Antoni Cuspinera, abogado /legal@salutactiva.org
El pasado 6 de julio, un artículo de El Economista informaba de que «el 5G permitirá la identificación facial de miles de personas en tiempo real, gracias a su tecnología, su conectividad de alta velocidad, gran capacidad, baja latencia y escaso consumo energético. Entre otras prestaciones, las nuevas redes de superbanda ancha móvil permitirán identificar a miles de personas en tiempo real en espacios públicos, con las ventajas que eso representa en materias relacionadas con el control y prevención de incidencias. Para ello, la nueva conectividad se ayudará de los sistemas avanzados de reconocimiento facial, así como de la inteligencia artificial y la alta capacidad de proceso de los ordenadores de próxima generación»1.
Ya el pasado 23 de septiembre un conocido periódico de alcance estatal informaba de que el reconocimiento facial se estaba incorporando en España2. Proseguía El Economista destacando positivamente:
«El fruto de todo lo anterior permitirá a los agentes de seguridad pública (fuerzas y cuerpos de seguridad, policías autonómicos y locales, servicio de vigilancia aduanera o portuaria) conocer por su nombre y apellido a cada uno de los individuos que, ocasionalmente, pudieran formar parte de grandes grupos de personas. Según se desprende de la última edición del Observatorio Nacional 5G, iniciativa impulsada por Mobile World Capital, la Secretaria de Estado para el Avance Digital y Red.es, el 5G tendrá un fuerte impacto en el ámbito de la seguridad pública, especialmente en la vigilancia y control de multitudes en espacios públicos, con la ayuda de dispositivos como cámaras y drones de videovigilancia o sistemas de reconocimiento facial y biométrico»3.
A partir de esta presentación, vemos por su web que la fundación Mobile World Capital Barcelona (MWCB) se presenta como “una iniciativa que impulsa el desarrollo digital de la sociedad y ayuda a mejorar la vida de las personas a nivel global”4.
La MWCB manifiesta que “con apoyo público y privado” centra su actividad en cuatro áreas:
- La aceleración de la innovación a través del emprendimiento digital;
- la transformación de la industria mediante la tecnología digital;
- el crecimiento del talento digital entre las nuevas generaciones y los profesionales; y
- la reflexión sobre el impacto de la tecnología en nuestra sociedad.
Finalmente destacan que, en conjunto, sus programas “están transformando de forma positiva la economía, la educación y la sociedad”.
Los partners fundadores del MWCB son el Ministerio de Asuntos económicos y Transformación digital, la Generalitat de Catalunya, el Ajuntament de Barcelona, la Fira y GSMA, que aportan representantes al patronato de la fundación. Así tenemos tres administraciones públicas que son lideradas por formaciones políticas de diferente signo, lo cual nos debería llevar a la conclusión de que la sociedad podría estar perfectamente representada, defendida y protegida en todos sus intereses.
¿Realmente el 5G ayudará a mejorar la vida de las personas? ¿Realmente las tres administraciones están reflexionando sobre el impacto de la tecnología en la sociedad? ¿Realmente el 5G transformará de forma positiva la educación y la sociedad?
Remarquemos que el 5G se está implantando este año y en buena parte del mundo las operadoras estuvieron realizando pruebas de conexión y funcionamiento desde finales de 2019 y en la primera parte de 2020 para proceder a la entrada en funcionamiento definitiva a finales de este año.
Cambiemos de escenario
Podríamos recordar también que desde finales de 2019 y durante la primera parte de 2020 en buena parte del mundo se ha producido lo que las administraciones públicas y la OMS han calificado de pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2. Asimismo, las mismas administraciones y la OMS informan de que, a finales de 2020 habrá una segunda oleada del virus que se prevé será mucho peor que la primera.
Podemos leer en la web del ICNIRP:
«Ha sido detallado que la exposición a los campos electromagnéticos generados por los dispositivos 5G pueden causar tanto el COVID-19 como incrementar su severidad. Estas manifestaciones no se hallan soportadas por ninguna evidencia, ni tan siquiera débilmente, y el enorme cuerpo del conocimiento científico sobre los CEM del 5G demuestra que aquellas no son factibles»5.
Podemos leer en la web del CCARS que “la Organización Mundial de la Salud establece que las redes móviles 5G no están relacionadas con efectos adversos para la salud”6. Entiendo que no hace falta que explique qué es el CCARS, ni tampoco el ICNIRP. Los remito al anterior artículo en Cambio16 digital sobre conflictos de interés7.
Podemos leer en una nota del 6 de abril de la web de Zonamovilidad.es que “la OMS asegura que la tecnología 5G no perjudica la salud” y más adelante que “la Organización Mundial de la Salud estudia la capacidad de radiación de todo tipo de dispositivos y conexiones para detectar posibles peligros para los consumidores, y lo ha hecho durante los últimos 20 años. La radiación de los móviles es una radiación de baja intensidad que no tiene capacidad para alterar el ADN, y por tanto no puede provocar cáncer ni otras enfermedades”8.
Sin embargo, si consultamos la misma web de la OMS descubrimos que no es exactamente así, sino que la OMS advierte de que las radiaciones de los móviles se consideran carcinógenos de tipo 2B para los humanos9.
No hace falta que les explique de dónde le viene el dinero de esta web, pero les puedo asegurar que no viene del ejercicio de la medicina.
En la web de Newtral podemos leer que “aunque algunas teorías vinculan el 5G con el coronavirus y con efectos dañinos para la salud, no existen evidencias científicas de estas hipótesis. La OMS ha desmentido el bulo que relaciona el 5G con la propagación del coronavirus”10.
El artículo expone que “las redes 5G de telefonía móvil no propagan el COVID-19, como afirma la Organización Mundial de la Salud, puesto que los virus no se desplazan ni por las ondas electromagnéticas ni por las redes de telefonía móvil”.
Tampoco hace falta que escriba a quién pertenece la web Newtral y qué intereses defiende, pero sí les remarcaré que ellos mismos dicen: “En Newtral somos periodistas, ingenieros, investigadores, programadores, productores, realizadores, grafistas y documentalistas”. Eextrañamente no veo que haya médicos.
Podemos leer en la web de Maldita:
«La teoría falsa que relaciona el 5G y los países más afectados por la COVID-19: no hay correlación entre la cobertura de la red y las víctimas de la enfermedad por países”, desarrollando posteriormente que “ya hemos desmentido en varias ocasiones que la tecnología 5G tenga efectos negativos para la salud, o que sea la causa de la muerte de pájaros en fotos virales, que el coronavirus esté causado por la tecnología 5G, que el virus sea una bacteria amplificada por el 5G, o que la propia pandemia esté causada por dicha tecnología»11.
No voy a insistir en decir quién dirige Maldita, ni qué relación tiene con Newtral ni cómo obtienen ingresos.
Cambiemos de escenario
El pasado 25 de junio, la plataforma Menorca Lliure de 5G solicitó, a la Conselleria de Medi Ambient i Territori del Gobierno Balear, conocer si el despliegue de las antenas 5G y la contaminación electromagnética que se derivara de ello afectarían los espacios protegidos por la Red Natura 2000, si se había llevado a cabo una evaluación de impacto ambiental, si se preveía una limitación a los impactos de las radiaciones electromagnéticas procedentes del 5G, así como si las nuevas instalaciones de antenas 5G se llevarían a cabo cerca de centros educativos, residencias de gente mayor, hospitales y centros de salud, entre otros lugares sensibles.
Cabe informar que la Red Natura 2000 incluye una serie de enclaves de especial protección, que están regulados en la Directiva 1992/42/CEE de conservación de hábitats naturales y fauna y flora silvestres, en los cuales cualquier actividad debe estar sometida a autorización previa mediante informe de impacto medioambiental.
Pues bien, la Dirección General de Espais Naturals i Biodiversitat contestó que, en la RED Natura 2000 no existía ningún expediente relacionado con la tecnología 5G en Menorca, a la vez que informaba de que la Comisión de Medio Ambiente de las Islas Baleares había dado traslado a la Dirección General de Salut Pública, para que en caso de recibir algún proyecto de autorización de antenas que debiera pasar un informe de impacto ambiental, se tuvieran en cuenta los efectos sobre el medio ambiente y la salud humana.
De esta respuesta solo podemos suponer que la administración pública balear no tiene iniciativas de protección al medio ambiente ni la salud humana respecto a la implantación del 5G, ni tan siquiera mediante la solicitud de informes al respecto. Mucho menos los de obligado cumplimiento, como los de impacto ambiental sobre la Red Natura 2000.
Cambiemos de escenario otra vez
El 18 de abril se publicó un estudio que considera la hipótesis de la posible influencia de la contaminación electromagnética del medio ambiente sobre la tasa de mortalidad de la población por infección de coronavirus, junto con otros factores. El autor mantiene que “la hipótesis es indirectamente confirmada por la correlación entre el grado de rigidez de las regulaciones higiénicas de niveles de fondo de contaminación de radiofrecuencias para la populación, […] y la tasa de letalidad por COVID-19 en diferentes paises12.
La PhD Magda Havas presenta un estudio en la misma línea del anterior: compara el número de casos, muertes y tests por COVID-19 en estados con y sin el 5G, y descubre que en los estados con 5G los casos por millón de COVID-19 son un 95% más altos y las muertes por millón un 126% más altos13.
Cambiemos de escenario por cuarta vez
A fecha de hoy, resulta indiscutible científicamente hablando que un positivo en la prueba PCR no prueba en absoluto que el sujeto analizado tenga un virus denominado COVID-19, pero es que tampoco un negativo prueba lo contrario, y me remito no sólo al estado actual de la ciencia14, sino también a las propias declaraciones de Kary Mullis, inventor de la citada prueba PCR15.
Cambiemos de escenario
En el BOE Nº 143 de 13 de junio de 2018, se publicó la Resolución de 22 de marzo de 2018, de la Secretaría de Estado de la Información y la Agenda Digital, por la que se publican los requisitos técnicos de los interfaces radioeléctricos, en cuya parte del Anexo correspondiente a los radioenlaces de servicio fijo en la banda de 57 a 64 GHz, apartado 11, se detalla que, debido a la gran absorción de oxígeno, se reducen los requisitos de planificación de frecuencias de esta banda16.
Cambiemos de escenario y dejemos claro que a partir de ahora toda relación o semejanza con la realidad es pura fantasía del autor.
Imaginemos que uno de los intereses generales de todo gobierno e incluso de toda organización supraestatal es el control de la población y el mantenimiento y perpetuación del poder.
Imaginemos que la tecnología de las radiaciones electromagnéticas es una de las herramientas fundamentales de todo gobierno para ejercer el control de la población.
Imaginemos que todo gobierno y organización supranacional sabe que las radiaciones electromagnéticas son perjudiciales para la salud y el medio ambiente.
Imaginemos que a ningún gobierno ni organización supranacional le interesa que la población sepa que las radiaciones electromagnéticas son perjudiciales para la salud.
Imaginemos que no existe ningún virus denominado COVID-19 o que, a lo sumo, existe pero es tan inocuo como el de la gripe.
Imaginemos que los gobiernos y organizaciones supranacionales necesitan justificar bajo otra explicación, la existencia de los efectos perjudiciales para la salud de las radiaciones electromagnéticas en la implantación de la tecnología de 5G, puesto que la población no ha tenido un especial interés en el 5G.
¿Hasta dónde estarían dispuestos a llegar todos los gobiernos y organizaciones supranacionales con todo el poder que ostentan?
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