Ninguno de los exoplanetas similares a la Tierra, conocidos por ser potencialmente habitables, tiene las condiciones adecuadas para sustentar la vida tal como la conocemos en nuestro planeta. Con una rica biosfera de plantas, microbios y animales. Solo uno, el Kepler-442b se acerca a recibir la radiación estelar necesaria para sostener una gran biosfera.
Un exoplaneta o extrasolar es aquel planeta que orbita una estrella diferente al Sol y, por lo tanto, no pertenece al sistema solar.
El estudio, publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, evaluó las condiciones básicas para la fotosíntesis basada en oxígeno. La investigación abarcó a diez exoplanetas similares a la Tierra con masas conocidas que orbitan en las llamadas zonas habitables alrededor de sus estrellas.
La zona habitable es una región alrededor de una estrella con la temperatura adecuada para garantizar la presencia de agua líquida. Un requisito previo importante para la existencia de vida tal como la conocemos en la Tierra. Sin embargo, el estudio realizado por astrónomos de la Universidad de Nápoles, Italia, encontró que estar en la zona habitable por sí solo no es suficiente.
Es necesario que se desarrolle la fotosíntesis, lo que permitiría biosferas complejas del tipo que se encuentra en la Tierra. Y para que se dé el proceso vital que permite a las plantas y algunos microorganismos convertir la luz en materia orgánica, requiere de una cantidad de luz solar. Además de producir oxígeno como subproducto. Y no todas las estrellas pueden proporcionar eso.
Fotosíntesis marca distancia entre exoplanetas y la Tierra
El número de planetas confirmados en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea, asciende a miles. Sin embargo, los planetas que son a la vez similares a la Tierra y que se encuentran en la zona habitable, son menos comunes, señaló el estudio.
Por el momento, solo se conoce un puñado de exoplanetas rocosos y potencialmente habitables. Aunque, la investigación indicó que ninguno de estos exoplanetas tiene las condiciones teóricas para sostener una biosfera similar a la Tierra mediante la fotosíntesis «oxigenada». El mecanismo que utilizan las plantas en la Tierra para convertir la luz y el dióxido de carbono en oxígeno y nutrientes.
Solo uno de esos planetas se acerca a recibir la radiación estelar necesaria para sostener una gran biosfera: Kepler-442b. Un exoplaneta rocoso de aproximadamente el doble de la masa de la Tierra, que orbita una estrella moderadamente caliente a unos 1.200 años luz de distancia, en la constelación de Lyra.
El estudio se realizó en una muestra muy pequeña de esos planetas. Pero los astrónomos saben lo suficiente sobre la naturaleza de las estrellas en la Vía Láctea para suponer que las condiciones adecuadas para la vida impulsada por la fotosíntesis podrían ser raras. La mayoría de las estrellas de la galaxia son las llamadas enanas rojas. Son demasiado frías para generar actividad fotosintética en los planetas cercanos.
«Las enanas rojas son, con mucho, el tipo de estrella más común en nuestra galaxia. Este resultado indica que las condiciones similares a las de la Tierra en otros planetas pueden ser mucho menos comunes de lo que podríamos esperar», dijo el profesor Giovanni Covone, autor principal del estudio. Por ejemplo, de las 30 estrellas en las inmediaciones del sol, se cree que 20 son enanas rojas.
Poco común albergar biosfera similar a la Tierra
En el estudio sobre exoplanetas se indica que las estrellas más calientes que el sol tampoco son ideales para parecerse a la Tierra.
Las estrellas brillantes generalmente se queman rápidamente. Y aunque podrían estar produciendo suficiente radiación fotosintéticamente activa (PAR) para desencadenar esa actividad en un planeta con agua y carbono, probablemente morirían antes de que cualquier forma de vida compleja pudiera evolucionar en ellos.
«Este estudio impone fuertes restricciones al espacio de parámetros para la vida compleja. Desafortunadamente parece que el ‘punto óptimo’ para albergar una rica biosfera similar a la Tierra no es tan amplio», agregó Covone.
Los astrónomos han detectado miles de exoplanetas en la Vía Láctea. Pero saben relativamente poco sobre ellos. Sin embargo, parece que no es tan común encontrar planetas rocosos similares a la Tierra en zonas habitables donde puede existir agua, dijeron los científicos.
Las misiones futuras, como el telescopio espacial James Webb (JWST), cuyo lanzamiento está programado para finales de este año, podrían revelar más sobre los mundos distantes alrededor de otras estrellas y la posibilidad de la existencia de formas complejas de vida en ellos.
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