Cambio de conciencia, tres palabras que señalan donde debemos poner el foco y el esfuerzo en estos momentos decisivos, cuando los hábitos e intereses de dominación del pasado resurgen para bajarnos la frecuencia vibratoria y devolvernos al negativismo, al estado de inacción, en favor de unos pocos opresores.
Un cambio de conciencia para mantenernos en positivo, con una frecuencia vibratoria alta, es lo que se requiere para imponer la voluntad mayoritaria de cambio. Efectivamente, los que queremos construir un mundo más humano, justo y sostenible somos mayoría.
El cambio de conciencia que propongo es básico. Probablemente todos lo hemos abordado mil veces, pero siempre terminamos abandonándolo por un motivo u otro.
Propongo que nos concentremos en mantenernos en positivo, en alcanzar una frecuencia vibratoria alta. Una simple, pero gran acción, que necesitamos para cambiar nuestras vidas y conseguir el anhelado cambio del mundo. Recomiendo empezar cuanto antes, aunque solo sea pretendiendo ser positivo. La única manera de llegar a ser algo es pretendiendo al principio.
Una sonrisa forzada es mejor que una cara triste y produce mejor vibración.
Somos energía, y esto ya no es un tema metafísico, sino científico. Estamos repletos de energía porque somos espacio vacío. Somos átomos y los átomos son 99% espacio vacío donde hay energía. Si somos mayoritariamente energía, el tipo de energía que generemos será determinante en nuestras vidas. Simple y lógico. Si generamos energía positiva obtendremos resultados positivos y viceversa.
Nicolás Tesla decía que “si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de frecuencia, energía y vibración”.
A través de los pensamientos generamos energía positiva o negativa y, en consecuencia, una vibración de frecuencia alta o baja. Literalmente somos lo que pensamos. La regla para identificar cómo vibramos es sencilla. Si nos sentimos bien, estamos vibrando en una frecuencia alta; si nos sentimos mal, en una frecuencia baja.
“Educar el cerebro para pensar positivamente es el camino para el cambio. Deberíamos establecer la higiene del pensamiento, como una asignatura desde la infancia”
Recordemos que la energía positiva que genera la más alta frecuencia vibratoria es el amor. No por casualidad todas las religiones ponen el amor en el centro de sus enseñanzas y de su fe.
Debemos procurar la higiene del pensamiento. Aprender a generar pensamientos positivos y dejar atrás los negativos, por más difícil que sea el camino.
Hay que tener siempre presente que cuando veamos un camino fácil y uno difícil, hay que escoger el difícil porque nos llevará más lejos.
La higiene del pensamiento debería ser de enseñanza obligatoria en los centros educativos de niños y adolescentes. Educar el cerebro para pensar positivamente es el camino para el cambio y debería comenzar desde la más temprana infancia.
Nuestra reacción es lo primero que debemos controlar ante los problemas y circunstancias que nos rodean. Si nos enganchamos en lo adverso, produciremos una vibración de frecuencia baja que no nos ayudará a levantarnos.
En cambio, si mantenemos una actitud positiva, generaremos una buena frecuencia vibratoria y saldremos más rápido del problema o circunstancia. ¡Cuidado! No se trata de evadir los problemas o negar las circunstancias. Todo lo contario. Es afrontarlas y actuar desde la opción positiva. Convencidos del cambio positivo, que alumbra un mundo mejor.
Existen otras acciones y prácticas que nos ayudan a generar energía positiva y mejorar nuestra frecuencia vibratoria: conectar con la naturaleza –cuidarla–, meditar, practicar yoga, comer sano, practicar la gratitud, no hablar mal de los demás, evitar la envidia, desconectarse de la tecnología avasallante, rodearse de gente positiva, vivir en un ambiente ordenado, evitar juzgar a los demás y a sí mismo, buscar el lado positivo, usar un lenguaje positivo y procurar el amor y la armonía en todo.
El cambio de conciencia de cada uno de nosotros, del colectivo que somos, es el camino más rápido y directo para poder resolver los grandes retos que tenemos como humanidad y poder construir un mundo más humano, justo y sostenible.