La carne y los lácteos se han convertido en un problema climático. El 57% de los gases de efecto invernadero asociados a la producción agrícola son causados por la cría de animales. Los cinco actores más importantes del llamado Big Livestock: JBS, Tyson, Cargill, Dairy Farmers of America y Fonterra juntos emiten más gases de efecto invernadero que ExxonMobil. La producción representa aproximadamente un 32% de las emisiones de metano, que es 80 veces más potente que el dióxido de carbono durante un período de 20 años. Reducirlo en los próximos 7 años podría ralentizar y limitar el calentamiento global.
Sin embargo, a los ojos de los grandes capitales el panorama luce muy distinto si se toman en cuenta las inversiones realizadas por las instituciones financieras más influyentes Entre 2015 y 2020, los productores cárnicos recibieron más de 478.000 millones de dólares en respaldo de más de 2.500 empresas de inversión, bancos y fondos de pensiones con sede en todo el mundo. Y lo irónico es que todas tienen compromisos públicos y de alto nivel con la sostenibilidad.
Una investigación de Feedback, un grupo ambientalista con sede en el Reino Unido y los Países Bajos, asegura que los grandes bancos británicos como Barclays y HSBC otorgan miles de millones en préstamos a las empresas detrás del pollo clorado. Universidades prestigiosas, que han prohibido la carne de vacuno en sus campus, siguen recibiendo financiamiento de controvertidos carniceros brasileños a través de sus donaciones. Empresas de inversión como Prudential, Standard Life Aberdeen y Legal & General invierten en empresas como JBS y Marfrig, vinculadas una y otra vez con la deforestación.
Recursos a la mano
Feedback encargó a la firma de investigación Profundoe que mapeara los patrocinadores financieros de las 35 empresas cárnicas y lácteas más grandes del mundo. A través de las bases de datos de Bloomberg y Refinitiv, y de los informes de las empresas, la investigación revela la escala de financiación que sustenta la ganadería industrial mundial.
Bancos con sede en Estados Unidos, Francia y el Reino Unido han destinado en los últimos cinco años más de la mitad (51%) del crédito a estos gigantes de la carne y los lácteos. Un total de 91.800 millones de dólares en préstamos y 45.900 millones de dólares en garantías. BNP Paribas, Barclays y JP Morgan Chase son los mayores acreedores. Más de 200 bancos otorgaron préstamos por un total de 167.000 millones de dólares a las 35 corporaciones cárnicas y lácteas más grandes del mundo, que en conjunto emiten más que las economías de Alemania, Canadá o el Reino Unido.
En abril de 2020, 3.000 inversionistas entregaron a estas corporaciones 228.000 millones de dólares. A pesar de que la carne y los lácteos representan menos del 1% de los activos totales bajo su gestión y de su gran tamaño, Blackrock, Capital Group y Vanguard son los mayores accionistas de las corporaciones cárnicas y lácteas. Allianz se une a Blackrock y Vanguard para completar los tres principales tenedores de bonos. Una cuarta parte de los bonos mantenidos tienen un vencimiento superior a 10 años.
Dinero constante
Las instituciones financieras brindan principalmente apoyo a Big Livestock de tres maneras:
- Inversión (acciones y bonos): Las instituciones financieras invierten en el capital y la deuda de una empresa mediante la tenencia de acciones o bonos. Los inversionistas institucionales (como bancos, compañías de seguros, fondos de pensiones y gestores de activos) pueden, a través de los fondos que gestionan, comprar acciones de una determinada empresa, convirtiéndolos en copropietarios de la misma. Los inversores institucionales también pueden comprar bonos, que se describen mejor como un gran préstamo dividido en partes separadas que luego se venden. La principal diferencia entre poseer acciones y bonos es que el propietario de un bono no es copropietario de la empresa. El propietario es acreedor de la empresa. El comprador de cada bono tiene derecho al reembolso después de un cierto número de años. Igualmente a un determinado interés durante cada uno de estos años. Tanto las acciones como los bonos se negocian en bolsas de valores.
- Bancario: Cuando una institución financiera otorga crédito, puede ser a través de un préstamo. También mediante una línea de crédito renovable (que funciona un poco como una tarjeta de crédito).
- Banca de inversión: Los bancos de inversión obtienen ingresos por comisiones por asesorar y gestionar cosas como fusiones, emisiones de bonos, titulizaciones, etc. Una actividad importante que llevan a cabo es la suscripción de emisiones de bonos o acciones. Un asegurador promueve las acciones y encuentra accionistas; de hecho, compra con la intención de venderlas a los inversores.
Daños ecológicos
Los impactos climáticos de las mayores corporaciones cárnicas y lácteas del mundo pronto podrían rivalizar con los de los gigantes petroleros. Si todo sigue como hasta ahora, el crecimiento de la industria superará rápidamente el presupuesto global de carbono de 1,5 °C. El sector ganadero representará casi la mitad (el 49%) del presupuesto mundial de emisiones para 1,5 °C en 2030 y el 80% en 2050.
Para lograr las fuertes y rápidas reducciones de las emisiones de gases para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, es necesario que el número de cabezas de ganado a nivel mundial disminuya, y de manera sustancial. Se ha alcanzado lo que se denomina el pico ganadero, que tiene implicaciones existenciales para la gran ganadería. Con sede en regiones productoras de proteínas excedentes, estas corporaciones están llevando al mundo a un futuro dominado por carne y lácteos producidos industrialmente con altísimo impacto en el calentamiento global.
Si se mantienen las tendencias actuales, el 50% de las tierras agrícolas se utilizarán solo para cultivar alimentos para animales. Esto en detrimento de las tierras necesarias para preservar la biodiversidad de la tierra y producir alimentos para las personas. De esta manera la industria impulsa el cambio climático, la extinción masiva de especies y viola los derechos de los pueblos indígenas a través de su codicia por nuevas tierras para sembrar. También amenaza la salud humana: la resistencia a los antibióticos puede atribuirse directamente al uso masivo de antibióticos en el sector ganadero.
Lo que mueve todo
Las grandes empresas ganaderas son corporaciones globales dedicadas a maximizar las ganancias y cumplir con las obligaciones de los accionistas y acreedores a cualquier costo. Su objetivo, con el apoyo de los inversionistas que los financian, es crecer. A pesar de décadas de acción sobre el clima y las cadenas de suministro, solo 6 de las 35 empresas ganaderas más grandes tienen objetivos de emisiones y compromisos de alto perfil.
El sistema alimentario genera entre el 25% y el 30% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Recién es que algunos mercados de capitales empiezan a darse cuenta de los riesgos del cambio climático. Y a tomar medidas para abordar estas emisiones provenientes de combustibles fósiles. Pero las emisiones provenientes de la alimentación y la agricultura siguen en gran medida sin abordarse.
Los bancos e inversionistas que promueven políticas de sostenibilidad. Muestran orgullosos los compromisos para poner fin a la deforestación y combatir el cambio climático. Pero son los mismos que están implicados en el apoyo financiero ofrecido a la industria ganadera mundial.
Doble moral
Bancos como HSBC parecen estar financiando carne vacuna brasileña vinculada con la deforestación y los incendios forestales. Y lo hace a pesar de que sus propias políticas éticas de inversión se lo prohíben. Marshall Wace, que presentaba en la portada de su sitio web su apoyo a las comunidades locales durante la COVID-19, sigue invirtiendo en Tyson Foods, una empresa que ha sido objeto de especial atención por su conducta durante la crisis.
En los últimos cinco años, Rabobank, que «se centra explícitamente en la sostenibilidad en la ganadería», ha otorgados créditos por 5.700 millones de dólares a empresas cárnicas y lácteas con una huella de emisiones combinada de 727 millones de toneladas de CO2 eq al año. Aquí está incluido WH Group, que obtuvo una puntuación de 0 sobre 100 en el influyente ranking de sostenibilidad Forest 500 de Global Canopy.
Informe sospechosamente erróneo
Más de 100 organizaciones y expertos de todo el mundo pidieron a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura que retire inmediatamente un informe lanzado en la COP28. Aseguraron en una carta que el documento contiene errores importantes que minimizan el enorme potencial de ahorro de emisiones de las dietas bajas en carne.
Aseguran que la FAO hizo afirmaciones engañosas basadas principalmente en dos artículos científicos. A principios de este año, dos de los académicos que fueron coautores de esos documentos llamaron al organismo para retractarse del informe. Paul Behrens y Matthew Hayek identificaron graves distorsiones.
/ César Mejías Gatón / eldefinido.cl
Behrens y Hayek estiman que la mitigación de emisiones del cambio dietético en línea con la dieta EAT-Lancet es entre 6 y 40 veces mayor que los cálculos presentados por la FAO. Entre los errores está el doble conteo de las emisiones de carne, mezclando diferentes años de referencia en su análisis, e incluyendo las emisiones de frutas y verduras no relacionadas con la sustitución de la carne.
Aseguran los expertos que existe un fuerte consenso científico en cuanto a que un cambio hacia dietas más bajas en carne y basadas en plantas es una de las formas más efectivas de reducir las emisiones del sistema alimentario.