En el V Congreso Internacional de Sostenibilidad, Jorge Neri Bonilla, editor de Cambio16, la plataforma multimedios que organiza el debate anual de expertos, recordó que el futuro no está escrito, que no habrá sostenibilidad sin un gran paso hacia su promoción, innovación e implementación. “Y el tiempo se agota. Es preciso pasar a la acción. No más discursos, manifiestos, informes y pactos que se quedan en palabrería”, recalcó.
Por un cambio de consciencia
En su exposición, el CEO de Cambio16, se preguntó si en las actuales circunstancias es posible la sostenibilidad, que no es más que la capacidad de generar abundancia permanente para las personas y la naturaleza. “Abundancia de amor, de felicidad, de riqueza, de alimentos, de salud… de naturaleza. Ningún modelo es sostenible si solo hay mucho para unos pocos”, dijo.
Detalló que la sostenibilidad afecta a las personas y a la naturaleza y que para desarrollar un cambio de conciencia por un mundo sostenible es preciso pasar del egoísmo de la escasez a la abundancia de la sostenibilidad. «No podremos hacerlo con la conciencia que se refleja en términos de dinero, en actividades lícitas e ilícitas que no contribuyen a la sostenibilidad”, asentó.
Sí hay dinero para la sostenibilidad
Expuso que cada año se gastan 1,5 billones de euros en gastos militares, un 2,7 % del PIB mundial. Asimismo, que la manufactura y el comercio alcanzaron la cifra récord de 32 billones de euros, mientras que el sector farmacéutico y salud llegó a 1,5 billones de euros. El narcotráfico movió 1 billón de euros al año y las empresas petroleras y gasistas se repartieron beneficios por 2 billones de euros. Y la industria del porno mueve alrededor de 1 billón de euros al año. Dejamos fuera las ingentes cifras de dinero que no afloran por tratarse de actividades al margen de la ley.
Hay dinero, pero no se da paso a la acción. “Que nadie diga que no sabe cómo financiar el cambio hacia la sostenibilidad. No importa cuánto valor le pongamos al dinero o al oro. No valdrá nada si no protegemos el aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que comemos y la naturaleza que nos da vida”, concluyó.