Konosuke Matsushita, fundador de Panasonic, es un ejemplo emblemático de cómo el liderazgo humanista puede transformar no solo una empresa, sino también la vida de millones de personas. Nació en 1894 en una familia acomodada de Wakayama, Japón, pero enfrentó la adversidad desde una edad temprana. Su padre cometió un error financiero que llevó a la ruina a la familia cuando tenía solo cuatro años. Esta experiencia de pérdida y lucha moldeó su carácter y su visión del mundo.
A los nueve años se trasladó a Osaka para trabajar en una tienda de bicicletas. Fue allí donde comenzó a desarrollar su aguda comprensión de la psicología humana y su habilidad para el comercio. Sin embargo, su vida estuvo marcada por la tragedia. Entre los 10 y los 20 años de edad perdió a casi todos los miembros de su familia debido a la tuberculosis. La dureza de lo vivido lo llevó a reflexionar profundamente sobre la vida, la muerte y la naturaleza humana. Matsushita llegó a la conclusión de que todas las personas son seres magníficos, cada una con un “diamante” interno, y que merecen ser tratadas con dignidad y respeto.
En 1918, fundó Matsushita Electric Housewares Manufacturing Works, que más tarde se convertiría en Panasonic. A pesar de los desafíos iniciales, su perseverancia y su enfoque en la calidad y la innovación guiaron a la empresa al éxito. Matsushita no solo se centró en el crecimiento económico, sino que también promovió una filosofía de gestión que valoraba a los empleados como seres humanos completos. Creía que el propósito de una empresa no era solo generar ganancias, sino también contribuir al bienestar de la sociedad.
Abrirse camino
Konosuke Matsushita estaba adelantado a su tiempo. Sobre los valores japoneses tradicionales le dio cuerpo a lo que hoy se conoce como liderazgo humanista. A pesar de las consecuencias de la crisis de 1929, no siguió la tendencia global de realizar drásticos recortes en las plantillas. Por el contrario, garantizó la permanencia de sus empleados y mantuvo sus remuneraciones intactas.
Al principio la iniciativa no fue del todo rentable, pero le sirvió para ganarse la confianza y lealtad de sus trabajadores. La solución fue orientar parte de su personal de producción a labores de venta, de esta manera todos los trabajadores estarían trabajando. La estrategia a pesar del pesimismo en algunas de las directivas, tuvo un éxito rotundo a medida que la crisis fue superándose, pues los empleados crearon un vínculo especial con la empresa. Fiel a su misión de contribuir al progreso de la sociedad y al bienestar de las personas, definió políticas laborales que incluían beneficios innovadores para la época, tales como viviendas para empleados y programas de bienestar.
Cambio de mentalidad
Es reconocido por haber cambiado la mentalidad empresarial en el mundo debido a su enfoque innovador. Su filosofía se centraba en las personas, donde los empleados eran vistos como el recurso más valioso de la empresa. Creía que motivarlos y apoyar su desarrollo era esencial para el éxito a largo plazo. Esta visión contrastaba con la mentalidad predominante de su época, que a menudo veía a los empleados simplemente como medios para alcanzar fines económicos.
Además, Konosuke Matsushita fue pionero en la innovación constante. Argumentaba que solo a través de la mejora continua de productos y procesos una empresa podía mantener su relevancia y liderazgo en el mercado. Esta visión de progreso y adaptabilidad ha dejado un legado duradero en la cultura empresarial japonesa y ha influido en la concepción global hacia la innovación.
Otro aspecto crucial de su filosofía fue la responsabilidad social. Matsushita creía firmemente que las empresas tienen una responsabilidad hacia la sociedad y deben contribuir al bienestar común. Esta idea de que una empresa es una “entidad pública” y no solo un generador de ganancias fue revolucionaria y actualmente está presente en muchas empresas que adoptan prácticas de responsabilidad social corporativa.
Su obsesión por la calidad y la satisfacción del cliente estableció nuevos estándares en la industria. Matsushita entendía que la lealtad del cliente se gana a través de la entrega constante de productos de alta calidad.
Búsqueda de inspiración
Se consideraba una persona corriente. No tenía estudios. Era de salud débil. No tenía familia ni lugar de origen al que volver. Observándose a sí mismo desde un punto de vista objetivo, no podía considerar que destacase mucho. Sentía que todas las personas con las que se relacionaba eran más cultas y sabias que él. Su humildad lo llevó a querer aprender de cualquier persona, escuchar a los demás para «recoger su sabiduría».
Konosuke Matsushita acostumbraba visitar las fábricas para hablar directamente con los trabajadores de primera línea, porque estaba firmemente convencido de que sus ideas y opiniones serían una gran fuente de inspiración para mejorar sus productos. «La sabiduría colectiva siempre supera la sabiduría individual. Un líder debe saber cómo aprovechar la inteligencia y experiencia de todo su equipo».
En este sentido, y en línea con el concepto de wa, que refleja el valor japonés de buscar consenso y mantener la armonía en el grupo, Matsushita alentó la práctica de mantener reuniones informales en las que trabajadores de todos los niveles podían expresar libremente sus opiniones, y a partir de ellas tomar las mejores decisiones posibles. Combinando los recursos intelectuales de sus empleados no solo alcanzaba las mejores decisiones, sino que conseguía provocar altas dosis de motivación, proactividad y compromiso que se veía reflejado en los resultados.
Sin embargo, la grandeza de Matsushita está en el hecho de que situaciones traumáticas de su vida no le provocaron un complejo de inferioridad. Observando la realidad tal y como era, se planteó qué podía hacer alguien corriente como él para aprovechar su potencial y lograr una vida plena. Fue así como logró convertirse en alguien extraordinario. Se hizo a sí mismo atendiendo a las opiniones y los pensamientos de las personas que lo rodeaban.
Liderazgo presente
Bajo su liderazgo, Panasonic se centró en la producción de electrodomésticos y productos electrónicos de consumo hasta convertirse en una de las mayores empresas del sector en el mundo. Sin embargo, con el tiempo ha diversificado su cartera de productos y servicios para incluir una amplia gama de soluciones tecnológicas. Hoy en día, Panasonic enfrenta varios retos en un mercado global cada vez más competitivo. La empresa ha tenido que adaptarse a los rápidos avances tecnológicos y a las cambiantes demandas de los consumidores. Cuando la sostenibilidad y la responsabilidad social se han convertido en prioridades, la visión de Konosuke Matsushita se hace más presente. A pesar de estos desafíos, su legado sigue siendo una guía para la empresa.
En las últimas décadas, Panasonic ha ampliado su enfoque de innovación en áreas como la energía renovable, la tecnología automotriz y las soluciones de vivienda inteligente. La empresa ha desarrollado baterías avanzadas para vehículos eléctricos, colaborando con fabricantes de automóviles como Tesla. Además, ha incursionado en el desarrollo de tecnologías de energía solar y almacenamiento de energía, en consonancia con las tendencias globales hacia la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono.
Igualmente ha invertido en la creación de ciudades inteligentes, con soluciones tecnológicas que mejoran la eficiencia energética y la calidad de vida de los residentes. La empresa ha trabajado en proyectos como Fujisawa Sustainable Smart Town en Japón, un modelo de comunidad sostenible que integra tecnologías avanzadas para la gestión de energía, seguridad y bienestar.
Siete principios vitales no solo de Panasonic
- Contribución a la sociedad: cumplir fielmente nuestras responsabilidades como industriales en la sociedad donde trabajamos.
- Imparcialidad y honradez: ser imparciales y honestos en todos los negocios y en la conducta personal. Sin integridad personal, nunca podremos ser respetados ni respetarnos a nosotros mismos, por sabios y capaces que seamos.
- Cooperación y espíritu de equipo: unir habilidades para conseguir metas comunes. Por capaces que seamos como individuos, sin cooperación y espíritu de equipo, formaremos una compañía solo de nombre.
- Esfuerzo para el mejoramiento: esforzarse constantemente en mejorar nuestra habilidad, para contribuir a la sociedad a través de nuestras actividades en los negocios. Solo con este esfuerzo infatigable podremos contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida en todo el mundo.
- Cortesía y humildad: ser siempre cordiales y modestos, respetando los derechos y necesidades de los demás para reforzar las sanas relaciones sociales y mejorar la calidad de vida en nuestras comunidades.
- Adaptación y asimilación: adaptar continuamente nuestro pensamiento y comportamiento para hacer frente a las condiciones variables que nos rodean, tratando de actuar en armonía con la naturaleza para asegurar progreso y éxito en nuestros esfuerzos.
- Gratitud: actuar basados en la gratitud, correspondiendo a todos los beneficios recibidos, con la confianza de que esto se convertirá en fuente de alegría y vitalidad inagotable, que nos permitirá superar cualquier obstáculo que encontremos.