La acción invasiva del hombre en el medioambiente es registrada y cuantificada en las aguas, aire, suelos y, en la alteración e incluso pérdida de ecosistemas. Los hallazgos de una investigación sugieren que la tasa de extinciones de aves es más del doble de la estimada hasta la fecha. Y que más de la mitad de esas especies extintas nunca fueron documentadas.
Es probable que la magnitud global de estas extinciones no detectadas previamente “suponga un shock para muchos”, comenta Jamie Wood, ecólogo terrestre de la Universidad de Adelaida en Australia. «Lo aleccionador es que esta estimación podría en realidad ser conservadora».
Los humanos han provocado oleadas de extinciones entre aves y otros animales mediante la tala de tierras, la caza y la introducción de especies no nativas. Las islas se han visto particularmente afectadas: el 90% de las desapariciones de aves conocidas se han producido en estos ecosistemas aislados. Pero debido a que las aves tienen huesos livianos y huecos, sus restos tienden a no conservarse tan bien como los fósiles.
Como resultado, señala un artículo publicado en Nature Communications, la mayoría de los análisis sobre la extinción de aves se han basado en evidencia observacional escrita. Estos registros comenzaron hace unos 500 años, lo que dificulta construir una imagen de las pérdidas de especies durante períodos más largos.
Los humanos habríamos eliminado unas 1.430 especies de aves. Este dato, calculado con modelos matemáticos, descubre la magnitud de las extinciones globales provocadas por la acción del hombre. Y, por supuesto, con las implicaciones que esto impone a la crisis de biodiversidad que estamos viviendo, indicó el texto.
El equipo de investigación está liderado por el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales.
Las extinciones de aves son mayores
Las observaciones y los fósiles mostraban hasta ahora que desde el final del Pleistoceno (cuando los humanos empezaron a expandirse por el mundo), se han extinguido unas 600 especies de aves, el 90% en islas habitadas por personas, recoge la Agencia Sinc. Estas especies van desde el icónico dodo de Mauricio hasta el alca gigante del Atlántico Norte. Pero también hay ejemplos más cercanos, en Canarias, está el ostrero unicolor canario (Haematopus meadewaldoi) o el verderón de Trias (Carduelis triasi). Y en Baleares, el rascón de Eivissa (Rallus eivissensis).
Con los modelos estadísticos elaborados, los investigadores estiman que la cifra real es algo más del doble, es decir, entre 1.300 a 1.500 especies de aves. Aproximadamente el 12% de todas las especies de aves que existen actualmente. «Los seres humanos han tenido un impacto mucho mayor en la diversidad de aves de lo que se pensaba anteriormente», añadió Cooke.
Aunque la investigación no detalla las razones de esta pronunciada disminución de aves, otros estudios advierten que los pesticidas y fertilizantes, que contaminan suelos, aguas y flora, son causantes de este terrible indicador. También se incluyen el cambio climático, el calentamiento global y las actividades económicas invasivas.
Hace unos años, muchas de las islas del mundo eran oasis de naturaleza prístina. Pero la llegada de personas a lugares remotos como Hawái, Tonga, y Azores. Y en islas como las de Canarias o Baleares, provocó impactos de gran alcance que se han alargado muchos años. Entre ellos, la deforestación de las islas, la caza excesiva y la introducción de especias invasoras. En consecuencia, se disparó la tasa de extinciones de aves en estos espacios insulares.
Nueva Zelanda, buena documentación
El artículo destaca que “esta desaparición de pájaros está documentada desde los años 1500 en adelante. Anteriormente el conocimiento sobre el destino de las especies solo se basaba en los restos fósiles. Pero todavía quedan muchos yacimientos por descubrir. La verdadera magnitud de las extinciones de aves ha quedado inexplorable y el conocimiento es muy desigual en diferentes partes del mundo”.
El equipo de investigación utilizó datos de las extinciones que conocemos, y extrapoló cuantas especies más podrían haberse extinguido si el esfuerzo de investigación fuera tan grande como el que se ha hecho en Nueva Zelanda. Este país es el único rincón del mundo en el que se cree que la fauna de aves anterior a la llegada del ser humano está plenamente documentada, con restos bien conservados de todas las aves que habitaban.
Rob Cooke, modelizador de UKCEH, constató que “las personas han devastado rápidamente las poblaciones de aves mediante la degradación de los hábitats. La sobreexplotación y la introducción de ratas, cerdos y perros que depredaban los nidos de aves, en islas donde nunca antes había habido depredadores. Muchas especies se extinguieron antes de los registros escritos y no dejaron rastro alguno».
Entretanto, Ferran Sayol, investigador del CREAF y coautor del estudio, añade que «estas extinciones históricas de aves pueden tener grandes consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas. El mundo ha perdido un gran número de especies de aves únicas. También se habrán perdido las funciones clave que realizaban estos pájaros. Por ejemplo, la pérdida en la dispersión de semillas o la polinización tiene efectos nocivos en cadena sobre otras especies y el conjunto del ecosistema”.
Amenazados en la Lista Roja
Revela la investigación que en España se conocen tres extinciones de Baleares (todas en Ibiza) y diez de Canarias. Mientras que el modelo presentado en el artículo estima que podría haber habido tres extinciones más en Baleares y unas ocho más en Canarias que no se conocen.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza tiene catalogadas en la actualidad 11.158 especies de aves en peligro de extinción. En su conocida Lista Roja se incluyen 1.481 especies de aves amenazadas. Según los registros, se encuentran en peligro crítico 223 especies: en peligro 460 especies y en estado vulnerable 798 especies.
La organización resalta como amenazados el zunzún, el gaviotín chico, la lechuza moteada del Norte. Así como el cóndor de California, el colibrí esmeralda y, entre otros, el albatros de los Galápagos.