La reunión diplomática más grande del mundo comenzó este martes 21 de septiembre. La Asamblea General de la ONU se reúne durante toda una semana para que más de dos docenas de oradores expresen su punto de vista sobre los diversos temas en la agenda. En esta ocasión, se espera que aborden temas cruciales en estos momentos como lo es el cambio climático, la pandemia de la COVID-19 y la situación en Afganistán.
En la primera jornada, la Asamblea contó con la intervención del rey de Jordania, Abdullah II, el presidente de Indonesia Joko Widodo, y el de Kenia Uhuru Kenyatta. Mientras que para el segundo día destacó la participación del presidente de los Estados Unidos Joe Biden, Luis Abinader, actual presidente de la República Dominicana y el mandatario de Brasil Jair Bolsonaro.
El cambio climático es lo primero en la agenda
El mundo muere de hambre y parece no haber fin pues el cambio climático se acelera y amenaza la producción agrícola. En este contexto, la ONU instó a los Estados a reformar sus sistemas alimentarios para intentar responder a estos desafíos. «Insto a todos a que vengan con compromisos ambiciosos para alimentar la esperanza de un futuro mejor», señaló el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, antes de que comenzara la Asamblea General de la ONU.
Las declaraciones de Guterres se producen tras la publicación el pasado viernes de un informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que incluye unas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, los planes en los que los países se comprometen con medidas concretas para reducir el impacto del calentamiento global. Según el informe, esas contribuciones están muy alejadas del objetivo de contener en un aumento máximo de 1,5 grados centígrados la subida de la temperatura media de la Tierra, tal y como acordó la comunidad internacional en el Acuerdo de París.
Debemos tomar «medidas urgentes»
Durante su intervención el segundo día, Joe Biden exhortó a la Asamblea a que se tomen medidas «urgentes» contra el cambio climático. «La humanidad se encuentra en una situación de alerta roja” (…) “Nuestro futuro colectivo depende de nuestras acciones comunes”, ha dicho. Por tanto, Estados Unidos pretende «duplicar» su contribución al financiamiento contra el cambio climático.
Biden también reiteró el objetivo de su gobierno de reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad los niveles de 2005. Además, instó a los demás países a ser mucho más ambiciosos cuando se lleve a cabo la COP 26. Una Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático que tendrá lugar en Glasgow, Escocia a finales de año. “Tenemos la capacidad de hacerlo mejor. No podemos darnos el lujo de perder más tiempo, pongámonos a trabajar, construyamos el futuro ahora. Podemos hacerlo”, recordó.
La pandemia en la Asamblea General de la ONU
Los asistentes también criticaron las desigualdades y las profundas divisiones que han impedido una acción global conjunta para acabar con la pandemia. Hasta la fecha, la COVID-19 se ha cobrado más de 4,5 millones de vidas en todo el mundo. Y con casi de 220 millones de casos sigue causando problemas. Especialmente en los países en desarrollo que aún no han recibido dosis suficientes para inmunizar a un porcentaje importante de su población.
Por su parte, Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, dijo en la ONU que está en contra el pasaporte sanitario. Sin embargo, señaló que «apoya los esfuerzos» de vacunación contra la COVID-19. «Apoyamos la vacunación, pero nuestro gobierno está en contra del pasaporte sanitario o de cualquier obligación relacionada con la vacuna», aseguró durante su intervención en la Asamblea General de la ONU. Bolsonaro fue el primero en hablar ante la ONU, pues es una tradición que desde 1947 se ha mantenido.
El mandatario brasileño además dijo que desde el principio de la pandemia han apoyado la autonomía del médico en busca del tratamiento precoz, «siguiendo la recomendación del Consejo Federal de Medicina». Sin embargo, informó que su gobierno ha distribuido más de 260 millones de dosis de vacunas y más de 140 millones de brasileños. En total un 90% de la población adulta han recibido por lo menos la primera dosis. Bolsonaro también ha dicho que será el «último de los brasileños» en vacunarse.
Aumenta la tensión entre Estados Unidos y China
El secretario general de la ONU aprovechó la Asamblea para pedir el diálogo entre Estados Unidos y China. Las relaciones ya están «al borde del precipicio» por lo que pidió la mayor «comprensión» de ambas partes. «Nos enfrentamos a la mayor cascada de crisis de nuestra vida», advirtió en el discurso de apertura de la Asamblea General de la ONU. «Temo que nuestro mundo se dirige hacia dos conjuntos diferentes de reglas económicas, comerciales, financieras y tecnológicas, dos enfoques divergentes en el desarrollo de la inteligencia artificial y finalmente dos estrategias militares y geopolíticas diferentes», aseguró.
Guterres aseguró que si continúan los problemas entre ambos países «sería mucho menos predecible que la Guerra Fría». “Hay que dialogar. Necesitamos comprensión, invertir en la prevención, el mantenimiento y la consolidación de la paz. Necesitamos avances en materia de desarme nuclear y en nuestros esfuerzos en la lucha contra el terrorismo. También pedimos acciones ancladas en el respeto de los derechos humanos”, insistió.
El máximo representante de la ONU dijo que las divisiones geopolíticas «socavan la cooperación internacional y limitan la capacidad del Consejo de Seguridad a tomar las decisiones necesarias». Al mismo tiempo, sería imposible superar los desafíos económicos y de desarrollo dramáticos «mientras las dos grandes economías del mundo están en desacuerdo”, agregó.
Por su parte, Biden aseguró que no quiere «una nueva Guerra Fría» con China. Además, defendió su apego a la diplomacia y al multilateralismo en respuesta a los aliados europeos que le acusan de cabalgar a menudo en solitario.
Venezuela, un tema fundamental en la agenda
Joe Biden también destacó la «lucha por la democracia» en Cuba y Venezuela al dirigirse a la Asamblea General de la ONU. Aseguró que «el futuro pertenecerá a quienes abrazan la dignidad humana, no a quienes la pisotean». Además, condenó a quienes buscan «sofocar a su pueblo con mano de hierro».
Por otro lado, el presidente de Colombia, Iván Duque, afirmó que «el fin de la dictadura» de Nicolás Maduro es el «único camino viable para el bienestar del pueblo de Venezuela». Durante su intervención al inicio de la 76ª Asamblea General de la ONU en Nueva York, Duque exhortó a que la acción internacional debe ir en esa dirección.
Si bien el proceso de diálogo que se lleva a cabo en México entre la oposición y el régimen de Maduro, con el auspicio del Reino de Noruega, da esperanzas, «no podemos permitirnos ser ingenuos, pues el único desenlace efectivo de ese encuentro es la convocatoria cuanto antes de una elección presidencial, libre, transparente y con una minuciosa observación internacional”, dijo Duque.
El mandatario colombiano finalizó su discurso diciendo que cualquier salida que perpetúe el «oprobio dictatorial» y le permita al régimen de Maduro ganar tiempo, «agudizará el mayor desastre humanitario que ha conocido la región».
Los talibanes piden dirigirse a la Asamblea General de la ONU
El conflicto de Afganistán llegó hasta la Asamblea y acaparó todos los focos. Y es que este lunes, los talibanes enviaron una carta dirigida a Guterres en la que piden hablar ante las Naciones Unidas en nombre de los afganos. La misiva estaba firmada por el Ministro de Asuntos Exteriores de su gobierno, Amir Khan Muttaqi, pero hace poco Ghulam Isaczai, el embajador que representa en la ONU al hasta hace poco gobierno de Afganistán, derrocado el mes pasado por los talibanes, también ha expresado su interés en intervenir en la reunión diplomática más importante del mundo.
Por su parte, la institución internacional aún no toma una decisión sobre quién debería representar a Afganistán. Ambas solicitudes se encuentran en manos de un «comité de acreditación» de la ONU, y le corresponde a ellos decidir. Sin emabrgo, el reglamento de la Asamblea General dice que Isaczai permanecerá en su puesto y está previsto que sea él quien intervenga el último día de la reunión, el lunes 27 de septiembre.
El grupo islamista busca la eventual aceptación por parte de las Naciones Unidas, pues le daría un reconocimiento internacional y podría sobre todo ayudar a desbloquear los fondos de ayuda económica internacional, particularmente necesarios en la situación de fuerte crisis a la que se enfrenta actualmente el país.
China no quiere financiar más plantas de carbón en otros países
En el marco de la Asamblea General de la ONU, el presidente chino Xi Jinping sorprendió a todos al informar que Pekín dejará de financiar la construcción de plantas eléctricas alimentadas por carbón en el extranjero. Estas declaraciones eliminan cualquier tipo de financiación para ese tipo de energía en el resto del mundo.
“Necesitamos acelerar la transición a una economía verde y baja en carbono”, declaró el mandatario, en su discurso grabado. “No escatimaremos esfuerzos en cumplir esas metas. China aumentará su apoyo a otros países en desarrollo para que puedan desarrollar energías verdes, bajas en carbono, y no construirá nuevas plantas alimentadas por carbón en el extranjero”, declaró.
Entre 2013 y 2019, China financió el 13% del total de los proyectos mundiales, según el Global Development Policy Center de la Universidad de Boston. Actualmente, el mayor emisor del mundo está detrás del 55% de los proyectos en desarrollo. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea habían instado en repetidas ocasiones a este país a acabar con la financiación de esta tecnología y «contribuir así a reducir las emisiones de carbono a escala mundial para frenar el cambio climático».
Este año, Japón y Corea del Sur, las otras grandes potencias económicas asiáticas ya habían renunciado públicamente a continuar la financiación de esos proyectos. Mientras que China había reducido drásticamente los acuerdos para la construcción de esas plantas. Y aunque ahora el anuncio de Xi Jinping representa un importante progreso (si se cumple), todavía faltaría tomar acción con las plantas alimentadas por carbón dentro de su propio país.