Boris Johnson ha insinuado que la Unión Europea podría vetar un nuevo retraso al Brexit, e insistió en que sacará al Reino Unido del bloque el 31 de octubre con o sin un acuerdo.
El primer ministro, que mantuvo su ataque a la Ley Benn, que podría obligarlo a buscar un retraso si no se aprueba un acuerdo antes del 19 de octubre, dijo que los líderes de la UE serían reacios a mantener una permanencia «truculenta» del Reino Unido en el grupo.
Brexit con o sin acuerdo
Johnson se reunió el domingo con su partido conservador para lo que podría ser su conferencia final antes de una elección. Allí prometió «terminar el Brexit».
Arrived in Manchester for our Conservative Party Conference. Let’s get Brexit done! #CPC19 #GetBrexitDone pic.twitter.com/bfumexOGc0
— Boris Johnson (@BorisJohnson) September 28, 2019
A pesar de una serie de reveses parlamentarios y una derrota en la Corte Suprema, Johnson insiste en que sacará a Gran Bretaña de la Unión Europea el próximo mes, con o sin un acuerdo con Bruselas.
«Lo que tenemos que hacer es seguir adelante. Y la forma de hacerlo es terminar el Brexit el 31 de octubre». Así lo dijo a la televisión de la BBC en Manchester, noroeste de Inglaterra, donde se realizó la conferencia.
El mandatario señaló que todavía tiene esperanzas de lograr un «buen trato». Pero agregó que no fingirá que será fácil.
Entregar el Brexit el 31 de octubre es una promesa básica de Johnson frente a los votantes.
Duros enfrentamientos
Su postura dura ha puesto a Johnson en desacuerdo con la Cámara de los Comunes, que aprobó la Ley Benn. Este instrumento bloquea la salida «sin acuerdo».
En concreto, esta ley que le exige que pida a los líderes de la UE que retrasen el Brexit, si no puede obtener un acuerdo de divorcio en una cumbre de Bruselas los días 17 y 18 de octubre.
Aunque ya perdió a varios de sus propios parlamentarios es apoyado por los miembros incondicionalmente pro-Brexit del partido conservador , que lo eligieron en julio.
El mandatario ha afirmado que la Ley Benn, que llamó en repetidas ocasiones la «Ley de rendición», estaba obstaculizando los esfuerzos para llegar a un acuerdo de salida.
Los parlamentarios de la oposición estaban furiosos por la decisión de Johnson de suspender el parlamento durante cinco semanas a principios de septiembre. La medida fue anulada el martes por la Corte Suprema. Los legisladores se negaron a aceptar el receso normal de las sesiones.
Un tortuoso camino
El primer ministro ha tenido dos turbulentos meses en el cargo, después de haber sufrido siete derrotas sucesivas en los Comunes, perdiendo su mayoría durante el proceso.
Expulsó a 21 diputados conservadores cuando respaldaron la Ley Benn.
Después de que la Corte Suprema dictaminó que su suspensión del parlamento era ilegal, Johnson desafió a los partidos de la oposición a derrocar a su gobierno.
Pero el Partido Laborista dijo que no hará nada para lograr una elección hasta que un Brexit «sin acuerdo» ya no sea posible.
Let’s #GetBrexitDone so we can move this country forward & focus on our priorities – the NHS, policing & schools. #CPC19 pic.twitter.com/8uZVlLknZD
— Boris Johnson (@BorisJohnson) September 29, 2019
Johnson respondió con desafío y enfocó su ira en los parlamentarios, acusándolos de «rendirse» a la UE y tratar de socavar la votación del referéndum de 2016 para salir del bloque.
Próximos pasos
Dos encuestas esta semana, realizadas por YouGov y Opinium, colocaron a los conservadores 11 y 12 puntos por delante de los laboristas, la principal fuerza opositora.
Con el parlamento estancado, la mayoría de los analistas esperan una elección en los próximos meses.
Pero Johnson debe superar un obstáculo clave antes de eso. La ley aprobada por los parlamentarios significa que solo puede entregar Brexit el 31 de octubre si consigue un acuerdo de divorcio.
Sin embargo, pocos en Bruselas son optimistas y la última ronda de conversaciones terminó el viernes sin un gran avance.
Mientras tanto, se está acabando el tiempo para evitar una salida potencialmente caótica de la UE, que según muchas empresas podría dañar la economía y llevar al país a una recesión.
Se espera que el gobierno presente esta semana propuestas destinadas a superar el principal obstáculo en las conversaciones: la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte y el miembro de la UE Irlanda.
Hasta ahora, las dos partes no han logrado acordar cómo evitar el regreso a una frontera dura si algún acuerdo futuro no logra mantener el comercio sin fricción.
Posible moción de censura
Ahora, un asediado Boris Johnson podría enfrentar una emboscada. El Partido Laborista y el Partido Nacional Escocés (SNP) buscan presentar un voto de censura en contra del mandatario la próxima semana.
La iniciativa supone un intento por asegurar a Jeremy Corbyn como un primer ministro ‘a prueba de fallas’.
El Laborista y el SNP, los dos principales partidos de oposición en la Cámara de los Comunes, dicen que están listos para presionar por una votación trascendental que podría derribar a la administración minoritaria Tory.
Ello, mientras Johnson enfrenta una creciente presión sobre las denuncias de comportamiento de intimidación y su relación con la empresaria estadounidense Jennifer Arcuri.
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