYc6l #tightoil #shaleoil pic.twitter.com/D99vI6DDXO
— EIA (@EIAgov) March 19, 2020
Desinversión América Latina
Otro ejemplo de ajuste es el de GeoPark Limited, un explorador independiente de petróleo y gas de América Latina, con actividades en Colombia, Perú, Argentina, Brasil, Chile y Ecuador que ya ajustó su programa de gastos de capital para 2020.
El presupuesto inicial, de entre 180 millones y 200 millones de dólares, tendrá un recorte cercano al 60%. Caería a una cifra de 70 millones a 80 millones.
Los bajos precios del crudo deberían beneficiar a Perú, un importador neto que compró 5.600 millones de dólares de productos petroleros el año pasado. Sin embargo, también pueden retrasar la inversión en exploración necesaria para impulsar la producción local.
La imagen está un poco menos clara para Brasil. En el gigante amazónico el presidente Jair Bolsonaro podría obtener algo de alivio en sus tratos con los camioneros, cuya huelga contra el aumento de los precios del diésel hace dos años detuvo al país.
Al mismo tiempo, los planes de la compañía estatal Petroleo Brasileiro SA para vender activos y reducir la deuda probablemente tendrán que ser reprogramados.
Para Colombia y Argentina, que han venido adelantando inversiones importantes en producción con fracking, la caída del precio del petróleo también podría suponer un desfase de sus planes, ya afectados por las denuncias de grupos ambientalistas acerca de los efectos adversos de esta técnica en el ambiente.
ICYMI: API President & CEO Mike Sommers joined Bloomberg TV to discuss the impact of the Russia-Saudi oil price war, coronavirus and the state of the U.S. natural gas and oil industry. Watch: https://t.co/oqROQP9L7U pic.twitter.com/pDDmGM6djN
— American Petroleum Institute (@APIenergy) March 18, 2020
Crisis en Venezuela
La situación es particularmente crítica para Venezuela. Las ventas de petróleo ya se han visto fuertemente afectadas por el colapso de su industria petrolera, muy politizada en los últimos 20 años. El colapso de los precios internacionales significará aún menos efectivo para Petróleos de Venezuela SA.
El caso de Europa
La mayoría de las naciones europeas son importantes importadores netos de crudo, principalmente de Rusi, y tienden a ganar cuando caen los precios del petróleo.
En el caso de Noruega, la caída de los precios del petróleo tiene efectos adversos. El petróleo y el gas representan más de un tercio de sus exportaciones y una quinta parte de los ingresos del estado. Afortunadamente, el masivo fondo soberano de 1,1 billones de dólares le da al gobierno los medios para amortiguar el golpe.
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