Los juegos han ayudado a los trabajadores sanitarios y de otras disciplinas a encontrar salidas innovadoras a los problemas
Más allá de ser un mero pasatiempo o una alternativa de ocio, los juegos de mesa son un buen aliado para mejorar el bienestar de las personas y frenar el deterioro cognitivo. Estos entretenimientos ponen a prueba la capacidad de los jugadores en tomar decisiones y manejar la frustración. Se están utilizando también los juegos de mesa para gestionar crisis y encontrar soluciones en los sectores de salud, vivienda y educación.
Muchos de estos juegos fomentan los procesos de pensamiento creativo y analítico, activando ambos hemisferios del cerebro. Incluso el simple hecho de aprender las reglas y jugar un juego nuevo puede ayudar a que la mente se fortalezca, según la Universidad Estatal de Connecticut Central.
La variedad de opciones dentro del universo de los juegos de mesa hace que cada persona pueda encontrar temáticas y mecánicas con las que se sienta más a gusto. Además de las propuestas clásicas (ajedrez, naipes, Scrabble, Risk, Monopoly) el segmento ha vivido una auténtica revolución en los últimos años que ha traído centenares de títulos nuevos a las estanterías de las tiendas especializadas, recoge Compartir, la revista española de cooperativas sanitarias y medicina social.
Existen los llamados juegos de mesa ‘serios’ que ponen a personas cara a cara para representar situaciones temáticas, explorar problemas y proponer soluciones innovadoras. Contribuyen a que los estudiantes enfrenten circunstancias de la vida real en un entorno seguro al explorar las ramificaciones de diferentes decisiones. Por ejemplo, en materia de salud, vivienda, asistencia social o educación.
Juegos de mesa, una vía para lograr soluciones
Uno de estos juegos de mesa serios trata sobre los cuidados paliativos al final de la vida, otro explora cómo lidiar con casos de violencia doméstica, y otros tienen como objetivo mejorar el liderazgo reseña The Times.
Señala el artículo que en una variación del popular Juego de la Vida de los años 80, ahora existe una versión histórica: el Juego de la Vida Medieval, “cuando la vida era dura, corta y maloliente”, que se usa en las escuelas.
Los juegos de mesa se están utilizando en el servicio de bomberos, el NHS, los servicios sociales para buscar soluciones a situaciones en crisis. También en todas las universidades para fomentar la colaboración. Especialmente en organizaciones donde se necesita más interacción y comunicación. Así como en cursos universitarios.
El aspecto presencial es particularmente importante después del Covid, ya que las universidades han visto un aumento en el número de estudiantes que tienen dificultades con las interacciones en persona.
Vikki McCall, profesora de política social en la Universidad de Stirling, ha desarrollado varios juegos con su colega Alasdair Rutherford, profesor de estadísticas sociales. Afirma que los juegos de rol interactivos ayudan a los jugadores a “unir los puntos” en desafíos más amplios, como la planificación para el envejecimiento demográfico y el cambio climático.
A pesar de la seriedad del tema, comentó que los juegos son divertidos para los involucrados. Son una buena manera de combinar investigación, enseñanza y desarrollo profesional dentro de temas complejos.
“Nos apasiona mejorar el profesionalismo en el sector de la vivienda. Las cualificaciones tienen un papel increíblemente importante a la hora de promover que la vivienda se tome tan en serio como el trabajo social o el trabajo sanitario. Estás trabajando en primera línea con personas que pueden ser vulnerables”, indicó.
Grupos en acción
Vikki McCall cuenta algunas experiencias satisfactorias. “Con nuestra investigación sobre la vivienda nos dimos cuenta de que nadie planifica estratégicamente. Siempre se pasa del caos a la crisis y a la emergencia en lugar de planificar los grandes problemas intangibles como el cambio climático o el envejecimiento demográfico”.
La experta los llama ‘problemas del mañana’ porque son muy grandes. “Nos dimos cuenta de que necesitábamos un nuevo mecanismo. Reunimos un consorcio y conseguimos financiación inicial para desarrollar un juego llamado Hope Town para alejarnos de la emergencia y el caos y pensar de forma creativa en un espacio seguro. Es un megajuego con 25 o 30 personas, entre ellas responsables de políticas, profesionales de la vivienda, la salud y la planificación y trabajadores sociales. Todos divididos en diferentes equipos que no forman parte de su trabajo habitual”.
Se adoptó este enfoque porque “todos estaban a la defensiva en sus rincones, con sus propios presupuestos y lenguaje”, dijo. “Pensé que si entendían lo que estaban haciendo otras personas, sería mucho más fácil trabajar en equipo. Están en la misma sala. Tienen que trabajar juntos para mejorar el bienestar de la gente de Hope Town. Los juegos de mesa, como este, aceleran la búsqueda de soluciones”.
Un partido se desarrolló con demasiada fluidez, por lo que los organizadores inundaron la ciudad para alentar a los jugadores a negociar y decidir sus prioridades. McCall agregó: “Están haciendo esto en un espacio seguro y sin repercusiones, donde podrían ser combatientes en la vida real”.
Útil en los cuidados paleativos
Los académicos crearon una empresa social sin fines de lucro llamada Socialudo para desarrollar el juego y otros juegos de mesa y cartas que siguieron para lograr soluciones a diferentes carreras e industrias. Los diseñadores gráficos y de juegos participan en el proceso.
Los productos fabricados por otra empresa, Focus Games, se utilizan en docenas de industrias y cursos universitarios. Esto incluye BedRace Game — End of Life Care, desarrollado por dos consultores líderes en cuidados paliativos. Su objetivo es animar a los estudiantes de atención médica a aprender conceptos importantes sobre la toma de decisiones clínicas en crisis y promueve la colaboración.
En el juego competitivo, en el que participan dos o cuatro personas o equipos, los participantes recorren un camino que representa el recorrido de un paciente al final de su vida. Los equipos avanzan respondiendo correctamente y debatiendo preguntas sobre cuidados paliativos. Y al final de la vida, por ejemplo, sobre dieta o terapia ocupacional. Las respuestas correctas se recompensan con fichas y el primer equipo que consiga seis fichas gana el juego.
Melvin Bell, director de Focus Games, dijo a The Times que los juegos de mesa eran históricamente serios y se usaban para entrenar a la gente en estrategia o tácticas de guerra. Y que sólo se desarrollaron como entretenimiento generalizado en las últimas décadas.
“Los juegos se utilizan a menudo para el aprendizaje en un nivel superior”, adicionó Bell. “Los juegos serios comenzaron a utilizarse para difundir ideas y ahora se utilizan en empresas como KPMG y Ernst & Young”.
El juego une y es un catalizador
Melvin Bell comentó que al principio tuvieron que convencer a la gente de que el uso de un juego era una buena solución para problemas graves, pero ya no se habla de ello. Los juegos se utilizan en escuelas primarias y secundarias, universidades y en diferentes profesiones.
“La gente comparte ideas y cuestiona conceptos”, añadió. “En el trabajo hablan sobre compartir las mejores prácticas, pero no suelen tener tiempo para sentarse y hablar sobre cómo hacerlo. El juego permite la conversación en la mesa y proporciona un catalizador para ello”.
La empresa Focus Games recopila información compleja de expertos y la pone a disposición de los jugadores. Entre sus productos, que se utilizan en unos 40 países, se encuentra un juego de suelo para que los jugadores gestionen un servicio de urgencias en un hospital.