El paso impetuoso de Filomena, la borrasca que atraviesa con desenfado el país, se ha hecho sentir en las últimas horas en España. Arrecian el bajón de la temperatura, la nieve y los vientos gélidos. Mucho frío en casi todo el territorio y se esperan registros históricos de nieve. Madrid se cubrió de blanco, como fue pronosticado, y se suma a las comunidades declaradas en alerta.
La nieve llegó a la capital para el disfrute de los pequeños y para alegrar el espíritu de los más invernales. Por unas horas, la charla sobre el coronavirus ha quedado parcialmente relegada. Los noticieros y redes sociales difunden imágenes blanquecinas y altos niveles de hielo en las regiones montañosas de Galicia, Cataluña y el País Vasco.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) pone los pies en la tierra e imparte alertas, ante las complicaciones que imponen las nevadas. Los pasos viales quedan interrumpidos, la rutina del país queda detenida. Muchas regiones han pasado de color amarillo a naranja, y algunas alcanzaron el rojo por los severos riesgos. Son pocas las precauciones que se tomen..
Madrid, Toledo, Guadalajara, Cuenca, Albacete, Castellón, Valencia, Zaragoza y Tarragona están en alerta roja. En 24 horas han acumulado 20 centímetros de nieve. Otras 31 provincias están en alerta naranja.
Rubén del Campo, portavoz de la Aemet, anticipa que la nevada dejará “registros históricos”, cubrirá una extensión “sin precedentes en lo que va de siglo”. De hecho, las temperaturas en el pirineo catalán registraron un récord histórico el jueves de 35,6 grados bajo cero en la estación meteorológica de Vega de Liordes. La medición la hizo la Asociación Meteorológica del Noroeste Peninsular (Noromet). Este viernes marcó -34,8 °C.
Del Campo señala que el mapa de avisos es insólito e histórico. Desde 2007 no activaba un aviso rojo por nieve en la zona centro, cuando entró en vigor el sistema Meteoalerta. Valencia sí estuvo en rojo por nieve hace un año, por la borrasca Gloria
Registros históricos de nieve en España
La borrasca Filomena, que comenzó el miércoles, ha activado los planes de emergencia e inclemencias invernales de las comunidades. Está afectando las comunicaciones por tren, carretera y mar.
Trabajadores eléctricos y de despeje de nieve hacen grandes esfuerzos para mantener los servicios operativos en estas condiciones adversas. Igual sucede con los hombres del campo y la ganadería que multiplican sus labores para mantener los animales a salvo. Las actividades marinas ha quedado colapsadas.
Pero todavía no se ha visto todo. Se esperan días más intensos y otros registros históricos. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, activó por primera vez el Plan General de Emergencias del Estado. Parte de la península permanecerá en situación de riesgo importante, aunque previsiblemente el domingo quede limitado a zonas del norte.
A lo largo de estos días es muy probable que las acumulaciones de nieve más importantes sean en la Comunidad de Madrid, ambas mesetas, los sistemas Central e Ibérico y en el valle del Ebro.
Las lluvias más intensas tendrán lugar en el sur de Andalucía y Ceuta, especialmente en el área del Estrecho y resto del litoral mediterráneo andaluz, donde se pronostica que serán muy fuertes y persistentes.
En alerta por riesgo importante de fenómenos costeros (fuertes vientos y oleaje) estarán las costas gallegas y catalanas el sábado y el domingo.
Causas científicas que explican estas olas de frío
Una reciente investigación dirigida por científicos de las universidades de Bristol, Exeter y Bath, en el Reino Unido, han detectado el posible origen de estas bajas temperaturas. En el caso de España se esperan nevadas históricas.
Advierten los investigadores que la actual ola de frío se pudo desencadenar por un calentamiento repentino de la estratosfera. Una capa de la atmósfera situada por encima de la troposfera, a 10 kilómetros de altura, y bajo la mesosfera, a 50 kilómetros. A veces experimenta estos calentamientos repentinos, que se caracterizan por el aumento de la temperatura de la estratosfera sobre los polos, en cuestión de días, y que normalmente pueden bajar mucho las temperaturas de la superficie y llevar a tormentas de nieve a latitudes inferiores.
El estudio, publicado en Journal of Geophysical Research: Atmospheres, señala que un fenómeno similar ocurrió en 2018. Entonces el anticiclón Hartmut causó unas perturbaciones que provocaron nevadas y temperaturas extremadamente bajas en Irlanda y la Gran Bretaña.
Sostienen que cuando estos fenómenos provocan la rotura del vórtice polar en vórtices más pequeños, Siberia y el noroeste de Europa sufren en la mayoría de las ocasiones una meteorología inusualmente fría.
“El tiempo excepcionalmente frío que generan esas roturas del vórtice polar son un fuerte recordatorio de cuán rápido puede cambiar el tiempo”, dice Dann Mitchell, coautor de la investigación. “Incluso con el cambio climático calentando nuestro planeta, estos eventos seguirán ocurriendo, lo que significa que tendremos que adaptarnos a un rango incluso más extremo de temperaturas”.
Lee también: