Por Guillermo Ximenis (Efe)
30/07/2016
El italiano Monte dei Paschi di Siena (MPS) fue el único banco europeo por debajo del capital mínimo requerido en el test de estrés publicado este viernes por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en inglés), en el que los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank quedaron por debajo de la media.
El conjunto de las 51 entidades con un mínimo de capitalización de 30.000 millones de euros en activos analizadas por el supervisor comunitario obtendría un ratio de capital de máxima calidad frente a activos de riesgo (CET 1) del 9,4% en 2018 ante un escenario adverso, lejos del mínimo exigido del 4,5%.
El MPS, tercer banco de Italia, es la entidad con un peor resultado en el test, al arrojar un ratio negativo del -2,23%, unas dudas sobre su solvencia que las autoridades temen que pueda contagiar al resto de la banca italiana y afectar a la comunitaria. De los cinco bancos italianos analizados, que unidos obtienen una nota del 7,7%, cuatro se sitúan en la mitad más baja del ránking elaborado por la EBA, y uno de ellos, UniCredit, es el cuarto peor situado, con un ratio del 7,12%.
La banca alemana, que ha generado dudas en los últimos meses, obtiene un ratio medio del 9,5%, en parte gracias a que uno de sus bancos, el NRW.BANK, es el que mejor nota obtiene (35,40%), si bien sus dos principales entidades están en la séptima peor posición (Commerzbank, con un 7,42%) y novena (Deutsche Bank, con un 7,80%).
Bankia, en la mejor posición
Los seis bancos españoles analizados obtienen un ratio conjunto del 8,6% en el escenario adverso, también lejos del mínimo exigido, con BFA-Bankia de acciones en la mejor posición entre ellos (10,64 %) y Banco Popular en la peor (7,01 %).
La EBA sostiene en el informe que divulgó a las 22:00 horas del viernes, tras el cierre de los mercados estadounidenses, que la mejora de la capitalización del sector europeo en los últimos años ha llevado a unos resultado en los test de estrés que demuestran la «resistencia» de la banca comunitaria. Según sus datos, el conjunto de los bancos analizados habían incrementado en diciembre de 2015 su capitalización en 180.000 millones de euros respecto a diciembre de 2013 y en 260.000 millones frente a diciembre de 2010.
Para evaluar la solidez de las entidades en caso de un hipotético shock financiero, el supervisor estableció un escenario en el que los bancos tendrían que enfrentarse a dos años de recesión (una caída de la economía del 1,2 % en 2016 y el 1,3 % en 2017) seguidos de un ejercicio (2018) con un crecimiento de sólo el 0,7 %.
«El test de estrés de la EBA en 2016 muestra como los beneficios de la mejora en el capital hecha hasta ahora se reflejan en la capacidad de resistencia del sector bancario europeo», afirmó el presidente de la EBA, Andrea Enria. «Esta prueba es vital para ayudar a los supervisores a acelerar el proceso de reparación del balance de los bancos, algo importante para restaurar el flujo de préstamos a los hogares y las empresas», agregó Enria.
Los problemas del MPS
La principal preocupación de las autoridades comunitarias es el Monte dei Paschi di Siena, el único banco analizado que ya había suspendido el examen de solvencia en 2014, cuando 24 de las 123 entidades sometidas entonces a prueba quedaron por debajo del capital requerido. El tercer banco de Italia afronta problemas financieros desde hace años y su situación amenaza con tener consecuencias sistémicas, por lo que el Banco Central Europeo (BCE) le ha instado a reducir en un 30 % su volumen bruto de préstamos dudosos en 2018. Según los cálculos del BCE, la entidad debe pasar de 46.900 millones de euros en créditos fallidos a 32.600 millones en tres años, un camino para el que el MPS cuenta con dos planes sobre la mesa.
Poco antes de conocerse los resultados de las pruebas de la EBA la entidad italiana ha aprobado una ampliación de capital de 5.000 millones y la venta de 27.700 millones en créditos fallidos, plan que cuenta con la autorización del BCE. Las dudas sobre la banca italiana han llevado al Gobierno de Matteo Renzi a sugerir la idea de inyectar capital por valor de 40.000 millones al sector, un proyecto que choca sin embargo con la nueva regulación europea para el rescate de bancos.
Desde principio de año, la normativa comunitaria exige que sean primero los accionistas y acreedores los que asuman las pérdidas de los bancos, antes de involucrar capital público.