Por Mai Montero
UP: El Ganso. Calidad a un precio asequible
La idea surgió en 2004 de la mano de los hermanos Álvaro y Clemente Cebrián: diseñar ropa que refleje la individualidad de cada persona. El Ganso tiene hoy 115 establecimientos y prevé beneficios de 75 millones de euros.
DOWN: Adolfo Domínguez. La arruga ya no es tan bella
La firma que fuera escaparate de la moda gallega en todo el mundo registró durante el último ejercicio fi scal unas pérdidas de más de 11 millones de euros. El imperio textil de Adolfo Domínguez se desmorona entre deudas y despidos.
UP: El Ganso
Elegante y divertido parecen a simple vista dos calificativos incompatibles, pero la empresa española El Ganso ha sabido hilvanar estas dos premisas y convertirlas en su filosofía, a la vez que homenajea el carácter de este simpático animal.
En apenas unos años, esta firma textil, fundada en 2004 por los hermanos Álvaro y Clemente Cebrián, se ha convertido en un negocio de éxito que continúa imparable su expansión internacional. El Ganso cuenta con 115 tiendas, distribuidas en varios países del mundo desde que en 2011 comenzase su apuesta global: Francia, Portugal, Inglaterra, Bélgica, Inglaterra, Chile, México, Países Bajos, Italia y Alemania. En España cuenta con 90 tiendas, de las cuales 17 se han abierto este mismo año. La última: un outlet en A Coruña. Ropa made in Europa a un precio muy competitivo.
Uno de los puntos de diferenciación de la marca es que los hermanos Cebrián siempre han apostado por centrar la fabricación de sus productos en la Unión Europea y no en países con mano de obra barata. “Esta regla –aseguran– nos da más agilidad a la hora de reponer stock en las tiendas, controlar al máximo todo el proceso de producción y además asegurar la calidad de la misma”.
La compañía se preocupa también de seleccionar materiales respetuosos con el medio ambiente en la fabricación de sus prendas. Asimismo informa a sus clientes con transparencia sobre sus operaciones, al tiempo que cuida su presencia en las redes sociales. Y hay que añadir su implicación en iniciativas solidarias: “Colaboramos con varias asociaciones como la Fundación Madrina, la Fundación Aladina o la Fundación Leucemia y Linfoma”, según afirman los creadores de la marca.
En una apuesta estratégica por el comercio electrónico, la firma ha renovado su tienda online para facilitar el proceso de compra. Unido a su interés por la internacionalización, la web de El Ganso puede traducirse a través de un simple clic a inglés o francés con el fin de facilitar la compra de sus productos a clientes de otros países. En breve, esta opción estará también disponible en alemán e italiano.
El Ganso empezó fabricando únicamente zapatillas y en la actualidad tiene una amplia oferta de ropa masculina, de mujer y de niño. Cerró el ejercicio 2014 con unas ventas consolidadas de 59 millones de euros, una cifra que espera superar en 2015, alcanzando los 75 millones de euros de beneficios.
Atrayendo miradas
Según el diario Expansión, L Capital, el fondo de capital riesgo de LVMH –empresa formada por la unión de los gigantes empresariales Louis Vuitton y Moët Hennesy–, se encuentra en negociaciones para comprar una participación minoritaria de la firma El Ganso. El conglomerado multinacional LVMH, líder del mercado del lujo, opera en cinco sectores comerciales, y comercializa, entre otras marcas, Dom Pérignon, Loewe, Fendi, Givenchy, Dior o Donna Karan.
DOWN: Adolfo Domínguez
La empresa textil Adolfo Domínguez, que se convirtió en el estandarte de la moda gallega en la década de los 80, registró el año pasado pérdidas de más de 11 millones de euros. Una cifra que superó las cuentas de 2013 en un 7,5%, convirtiéndose en el cuarto balance anual consecutivo en números rojos. Para hacer frente a este desmoronamiento, la fi rma se vio obligada a adoptar medidas urgentes, como cerrar un total de 70 tiendas en todo el mundo, de las que 53 se encontraban en España y Portugal. A causa de la reestructuración, los ingresos descendieron en este periodo un 8,2%.
Al amparo del plan de viabilidad, entre marzo y mayo de 2015 se liquidaron 12 puntos de venta. Actualmente, Adolfo Domínguez cuenta con 332 establecimientos en España y Portugal, 59 menos que los que tenía hace un año. Fuera del mercado ibérico, la compañía del modisto gallego mantiene abiertas 235 tiendas, 13 menos que en 2014. Tremenda paradoja: hoy tiene más tiendas que trabajadores, con un total de 570 establecimientos repartidos en 27 países y 459 empleados en la factoría de Ourense.
Apenas una semana después de que la compañía publicase las cifras de su último año fiscal, Adolfo Domínguez anunció que para garantizar la viabilidad era ineludible instar un expediente de regulación de empleo (ERE). De esta manera, el sastre conocido con el apodo de El Duende intenta mantener el tipo a los 75 años de edad, pero cada vez pinta menos, sobre todo desde la llegada al Consejo de Administración de Estanislao Carpio, que desembarcó en la firma en 2012 procedente de Camper para intentar evitar el naufragio. La cifra inicial de trabajadores afectados por la extinción de su contrato laboral iba a ser de 144, pero los sindicatos han arrancado un acuerdo que reduce los despidos a 105 y eleva las indemnizaciones. La compañía también se comprometió a no plantear otro ERE en un plazo de dos años. Al cierre de 2014, sumando el personal de los puntos de venta al empleado en la fábrica, la empresa contaba con una plantilla de 1.518 trabajadores. En 2013, los empleados ascendían a 1.653. Quien ha defendido en más de una ocasión el despido libre sin trabas administrativas ni judiciales, dice que quiere parar esta sangría. Al menos ha colocado en la firma a su mujer y sus tres hijas, amén de otros familiares.
Aunque la empresa mantiene que no se deslocalizará, los trabajadores creen que la identidad gallega de la marca está en peligro, máxime cuando el planchado, etiquetado y los arreglos de las prendas se hacen en talleres de India y China.
Vistiendo a Crockett
La firma gallega, que popularizó el eslogan “la arruga es bella” en los 80, ha vivido tiempos mucho mejores. Entre los logros que consiguió en sus inicios se encuentra el hecho de que fue la marca encargada de vestir a los actores de la serie televisiva Corrupción en Miami, entre los que se encontraba Don Johnson, que interpretaba al detective Sony Crockett, con su peculiar forma de arremangarse las americanas. Esta empresa textil también se atrevió a aventurarse en el sector de los perfumes, con fragancias destinadas a hombres y mujeres.