La energía fotovoltaica, limpia y sostenible, la forma más barata de producir electricidad, no es solo una gran aliada en la lucha contra el cambio climático, sino también una gran oportunidad económica para España, líder global en el sector, afirmó José Donoso, director general
de la UNEF (Unión Española Fotovoltaica)
La fotovoltaica es una tecnología escalable y democrática que permite producir energía limpia de forma más barata que las fuentes de generación convencionales en aquellos países que, como España, cuentan con un buen recurso. José Donoso preside la UNEF desde hace 14 años y ahora acaba de ser nombrado presidente del Consejo Global Solar, creado en 2015, en el marco de la COP21, por las principales asociaciones solares para unificar el sector a nivel internacional, compartir las mejores prácticas e impulsar el desarrollo de la tecnología fotovoltaica a través de instrumentos como la cooperación, la formación y el intercambio de experiencias.
“La presencia de España en la Presidencia del Consejo Global Solar reafirma el liderazgo de la industria fotovoltaica española en el mundo en un momento en el que, gracias a su creciente competitividad y flexibilidad, esta tecnología se ha convertido en una aliada fundamental en la lucha contra el cambio climático”, afirmó.
¿Qué papel representa la fotovoltaica en la transición energética española?
A la tecnología fotovoltaica le corresponde un papel de liderazgo en la transición energética española. Por una parte, la tecnología ha alcanzado un alto nivel de competitividad gracias a la creciente reducción de sus costes, lo que le permite ser una tecnología barata y competitiva también en un entorno sin primas ni subvenciones. Por otra, España dispone de un alto recurso de sol. Se ha demostrado que la fotovoltaica ya es la forma más barata para producir electricidad en aquellos países que cuentan con un buen recurso.
También el autoconsumo fotovoltaico es una tecnología central en la transición energética porque, gracias a su capacidad de democratizar la energía, pone al ciudadano en el centro del modelo energético, permitiéndole ser más responsable de la producción y del consumo de la energía. Además, el autoconsumo, junto con la digitalización, la gestión integrada de la demanda, el vehículo eléctrico y la eficiencia energética son elementos claves sobre los cuales se desarrollan las ciudades inteligentes.
Impuesto al sol
Después de años de paralización, las renovables despegan. ¿Qué hemos aprendido de políticas tan desastrosas como la que estableció el impuesto al sol?
El cambio climático es una realidad y la transición energética es una necesidad urgente, por lo que el marco regulatorio no puede frenar ni imponer barreras al desarrollo de los elementos más disruptivos de la transición, como son el autoconsumo, la eficiencia energética y el vehículo eléctrico.
El llamado “impuesto al sol” ha intentado frenar un fenómeno que es inevitable: el impulso de la generación distribuida y de un modelo en el que los ciudadanos pueden gestionar de forma más activa la producción y el consumo de la energía.
Ahora, gracias al Real Decreto-ley 15/2018 y al Real Decreto 244/2019, contamos con un marco regulatorio estable y de libre mercado para el autoconsumo, que sitúa al ciudadano en el centro del modelo energético, permitiéndole tener libre acceso a la producción y venta de la energía y haciéndole más responsable de su consumo, en línea con los principios establecidos por el paquete de medidas “Energía Limpia para todos los Europeos” y con la consecución de los objetivos del Acuerdo de París.
¿Hasta qué punto la descarbonización generará oportunidades de negocio y puestos de trabajo?
La transición energética hacia un modelo energético limpio, además de ser una necesidad para paliar las consecuencias del cambio climático, representa una oportunidad importante para crear empleo, elemento especialmente relevante en esas áreas geográficas cuya economía está relacionada con los combustibles fósiles.
En 2018, el impacto que el sector fotovoltaico ha generado a nivel económico y social ha sido muy positivo. La contribución del sector fotovoltaico al PIB nacional se ha situado en 5.119 millones de euros, el impacto económico de las exportaciones ha alcanzado los 1.522 millones de euros y el número total de empleos generados por el sector superó los 29.000, registrando un aumento del 19% con respecto al año anterior.
Además, frente a los últimos años de parálisis del mercado nacional, las empresas españolas del sector fotovoltaico han internacionalizado su actividad, llegando a ser referentes en la mayoría de los mercados internacionales, lo que representa una buena base para aprovechar las oportunidades de creación de empleo que se abren ahora a nivel nacional.
Según los objetivos establecidos por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), a 2030 se tendrán que instalar unos 30 GW nuevos de potencia fotovoltaica. No cabe duda de que este crecimiento importante se traducirá en la creación de más puestos de trabajo locales y de calidad, directos e indirectos, relacionados tanto con la instalación de parques fotovoltaicos como con la instalación de autoconsumo fotovoltaico en los tejados de viviendas, empresas y edificios públicos. Los principales perfiles que serán cada vez más demandados son de ingenieros, comerciales, instaladores y para el mantenimiento de las instalaciones.
El PNIEC
Ha afirmado que el PNIEC es nuestro New Green Deal. ¿Por qué? ¿Ahora se están haciendo por fin las cosas bien?
El PNIEC representa nuestro New Green Deal porque define una visión a largo plazo y un conjunto de objetivos ambiciosos, pero coherentes con la lucha contra el cambio climático y con los compromisos adquiridos a nivel internacional: un 42% de penetración de renovables en los usos finales de la energía y un 74% de penetración de renovables en la generación eléctrica a 2030. Para poder instalar toda la potencia prevista para la próxima década, el sector precisa de una gran cantidad de inversiones: se estima que se van a necesitar más de 20.000 millones de euros, dinero que procederá de la banca nacional y de la internacional.
El PNIEC identifica la fotovoltaica como la tecnología que, junto con la eólica, permitirá alcanzar un modelo energético sostenible en la próxima década, al asignarle un objetivo de nueva capacidad a instalar a 2030 de unos 30 GW. Para que esta transición se lleve a cabo de forma eficaz, es fundamental que se abandone el modelo de crecimiento renovable acelerón-apagón-acelerón que ha sufrido nuestro país en los últimos años, dotando de estabilidad y previsibilidad al mercado para asegurar un crecimiento estable, y que se resuelvan los posibles cuellos de botella en los procesos de concesión de los puntos de acceso y conexión a la red.
Además, es importante que se revise el diseño del mercado eléctrico para que sea un asignador de precio eficaz. Con respecto al autoconsumo, lo que queda pendiente para poder darle un impulso adicional es que se lleve a cabo una revisión del diseño de la tarifa eléctrica en línea con los principios de la transición ecológica. Para ello, es necesario reducir el peso del término fijo (que ahora supone un 40% del total) y aumentar el peso del término variable para que los consumidores vean reflejados en su factura eléctrica los ahorros económicos que suponen el autoconsumo, el vehículo eléctrico y la eficiencia energética.
¿Dada la ambición de España (42% de renovables en 2030), por encima de la Unión Europea (32%), se puede decir que estamos en una burbuja renovable?
La definición de unos objetivos ambiciosos a 2030 es coherente con la lucha contra el cambio climático y da una señal de compromiso por parte del Gobierno con la transición ecológica. La situación que el sector fotovoltaico está viviendo en la actualidad es muy diferente de la que se vivió hace diez años, cuando la tecnología todavía no era competitiva. Ahora ha llegado el momento de aprovechar los resultados de esas inversiones en el pasado. En la última década la tecnología fotovoltaica ha reducido sus costes en un 90%, lo que hace que hoy sea la forma más barata de producir energía eléctrica en los países que cuentan con un buen recurso, como es España.
Precisamente su competitividad ha impulsado la reactivación de la instalación de grandes plantas fotovoltaicas, que ahora no necesitan primas o subvenciones, sino que pueden ser viables vendiendo energía directamente al mercado o firmando un contrato de compra-venta de energía a largo plazo (PPA).
Según los datos publicados por Red Eléctrica a finales de septiembre, ya se han concedido permisos de acceso y conexión a la red a proyectos fotovoltaicos para un total de 67 GW, un valor mayor que el objetivo que se establece en el PNIEC a 2030 (37 GW), lo que demuestra que el sector ha entrado en una nueva etapa.
Ante esta gran cantidad de solicitudes, y para garantizar que todos los proyectos se puedan poner en marcha de forma eficaz, es de fundamental importancia que se definan en el detalle las condiciones del acceso y de la conexión a las redes de transporte y distribución de las instalaciones de producción de energía eléctrica.
En concreto, creemos que el proceso de concesión de los puntos de acceso y conexión tiene que ser transparente, para permitir que haya información simétrica entre los actores para evitar que se produzcan situaciones de abuso de posición dominante; y, por otro lado, tiene que respetar el principio de otorgar prioridad a aquellos proyectos que puedan acreditar su madurez, pero sin perjudicar a los pequeños desarrolladores.
¿Cómo contribuyen los contratos bilaterales o PPA al éxito de las renovables?
Los PPAs son una opción cada vez más popular para la financiación de las plantas fotovoltaicas porque permiten establecer todos los términos de la venta de la electricidad entre un generador, que se asegura recibir un precio fijo para la electricidad que vende durante un periodo determinado, y un comprador, que también se asegura por su parte un precio fijo a largo plazo.
Los PPAs son una vía de financiación complementaria a las subastas de energías renovables y a la posibilidad de ir directamente a mercado. Actualmente en España hay más de 4 GW de PPAs suscritos en el sector fotovoltaico, la gran mayoría de los cuales se han firmado entre productoras y comercializadoras.
Un nuevo modelo de generación
¿Qué beneficios presenta un modelo de generación distribuido frente a la gestión centralizada?
Un modelo de generación distribuida, basado en el autoconsumo fotovoltaico, se caracteriza por la cercanía de los centros de generación de energía a los centros de consumo. En el caso de los ciudadanos que instalan placas fotovoltaicas en su casa, la energía se genera y consume en el mismo lugar. Los beneficios son numerosos: al sistema eléctrico, al evitar las pérdidas que se producen entre la instalación generadora de electricidad y el punto de consumo; al evitar el desarrollo demás redes de transporte y de distribución; al generar competencia y flexibilidad en el sistema eléctrico, que puede derivar en la reducción de los precios finales de la energía.
Además, permite que el ciudadano sea más responsable de la generación, consumo y gestión de la energía. También contribuye a la lucha contra la pobreza energética entre los grupos sociales vulnerables al permitir un acceso más fácil a la generación de energía. Y, por último, reduce la ocupación del territorio.
¿El cambio hacia fuentes limpias exige la electrificación de la demanda y un nuevo concepto de movilidad?
La electrificación de la demanda es fundamental para asegurar el cumplimiento de los objetivos y que se lleve a cabo la transición ecológica de forma eficaz. Apostar por las renovables no significa sumar más potencia a lo que hay instalado, sino sustituir los combustibles fósiles por energía limpia en el sector del transporte, de la industria y de la edificación, entre otros, lo que reducirá la emisión de gases de efecto invernadero y mejorará la calidad de aire.
¿Cómo estabilizar un sistema cuya capacidad depende del sol y del viento?
La tecnología de almacenamiento es clave para garantizar una mayor penetración de energías renovables y la estabilidad del sistema. El almacenamiento a gran escala sigue una trayectoria de reducción de un 20%-30% cada año. Prevemos que esta tecnología será competitiva a corto plazo. La hibridación de tecnologías también representa una importante alternativa.
¿Qué ventajas presenta el autoconsumo tanto en la red eléctrica como en sus beneficios económicos y ambientales?
Aporta todos los beneficios al sistema eléctrico que ya hemos citado. Además, genera beneficios para la economía, porque su desarrollo implica la creación de empleo directo, cualificado y local y contribuye a fortalecer la competitividad de las empresas. Evita asimismo el uso de fuentes de energía contaminante y la emisión de gases de efecto invernadero, contribuyendo a la mejora de la calidad del aire.
Permite el empoderamiento del ciudadano, que se convierte en más responsable de la generación, consumo y gestión de la energía. Contribuye a la lucha contra la pobreza energética para los grupos sociales vulnerables. Implica una reducción de la importación de combustibles fósiles y la dependencia energética, equilibrando la balanza comercial y mejorando la soberanía energética.
Se trata de intentar consumir el mayor porcentaje de la energía generada en cada momento. ¿En qué consiste el autoconsumo instantáneo?
El autoconsumo instantáneo se lleva a cabo cuando la energía que se genera por los paneles solares se consume de forma inmediata, por ejemplo, para dar electricidad a la nevera en un hogar. Esta energía no se almacena en una batería: el perfil de generación coincide con el perfil de consumo.
La energía solar
¿Generar energía solar en casa es más barato que obtenerla de la red?
Sí. Actualmente, el autoconsumo fotovoltaico permite que una parte de nuestro suministro sea generado por una instalación en nuestro tejado de forma más barata que si lo obtuviéramos todo de la red. Dicho de otra forma, gracias al autoconsumo fotovoltaico se puede ahorrar en la factura de electricidad sin necesidad de ayudas o subvenciones. Eso sí, nuestros ahorros serán mayores cuanto más parecido sea nuestro perfil de consumo a las horas de producción solar. Por eso, las instalaciones de los sectores industriales y comerciales (que consumen más durante el día), permiten ahorrar más que en el sector residencial, aunque todas ahorran. Además, considerando como están los tipos de interés en la actualidad, es mejor invertir el dinero en una instalación fotovoltaica de autoconsumo que dejarlo en el banco.
¿Cuándo estará activa la posibilidad de recibir una compensación por los excedentes vertidos a la red?
En primer lugar, el marco regulatorio actual, en línea con la legislación europea, contempla el pago de una compensación por los excedentes de electricidad de las instalaciones de autoconsumo. Esto es un avance respecto a la situación anterior, que hemos venido reclamando en los últimos años. Sin embargo, para hacer efectiva la compensación de estos excedentes es necesario adaptar los protocolos de comunicación entre las empresas distribuidoras (encargadas de medir nuestro consumo y la generación de nuestra instalación de autoconsumo) y las comercializadoras (encargadas de cobrar por la energía que consumimos).
Estos protocolos forman parte de la regulación de detalle que no se suele incluir en los reales decretos, por lo que al aprobar el RD 244/2019 de autoconsumo el pasado abril, quedaron pendientes de desarrollo. La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) ha aprobado parte de estos protocolos, aunque aún está pendiente un segundo documento. Una vez se apruebe, las compañías distribuidoras y comercializadoras contarán con un mes de plazo para adaptar sus sistemas de facturación. En resumen, esperamos que en el primer trimestre del año 2020 la compensación de excedentes esté ya funcionando en España.
El modelo tradicional de negocio de las grandes compañías eléctricas se basa en la generación centralizada y la distribución. ¿Ven las empresas eléctricas el autoconsumo como un riesgo para su negocio?
Las compañías eléctricas, como el resto de agentes del sistema, son conscientes desde hace años de la tendencia que está experimentando el sector hacia la descentralización, y en la actualidad muchas de ellas tienen una división de autoconsumo que complementa su negocio tradicional.
¿Explica esta circunstancia el que estos operadores vendan ya la instalación completa?
Los operadores tienen la posibilidad de estar en contacto con el cliente final y ofrecer todo tipo de servicios, entre los que puede estar una instalación de autoconsumo. Esto no debe entenderse como una reacción ante un riesgo sino a la toma de consciencia de una realidad en la que el consumidor tiene que ser el centro del sistema.
¿Tendría que cambiar la estructura tarifaria del sistema eléctrico para evitar los peajes?
La cuestión de la tarifa eléctrica hay que entenderla en un contexto de transición energética. El precio de la electricidad, como el de cualquier vector energético, tiene el potencial de ser un obstáculo para esta transición o, por el contrario, incentivarla. En España contamos con el mayor término fijo de Europa en la factura de la luz. Esto desincentiva la instalación de autoconsumo, la eficiencia energética y el despliegue de infraestructura de recarga del vehículo eléctrico. También desincentiva la electrificación puesto que un alto término de potencia impide la transformación de usos térmicos por la electricidad, que requieren aumento de la potencia contratada.
Desde UNEF reclamamos una reducción del término fijo para pagar por lo que consumimos, siempre respetando el equilibrio de ingresos y costes del sistema, porque es necesario dar una señal de precio clara al consumidor.
¿Debe incrementarse el peso del término variable en la factura de la luz y ajustar el peso del término potencia?
La reforma de la estructura tarifaria de la factura eléctrica que se llevará a cabo en los próximos meses en España tiene que estar en línea con los principios de la transición energética y el cumplimiento de los objetivos del PNIEC. Es importante realinear el término fijo de la tarifa con los porcentajes de los países de nuestro entorno para dar una señal de precio adecuada a los consumidores de cara a la implementación de medidas de eficiencia, la instalación de autoconsumo o el despliegue del vehículo eléctrico.
Actualmente en España es una excepción a nivel internacional, ya que el peso de la parte fija es un 40% mientras que la media de los países europeos analizados en nuestro informe es un 22%.
El reparto entre las partes fija y variable de la factura eléctrica debería situarse alrededor de 25%-75% respectivamente para un consumidor medio. Esto supondría volver a una situación similar a la anterior a las subidas del término de potencia que se produjeron entre 2012 y 2015.
Los inversores
Los inversores apuestan por las renovables. ¿Será más fácil lograr financiación para la construcción de infraestructuras?
La financiación depende del sistema de fijación de precios, por lo que las condiciones son diferentes en el caso de las subastas de energías renovables, de un PPA o de un proyecto que vende energía directamente a mercado.
En el contexto actual, no son tan numerosas las oportunidades de inversión existentes en la ‘economía real’, es decir, en operaciones de tipo no financiero. Las renovables más competitivas como la fotovoltaica son tecnologías probadas que no se considera que tengan riesgos operacionales. Con ello, teniendo en cuenta la extendida voluntad política sobre la transición energética, se plantea un escenario atractivo para los inversores.
Sin embargo, es necesario que se sigan mandando mensajes de seguridad y estabilidad como la aprobación del RDL 17/2019, que mantiene la rentabilidad de las renovables construidas antes de 2013 hasta 2031. Este es el camino a seguir, terminar definitivamente con los recortes, que afectan muy negativamente a la percepción internacional de la seguridad jurídica en nuestro país, e implementar marcos normativos estables y predecibles a futuro.
¿Qué le exigiría al desarrollo normativo y regulatorio para garantizar la seguridad jurídica y el crecimiento del sector?
El establecimiento de un valor fijo de la rentabilidad razonable para los proyectos fotovoltaicos y renovables es fundamental para dar seguridad jurídica, atraer inversiones y garantizar un desarrollo estable del sector. La Directiva Europea de Renovables establece un marco de seguridad jurídica, porque prohíbe la introducción de medidas retroactivas y, además, el RDL 17/2019 aprobado recientemente contribuye a dar una imagen positiva y de estabilidad para los inversores nacionales e internacionales.
¿Hay que implementar la transparencia en los procedimientos administrativos?
Con respecto al proceso de concesión de los puntos de acceso y conexión a la red eléctrica, es importante garantizar la transparencia para evitar que se produzcan situaciones de abuso de posición dominante y de asimetría de información entre los actores involucrados.
¿Cómo abordar la eficiencia en las subastas?
El modelo de subasta eficaz es el que es homologable internacionalmente, en el que se valoran los proyectos en función del precio ofertado por la energía generada y en base al criterio pay-as-bid para evitar sobrerretribuciones y comportamientos predatorios. Desde UNEF, pedimos que se definan subastas para la capacidad firme, para dar una señal de precio para el almacenamiento, y que se reserve una parte de la capacidad a subastar para proyectos pequeños de hasta 10 MW de potencia, para permitir una mayor diversificación del sector.
El autocosumo colectivo
¿Cómo incentivar el autoconsumo colectivo?
Para incentivar el autoconsumo colectivo, por un lado, hay que llevar a cabo campañas de sensibilización para que los ciudadanos conozcan la posibilidad de instalar autoconsumo en su comunidad de vecinos y, por otro, es preciso dar más claridad a la normativa y revisar La Ley de Propiedad Horizontal actual, que exige que un tercio de los integrantes de la comunidad de propietarios, que representen, a su vez, un tercio de las cuotas de participación, estén de acuerdo para instalar autoconsumo fotovoltaico.
Este marco dificulta la difusión de autoconsumo en bloques de viviendas. Es necesaria una nueva Ley de Propiedad Horizontal que flexibilice los acuerdos entre propietarios, pasando de un tercio a una mayoría simple (la mitad más uno), y que considere la instalación de placas como una obra necesaria y no como una
mejora, como hasta ahora. Además, es importante modificar la gestión del reparto de los excedentes de producción de las instalaciones de autoconsumo compartido, pasando a utilizar mecanismos basados en coeficientes dinámicos, en lugar de estáticos.
¿Quién y cómo puede entrar en la partida de energías limpias? ¿De qué forma hay que regular el acceso y conexión a la red para evitar la especulación y los abusos de posición dominante?
El proceso de concesión de puntos de acceso y conexión a la red tiene que ser ordenado en base al principio de transparencia, para evitar las posiciones dominantes, y en base al principio por el cual se otorga prioridad a aquellos proyectos que pueden acreditar su madurez. La introducción de hitos administrativos a cumplir antes de la solicitud y después de obtener el punto de acceso y conexión, por ejemplo, es una medida que permitiría agilizar los cuellos de botella que se han creado en estos últimos meses y separar, de todos los permisos ya concedidos, los proyectos fotovoltaicos maduros de aquellas solicitudes que se han presentado con fines especulativos.
Aunque todavía no hay excedentes, España será el primer país europeo que contará con una estrategia de almacenamiento. ¿En qué consistirá? ¿Cómo solucionar los problemas técnicos del almacenamiento estacional?
Celebramos el anuncio que hizo la ministra Teresa Ribera sobre la Estrategia Nacional de Almacenamiento. La competencia económica de las baterías, que se espera para los próximos años, y la enorme demanda de este tipo de instalaciones que se va a producir, reclaman anticipación tanto para aprovecharnos de las ventajas que puede aportar al sector eléctrico como al conjunto de la economía, por el desarrollo de un sector industrial asociado. No sabemos en qué va a consistir la estrategia, lo que sí creemos es que deberá incluir las medidas necesarias para asegurar una correcta integración del almacenamiento como otra actividad del sector eléctrico y para que se celebren subastas específicas para la capacidad firme, elemento que contribuiría a dar una importante señal de precio. Desde UNEF, estamos elaborando una serie de propuestas a incluir en esa estrategia.
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