Las bacterias son organismos tan pequeños que solo se pueden ver a través de un microscopio. Sin embargo, un grupo de investigadores del Instituto de Tecnología de Kyushu en Japón, han descubierto la que podría ser la bacteria más grande jamás vista. Tiene 2 centímetros de amplitud, unas 5000 veces más grande que cualquier otro microbio y una morfología similar a la de una cuerda.
El «fantástico y revelador» descubrimiento vive entre los manglares de Grande-Terre, una de las Antillas del Mar Caribe. Tiene un enorme genoma que no flota libremente dentro de la célula como en otras bacterias, sino que está encerrado en una membrana, una innovación característica de células mucho más complejas, como las del cuerpo humano.
La investigación se publicó en la revista Science y ha asombrado a todos los científicos que han revisado sus características. Usualmente estamos acostumbrados a pensar que las bacterias son pequeñas y dependen de un «huesped» para sobrevivir. «Cuando se trata de bacterias, nunca digo nunca, pero esta seguro está superando lo que pensamos que era el límite superior [de tamaño] por 10 veces», dijo Verena Carvalho, microbióloga de la Universidad de Massachusetts, Amherst.
El eslabón perdido en la evolución de las células
Este nuevo descubrimiento destaca, no solo por su tamaño y forma, sino porque mantiene su núcleo protegido de cualquier agente externo. Algo de lo que carecen sus parientes bacterias y arqueas, cuyo material genético flota libremente dentro de sus células. “Podría ser un eslabón perdido en la evolución de células complejas”, dice Kazuhiro Takemoto, biólogo computacional del Instituto de Tecnología de Kyushu.
Durante muchos años, los científicos han dividido la vida de los organismos en dos grupos: procariotas, que incluyen bacterias y microbios unicelulares llamados arqueas, y eucariotas, que incluyen todo, desde levaduras hasta la mayoría de las formas de vida multicelular, incluidos los humanos. Los procariotas tienen ADN que flota libremente, mientras que los eucariotas empaquetan su ADN en un núcleo. Los eucariotas también compartimentan varias funciones celulares en vesículas llamadas orgánulos y pueden mover moléculas de un compartimento a otro, algo que las procariotas no pueden.
Pero este «eslabón perdido» recién descubierto se podría decir que está en el punto medio, entre las procariotas y las eucariotas, pues tienen células más complejas que contienen un núcleo y otros orgánulos unidos a la membrana. «Es un gran paso nuevo que implica que las dos ramas de la vida no son tan diferentes como se pensaba anteriormente, dice Carvalho. “¡Quizás es hora de repensar nuestra definición de eucariota y procariota!”.
La bacteria más grande que se ha descubierto
Los dos sacos de membrana que tiene la célula están ocupados por ADN y otro por agua, que ocupa el 73% de su volumen total. El de agua podría ser la razón de que la bacteria haya crecido tanto, dijeron los investigadores.
Tras el análisis genético, el equipo a colocarlo en el mismo género que la mayoría de los otros gigantes microbianos y proponen llamarlo Thiomargarita magnifica. Consideran que si no se pisotea, se come, se la lleva el viento o se la lleva una ola, podría crecer aún más. “Con demasiada frecuencia se piensa que las bacterias son formas de vida pequeñas, simples y ‘no evolucionadas’, las llamadas ‘bolsas de proteínas’”, argumentan en el estudio. «Pero esta bacteria muestra que esto no podría estar mucho más lejos de la verdad».
En el pasado, los científicos descubrieron una proteobacteria llamada “perla sulfurosa de Namibia”, la cual por sus similitudes, es posible que pertenezca a la misma familia de microbios. En otras palabras, al grupo de gram-negativos, que viven en los sedimentos oceánicos de la plataforma continental terrestre.
De igual forma, los investigadores tienen pensado seguir estudiando a esta bacteria en su hábitat natural, para ver si presentan algún cambio con el tiempo.