En medio de la crisis mundial por la COVID-19, hay una nueva carrera global similar a la armamentista o a la espacial, pero esta vez en terreno de la salud. Se trata de la competencia por conseguir la vacuna contra el coronavirus y convertirse en los nuevos salvadores del planeta. Un nuevo anuncio se ha producido en ese cometido y es que la farmacéutica estadounidense Johnson & Johnson anunció este lunes que está trabajando en las pruebas de la vacuna contra el virus.
Sin embargo, dichas pruebas no estarían listas sino hasta el mes de septiembre. La farmacéutica indicó que ha firmado un acuerdo con la Autoridad para la Investigación Avanzada y el Desarrollo en el dominio biomédico, instituciones que dependen del gobierno de los Estados Unidos.
#JNJ announces a lead #COVID19 vaccine candidate plus a landmark partnership with @BARDA to together commit over $1 billion of investment to co-fund vaccine research, development & clinical testing & a commitment by J&J to accelerated manufacturing plans: https://t.co/kTMcJ63tBD pic.twitter.com/WuOcS198om
— Johnson & Johnson (@JNJNews) March 30, 2020
Ambas partes acordaron que se invertirán 1.000 millones de dólares con el objetivo de encontrar la vacuna lo antes posible. Mientras el mundo científico trabaja a contrarreloj, miles de personas son contagiadas y otros cientos fallecen a causa de la neumonía de la COVID-19.
El mundo se acerca a un millón de infectados, a los 50.000 fallecidos y la esperanza del mundo se centra en que los científicos logren dar con la medicina que contrarreste los efectos del coronavirus.
Misma tecnología que el ébola
J&J comenzó a trabajar en enero sobre la vacuna experimental Ad26 SARS-CoV-2 cuando todavía el brote no había salido de China. La empresa ha empleando la misma tecnología que había usado para desarrollar una vacuna-candidata contra el virus del ébola.
El procedimiento consiste en utilizar una versión desactivada del virus para intentar provocar una respuesta inmunitaria en los humanos.
«Probamos varias vacunas candidatas a aprobación en animales para seleccionar la mejor. Tomó 12 semanas el ensayo», declaró a la AFP el científico jefe de J&J, Paul Stoffels.
La compañía recuerda que no existe aún un tratamiento homologado contra el COVID-19, ni tampoco una medicina existente que sea efectiva contra el virus. Por ello, la dificultad del proceso para desarrollar la vacuna.
«We must #FlattenTheCurve to allow healthcare systems to deal with the number of people getting sick. This will take effort from all of us.»— Dr. Paul Stoffels, Vice Chairman of the Executive Committee & CSO, #JNJ, on the state of #COVID19 in Europe. More: https://t.co/JkT7kOyYbZ pic.twitter.com/01NZ2j08hS
— Johnson & Johnson (@JNJNews) March 31, 2020
«La pregunta es si proteger contra la infección o una forma grave de la enfermedad. Para muchas enfermedades, como la gripe, cuando se vacuna anualmente, es para protegerse contra la forma grave, no siempre contra la infección», dijo Stoffels.
Varios tratamientos están siendo analizados como el antiviral remdesivir, la cloroquina, empleada contra el paludismo, y su derivado, la hidroxicloroquina, pero no se ha probado que sean eficaces.
Distribución de la vacuna
Otras de las preocupaciones de la farmacéutica es la distribución del producto. Dado que es una pandemia mundial, la vacuna tendrá que llegar a todos los países afectados.
El objetivo es que ningún país se quede por fuera y tenga la oportunidad de adquirir la vacuna de forma masiva. Por ello, la compañía dijo que está ampliando su capacidad mundial de fabricación en Estados Unidos y otros países para poder distribuir la vacuna en todo el mundo.
En la carrera por conseguir la vacuna también está el grupo chino CanSinoBIO.
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