La práctica escultórica de June Crespo se sitúa voluntariamente en la encrucijada de múltiples caminos y líneas de investigación contemporáneas. Por un lado, establece un diálogo transformador con los conceptos que han marcado el arte vasco de las últimas décadas, “pares móviles” como la abstracción y el gesto, lo trágico y lo opaco, la ligereza y la extrañeza.
Igualmente se hace cargo de cuestiones cuya urgencia estaba ausente de los grandes debates hasta hace relativamente poco, particularmente en lo que respecta a la sensibilidad feminista y la conciencia de la devastación que el modo de vida moderno ha llevado a la naturaleza, ya plenamente sometida a los ciclos de producción y reproducción industrial y posindustrial y a las abrasiones del Antropoceno.
En la obra de Crespo, los materiales aparecen como agentes de operaciones complejas, afectándose unos a otros en sus ensamblajes. Ello implica a menudo la aparición de partes reconocibles de recipientes o estructuras constructivas, elementos que recuerdan al mundo de la funcionalidad industrial como bidones, encofrados de cemento o hierros sujetos por cinchas.
Su obra integra partes de recipientes o estructuras constructivas, como bidones, encofrados de cemento o hierros sujetos por cinchas, a los que se suman en Vascular tallos y flores y plantas redimensionadas, dispuestas en conjuntos de intenso dinamismo.
En el nuevo conjunto de obras que da título a la exposición, Vascular, aparecen igualmente tallos y partes de flores y plantas redimensionadas y dispuestas en conjuntos que muestran, suspendido, un intenso dinamismo.
Si bien la escultura de Crespo toma a menudo como punto de partida la proporción de los cuerpos humanos en términos de altura, extensión y relación con el suelo, su propuesta expositiva para la Galería 105 del Museo Guggenheim Bilbao resitúa la escala de trabajos anteriores para llevarla a un nivel nuevo de metamorfosis.
El carácter vivo y empático que Crespo imprime a sus materiales, a la gestualidad de sus piezas, se encuentra en la base del proyecto de exposición Vascular. Este se presenta en el Museo Guggenheim Bilbao con la idea de ofrecer una perspectiva sobre la obra de la artista invitándola, a la vez, a explorar una extensión hasta hoy inédita en su práctica.
Acaparando y amalgamando elementos de muy diverso orden —moldes extraídos de plantas, ropas o telas encontradas, piezas de construcción como ladrillos o tochos, varillas, prensa—, las esculturas de June Crespo subrayan el fuerte contraste del material vivido, a veces incluso dañado, con los elementos estructurales que cercan y canalizan nuestra existencia, ya sean conductos, chapas, moldes o encofrados. A ellos se acoplan tallos o quedan atrapados en sus junturas piezas textiles o papeles. Unidos por tensores o simplemente apoyados unos sobre otros, tales elementos se interrogan mutuamente.
Junto a una selección de unas treinta obras de los últimos siete años, la exposición June Crespo. Vascular se articula en torno a una nueva producción en la cual convergen formas, gestos y preguntas recurrentes en muchas series de Crespo.
Ejemplos pueden ser el uso escultórico o incluso arquitectónico de las imágenes fotográficas, convertidas en grandes impresiones de suelo; o la presentación de soportes de la producción industrial o la construcción, como mesas de trabajo o plataformas elevadoras, en un rol no autónomo, sino funcional, para un conjunto escultórico, sirviendo ambos de soporte a la proliferación de formas vegetales, tubulares y cilíndricas en el espacio.
La colisión de tales gestos y preguntas permite que nuevas investigaciones materiales y formales se desarrollen y aborden un espacio de dimensiones enormes, trazando en él múltiples líneas de relación.
Vascular quiere no solo indicar la comunicación interna dentro de cada pieza de June Crespo, poniendo énfasis en el mundo líquido y fluido de las mezclas, las sustancias fundidas, los lavados. Igualmente, la exposición sugiere transmisiones entre todas las obras incluidas en el proyecto, las cuales actúan como vasos comunicantes y redes capilares. Así surge un proyecto en que la artista replantea su propia relación con el espacio, recalibrando su trabajo en una extensión inhabitual.
La exposición sugiere transmisiones entre todas las obras incluidas en la misma, que actúan como vasos comunicantes y redes capilares, en un proyecto en el que la artista replantea su propia relación con el espacio, recalibrando su trabajo en una escala inédita.
A la nueva instalación, concebida y producida específicamente para la muestra que lleva su mismo título, se unen diversas series escultóricas que trazan un recorrido posible por la trayectoria de la artista.
El criterio de agrupación de las piezas en la exposición no ha sido cronológico, ni nominal, ni numérico, sino de afinidad, intensidad común y parentesco de las obras en el espacio. De este modo se dejan leer las triangulaciones de la nueva serie Vascular (2024) con VSCHC (2023); Veils, 2022; Acts of Pulse, 2022; Dividual (2022); y Voy, sí (2020), entre otras. Y ello hasta el punto de disolver la individual inicial de los trabajos.
En este sentido, también, hay una vascularidad que trasciende lo morfológico y afecta a niveles estructurales de la práctica escultórica. June Crespo vive y trabaja en Bilbao. Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco (2005) y participó en el programa de residencia De Ateliers (Amsterdam) entre 2015 y 2017.
Entre sus exposiciones individuales destacan: Vieron su casa hacerse campo (2023) en CA2M, Móstoles; Acts of Pulse (2022) en P420, Bolonia; Entre alguien y algo (2022), CarrerasMugica, Bilbao; Am I an Object (2021) PA///KT (Amsterdam); Helmets (2020), Artium, Vitoria-Gasteiz; Voy, sí (2020), Ehrhard Florez, Madrid; No Osso (2019), Uma Certa Falta de Coêrencia, Oporto, entre otras.
Recientemente ha participado en exposiciones colectivas como: L’écorce, CRAC-Alsace 2023; The Milk of Dreams, Pabellón principal de la Bienal de Venecia, 2022; Fata Morgana, Jeu de Paume, París; o El sentido de la Escultura, Fundación Miró, Barcelona.