El kakapo, el loro más pesado y longevo del mundo, es el pájaro del año 2020 de Nueva Zelanda. Aunque no puede volar y durante el día permanece escondido, este loro grande en peligro de extinción es el centro de atención tras haber sido nombrado por segunda vez como ave del año. La primera fue en 2008.
Los esfuerzos para preservar su especie comenzaron mucho antes, en 1990, y desde entonces la población ha aumentado de 50 ejemplares a 213. Conocido como «poderoso pollo de musgo», el kakapo solía vivir en Aotearoa, pero el loro nocturno autóctono de Nueva Zelanda solo sobrevive en islas libres de depredadores. Superó como pájaro el año al kiwi, símbolo de esas islas del sur.
Una competición reñida
Los ganadores del concurso se eligen por votación popular. Fue una competencia muy reñida y larga: duró dos semanas. El albatros de las antípodas estuvo a la cabeza de la lista de favoritos por un tiempo, pero no obstante, el kakapo se posicionó en la punta cuando se aplicó el sistema de votación preferencial. Los escrutadores encontraron que desde una misma dirección emitieron 1.500 votos en la madrugada a favor del kiwi.
El segundo lugar lo obtuvo el albatros de las antípodas, otra ave en peligro de extinción y que a menudo muere atrapada en redes de pesca. Los organizadores de la competencia aseguran que es una manera de impulsar la conciencia ambiental. Manifiestan que es un asunto de sobrevivencia el cambio en el pensamiento sobre las necesidades de preservar el medio ambiente y los ecosistemas locales.
Pero la competición dejó algo más. Presentó al público algunas maravillas de esta especie, como es el kakapo más reconocido en el mundo, llamado Sirocco. La leyenda dice que es un ser humano que una enfermedad respiratoria convirtió en kakapo.
Los científicos calculan que el kakapo puede vivir hasta 60 años. Sirocco ha viajado por Nueva Zelanda para dar a conocer la grave situación en la que se encuentra la especie. En 2009 se hizo famoso mundialmente porque intentó aparearse con la cabeza del zoólogo Mark Cawardine en el rodaje del documental de la BBC Last Chance To See, con el actor británico Stephen Fry. El intérprete comparó la cara del pájaro con la de un caballero victoriano. El vídeo que ha tenido más de 18 millones de visualizaciones.
Kakapo, una especie única
Los kakapos machos emiten un fuerte sonido retumbante para atraer a las hembras y huele como «el interior de un estuche de clarinete, a humedad y como resina y madera», dice entre risas Laura Keown, la portavoz del concurso. El hecho de que sean aves de cría lenta y que aniden en el suelo las hacen muy vulnerables.
Su aspecto es parecido al musgo. Una forma de defensa. No solo es famoso por las andanzas de Sirocco, también lo es por ser el único loro no volador del mundo.
Son loros grandes y achaparrados. Los machos pueden llegar a medir hasta 60 centímetros y pesar entre tres y cuatro kilogramos cuando alcanzan la adultez. Las alas que tienen son pequeñas en relación con su tamaño y las usan para equilibrio, soporte y la amortiguación de sus caídas al saltar de los árboles. Además, son ligeras y ágiles
A diferencia de otros pájaros terrestres, al vivir en un clima más frío que la mayoría de especies de loros, los kakapos son capaces de acumular grandes cantidades de grasa corporal como aislamiento y para almacenar energía.
Su cara es redondeada por plumas finas, con un ligero parecido a la lechuza. Incluso los primero colonos europeos les llamaban loros lechuza. Su pico lo rodea una suerte de bigotes que usan para tantear el terreno que pisan. El final de las plumas de la cola suele terminar desgastado por el continuo roce con el suelo.
El sentido del olfato lo tienen muy desarrollado, pues lo complementan con su estilo de vida nocturno. También pueden distinguir olores mientras hurgan y son los únicos loros del mundo que tienen una reproducción poligámica tipo lek. Los machos se apiñan en un terreno y allí combaten para atraer a las hembras y emparejarse.
Mientras, las hembras los observan y eligen una pareja según la calidad de lo que ven. Los machos no las persiguen abiertamente y las parejas se forman únicamente para la reproducción, después se separan. Tienen cría una vez cada diez años.
En peligro de extinción
Hace un siglo el kakapo era una especie numerosa en Nueva Zelanda. Sin embargo, la destrucción de su hábitat y la introducción de especies invasoras redujeron su número de manera dramática.
Ahora también se enfrentan a un reto que podría ocasionar su extinción. Una enfermedad respiratoria producida por un hongo y llamada aspergilosis. A mediados de 2019 siete kakapos murieron de la enfermedad.
El Departamento de Conservación de Nueva Zelanda indica que detectar y tratar a las aves con esta enfermedad potencialmente letal ha sido sumamente complicado. Pero han recibido numerosas donaciones, la mayoría proveniente del extranjero, para salvar al kakapo.
De hecho, bajo el último gobierno Laborista-Verde, el departamento recibió el mayor impulso financiero que ha tenido en 15 años. La meta es seguir manteniendo la especie, Nueva Zelanda espera estar libre de depredadores para 2050.
Lea también: