El auge se da gracias a una combinación de factores que incluyen una mayor conciencia sobre la salud, un enfoque en la sostenibilidad ambiental, avances tecnológicos y cambios en las preferencias del consumidor
La industria alimentaria global está experimentando una transformación significativa debido al aumento de la conciencia de los consumidores sobre la calidad de los alimentos y su impacto en la salud y el medio ambiente. El cambio ha llevado a un crecimiento notable de la agricultura orgánica, impulsada por la demanda de productos limpios y sostenibles. En Estados Unidos, especialmente en las regiones productoras de cereal, está demostrando su capacidad para crecer y adaptarse con alternativas sostenibles a los métodos tradicionales.
Aunque la industria agroquímica, liderada por Bayer, Syngenta y otros gigantes mundiales de semillas y productos químicos, sostiene que los herbicidas, insecticidas y otros pesticidas son esenciales para una producción robusta de alimentos, las prácticas orgánicas excluyen fertilizantes y pesticidas sintéticos. Esto no solo beneficia el medio ambiente, sino que también responde a una creciente demanda de consumidores por alimentos más saludables.
Las estadísticas revelan que las ventas de productos orgánicos han aumentado significativamente, alcanzando cifras récords. Este crecimiento se traduce en mayores ingresos para los agricultores y un impulso para la economía local.
Crecimiento constante
La agricultura orgánica estadounidense ha experimentado un desarrollo notable en 2023, con un aumento en la superficie dedicada a cultivos orgánicos. Actualmente, se calcula que hay aproximadamente un millón de hectáreas de tierras agrícolas certificadas como orgánicas, lo que refleja un crecimiento constante en comparación con años anteriores.
A nivel global, el área de cultivo orgánico alcanzó los 96,4 millones de hectáreas en 2022, con Estados Unidos liderando el mercado en términos de ventas. El año pasado, las ventas de productos orgánicos en el sector minorista estadounidense se ubicaron en alrededor de 58.600 millones de euros, lo que consolida al país como el mayor consumidor de productos orgánicos del mundo. Este crecimiento en el mercado está impulsado por una mayor conciencia sobre los beneficios ambientales y para la salud asociados con la agricultura orgánica.
El número de productores orgánicos también ha aumentado considerablemente en el mundo. Se cuentan cerca de 4,5 millones, lo que representa un incremento del 26,6% respecto a 2021. Este crecimiento refleja una fuerte adopción de prácticas agrícolas orgánicas y un compromiso por parte de los agricultores para satisfacer la demanda del consumidor.
Se espera que el mercado de productos orgánicos continúe expandiéndose. Las proyecciones indican que el tamaño del mercado global podría alcanzar cifras abultadas en los próximos años, con un crecimiento sostenido. Las innovaciones también están acelerando este crecimiento.
Los avances en técnicas de cultivo y manejo sostenible están permitiendo a los agricultores mejorar sus rendimientos mientras cumplen con las normativas orgánicas. Esto no solo beneficia a los consumidores al ofrecer productos de mayor calidad, sino que también contribuye a un ecosistema agrícola más saludable.
El poder del consumidor
La demanda de productos orgánicos ha crecido aproximadamente un 20% cada año desde 1997, pero actualmente solo alrededor del 1% de las tierras agrícolas en el país están certificadas como orgánicas. En 2023 se contaban aproximadamente 492.355 acres dedicados a granos orgánicos en el país. Los estados de las Grandes Llanuras, como Kansas, Iowa y Dakota del Norte, lideran la producción de maíz orgánico debido a su infraestructura agrícola bien establecida. Sin embargo, el interés por la agricultura orgánica está también aumentando.
En Iowa y sus alredeores la cantidad de granjas orgánicas aumentó de 467 a 799 entre 2011 y 2021. La región ocupa el sexto lugar en la nación en cuanto a cantidad de granjas libres de químicos. El estado es el primero en producción de maíz y soja orgánicos, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
Según la Asociación de Comercio Orgánico, entre 2008 y 2016, la superficie de tierras agrícolas estadounidenses dedicadas a la producción de maíz, soja, trigo, avena y cebada orgánicos creció más del 20%, pasando de 626.000 acres a 765.000.
Iowa y otros cuatro estados del norte del Medio Oeste y las Grandes Llanuras representaron el 40% del comercio de granos orgánicos, una parte de los 63.800 millones de dólares en ventas de alimentos orgánicos en 2023. Eso equivale a un 50% más de ventas que en 2015, según un estudio de la Reserva Federal.
Ejemplo destacado
La granja orgánica Clear Creek Acres, en West Bend, Iowa, es un ejemplo en la región en cuanto al cultiva sin productos químicos sintéticos. Con casi 20.234 hectáreas y se considera una de las áreas de producción de granos orgánicos más grandes y rentables de Estados Unidos. Produce maíz, soja y avena, entre otros cultivos. La experimentación de cultivos sin uso de productos químicos la inició su dueño, Barry Fehr, en 1998 sembrando soja.
La granja utiliza fertilizantes naturales como estiércol de pollo y desechos de cerdo, y técnicas innovadoras como el desmalezado manual y con láser. Obtiene millones de dólares anuales en ingresos sostenibles. Unas 25.000 hectáreas generan aproximadamente 40 millones de dólares al año en ventas de cultivos. A pesar de críticas sobre la erosión y necesidad demucha más cantidad de mano de obra, Fehr sostiene que sus métodos son efectivos y rentables, con precios orgánicos significativamente más altos.
Los costos de producción son comparables a la agricultura convencional, pero con ahorros significativos al evitar químicos costosos. Sin embargo, la transición a la agricultura orgánica requiere más mano de obra y tiempo, lo que desanima a algunos agricultores. A pesar de esto, Fehr está demostrando que es posible cultivar a gran escala sin químicos. La creciente demanda de productos orgánicos también sugiere un potencial significativo para expandir esta práctica.
Investigaciones indican que la agricultura orgánica puede mejorar la calidad del agua al reducir la escorrentía de nitratos en comparación con prácticas convencionales. Clear Creek Acres se encuentra en una región afectada por contaminación agrícola, pero sus prácticas ayudan a mitigar estos problemas.
Rubro con buen porte
Dentro de los cereales que se están cultivando sin el uso de fertilizantes y pesticidas sintéticos destaca la producción de maíz orgánico. En Estados Unidos ha mostrado un crecimiento notable en 2023 y se prevé que continúe en 2024. El tamaño del mercado del cereal alcanzó aproximadamente 1.165 millones de dólares en 2022, y se espera que crezca a 1.427 millones de dólares para 2031, con una tasa compuesta anual del 2,28% durante este período.
Las empresas del sector están respondiendo a la demanda de consumidores que buscan cada vez más opciones alimenticias que sean saludables y respetuosas con el medio ambiente. Además, el crecimiento del mercado del maíz orgánico se ve respaldado por diversas iniciativas gubernamentales que promueven la agricultura sostenible. Estas políticas están diseñadas para fomentar prácticas agrícolas que reduzcan el impacto ambiental y mejoren la salud pública.
La mayor disponibilidad de maíz orgánico también ha sido facilitado por avances en tecnología agrícola. Las innovaciones en técnicas de cultivo y manejo han permitido a los agricultores aumentar su producción sin comprometer la calidad. El cambio hacia el consumo de alimentos orgánicos no solo es una tendencia pasajera; se está convirtiendo en un estilo de vida para muchos. Esto ha llevado a un crecimiento sostenido en el mercado, con proyecciones que indican que esta tendencia continuará en el futuro cercano.
Copando un mercado diversificado
Otra tendencia notable es la diversificación de productos dentro del sector del maíz orgánico. Cada vez más, el maíz se utiliza como base para una variedad de productos alimenticios, desde harinas hasta aceites y snacks saludables. Esta diversificación no solo amplía las opciones para los consumidores, sino que también permite a los productores capitalizar sobre diferentes nichos de mercado, aumentando así su rentabilidad.
El auge del mercado de maíz orgánico también se ve impulsado por un aumento en la demanda de coproductos derivados del maíz. Productos como el aceite de maíz y la harina libre de gluten están ganando popularidad tanto en el ámbito doméstico como industrial. Esta tendencia refleja un interés más amplio por ingredientes versátiles y saludables que pueden ser incorporados en diversas aplicaciones culinarias.
Las empresas involucradas en la producción y distribución de maíz orgánico están aprovechando esta oportunidad para expandir sus operaciones y mejorar su oferta de productos. Esto incluye la diversificación hacia otros productos alimenticios orgánicos que complementan su línea principal.
En resumen, el mercado del maíz orgánico está experimentando un auge significativo impulsado por la creciente demanda de alimentos limpios y sostenibles. Este fenómeno no solo beneficia a los consumidores, sino que también promueve prácticas agrícolas responsables y sostenibles.
Otros alicientes
Además, los mercados emergentes están comenzando a jugar un papel importante en el crecimiento del sector. Regiones como Asia-Pacífico están viendo un aumento en la adopción de prácticas agrícolas orgánicas, lo que abre nuevas oportunidades para el comercio internacional de estos rubros. Este crecimiento en mercados emergentes es prometedor y sugiere que la tendencia hacia productos orgánicos podría continuar expandiéndose globalmente.
Las regulaciones estrictas sobre el uso de organismos genéticamente modificados y pesticidas están también impulsando a los productores hacia prácticas más limpias y sostenibles. Estas normativas no solo protegen al medio ambiente, sino que también ayudan a garantizar la calidad del cereal, lo cual es un factor clave para mantener la confianza del consumidor.
Es importante destacar cómo la pandemia de COVID-19 influyó en las tendencias alimentarias. La crisis sanitaria aceleró el interés por alimentos más saludables y orgánicos, ya que muchos consumidores reevaluaron sus hábitos alimenticios y su relación con la salud.
Beneficios medioambientales tangibles
La agricultura orgánica tiene un impacto ambiental significativamente menor en comparación con la agricultura convencional. En primer lugar, no contamina las aguas de ríos y acuíferos y las emisiones de gases de efecto invernadero son más bajas. Esto se debe a la ausencia de fertilizantes sintéticos y pesticidas, lo que contribuye a mitigar el cambio climático.
Además, la calidad del suelo se ve beneficiada por las prácticas orgánicas. Métodos como la rotación de cultivos y el uso de abonos naturales mejoran la salud del suelo, mientras que la agricultura convencional puede provocar erosión y degradación debido al uso intensivo de químicos. Un suelo saludable no solo es crucial para la producción agrícola, sino que también ayuda a almacenar carbono y a regular el ciclo del agua.
La agricultura orgánica fomenta una mayor diversidad biológica al evitar el uso de pesticidas y promover ecosistemas saludables. En contraste, la convencional tiende a reducir la diversidad al depender de insumos químicos que pueden afectar negativamente a las especies no objetivo.