Por Cambio16
26/10/2015
El actor Jimmy Morales, ganador de las elecciones presidenciales en Guatemala, es el primer émulo de Ronald Reagan en América Latina, donde hasta ahora los artistas que más alto habían llegado en la política eran los músicos.
Sin una gran inversión económica y con poco más de cuatro meses de campaña electoral, el comediante hizo lo que nunca nadie se creyó: se ganó la voluntad del pueblo de Guatemala, que este domingo lo convirtió en presidente, y le dio un gran varapalo a la vieja política.
El comediante, pese a no tener ninguna experiencia en cargos públicos, ganó las elecciones a la Presidencia con un resultado histórico y apabullante sobre su rival, Sandra Torres, y se convirtió en el décimo presidente de la era democrática de este país. Con un 96,08% de las mesas contabilizadas (18.814 de las 19.582 existentes), Morales sumó una ventaja inédita y alcanzó la primera magistratura del país con un 68,62 del apoyo electoral (2.688.578 votos).
Su rival, la ex primera dama Sandra Torres, de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), suma 1.229.443 votos, un 31,38%, insuficiente para hacerle frente a Morales.
Desde la instauración de la democracia en 1985, el candidato más votado en una segunda vuelta electoral había sido Vinicio Cerezo, de la Democracia Cristiana Guatemala (DCG), que en 1985 alcanzó el 68,37% de los sufragios, frente al 31,63 % de su oponente, Jorge Carpio, de la Unión del Centro Nacional (UCN). Otra de las votaciones memorables fue en 1999, cuando Alfonso Portillo resultó vencedor con un 68,31%, frente a su rival, Oscar Berger, del PAN, con un 31,69%.
Morales, de 46 años y confesión evangélica, protagonizó este domingo el hecho insólito de pasar de ser comediante en la televisión a presidente de un país, lo que logró de la mano el ex rector de la Universidad de San Carlos (estatal), Jafeth Cabrera, su vicepresidente electo.
El actor ha producido y actuado en una decena de películas y además se ha mantenido en el aire más de 15 años con el programa televisivo cómico Moralejas, en el que hace un tándem actoral con su hermano Sammy y encarna a «Neto», un guatemalteco común.
Morales, que además de actor es licenciado en administración de empresas, asumirá en enero próximo como cabeza de una Guatemala sacudida en sus cimientos políticos por un movimiento ciudadano contra la corrupción.
Su llegada a la Presidencia de Guatemala marcará un antes y un después, como lo hizo en Estados Unidos Ronald Reagan (1911-2004), un actor de segunda fila en Hollywood que tras ser gobernador de California fue elegido presidente en 1980 y reelegido en 1984.
Antes que el guatemalteco, otro actor y humorista fue candidato a la Presidencia de su país, el venezolano Benjamín Rausseo, creador del popular personaje Er Conde del Guácharo, pero no llegó a disputar las elecciones de 2006, pues dos semanas antes retiró su candidatura, porque la oposición apoyó a Manuel Rosales.
Hasta ahora no había habido un Ronald Reagan en la región, pero sí hay un presidente cantante, Michel Martelly, «Sweet Micky», el hombre fuerte del ritmo «compa», que está al frente de Haití desde 2011 y ya ha dicho que volverá a la música cuando en febrero próximo entregue el mando al ganador de las elecciones de 2015.
Martelly contó en su campaña con el apoyo de otro cantante tentado por la política, Wyclef Jean, representante del ritmo hip hop y exintegrante del ya desaparecido grupo The Fugees, quien quiso ser candidato presidencial en las elecciones de 2010, pero no le dejaron por haber vivido muchos años fiera de su país.
En apoyo de Martelly dijo en 2010 a un periódico local que «para el futuro de Haití» se necesitaba una persona que no fuera un político y los votantes le dieron la razón.
Martelly y Jean no han sido los primeros músicos en probar suerte en la política. En Argentina, Palito Ortega fue gobernador de Tucumán, secretario de Desarrollo Social y finalmente candidato a la Vicepresidencia en 1999.
En 1994 el músico y cantante panameño Rubén Blades se presentó como candidato a la Presidencia de su país por el partido Movimiento Papa Egoró, que había fundado en 1991, pero quedó en tercer lugar.
Diez años después apoyó la candidatura presidencial de Martín Torrijos, quien fue elegido y le nombró ministro de Turismo.
El «gusanillo» de la política le sigue royendo, pues ya ha anunciado que será candidato independiente a la Presidencia de Panamá en los comicios de 2019.
De llegar a la Presidencia, el guatemalteco Morales tendrá competencia pues Blades es también actor y es conocido por filmes como Safe House (2012), Predator 2 (1990) y Do the Right Thing (1989).
En 2011 la cantante peruana Susana Baca, una pedagoga muy reconocida como investigadora de la música afroperuana y que en 2002 ganó un premio Grammy Latino, fue nombrada ministra de Cultura.
En Brasil, Gilberto Gil, otro cantante y músico comprometido con la política, y también con el medioambiente, pues milita en el Partido Verde, fue ministro de Cultura de 2003 a 2008. Renunció al cargo para dedicarse de lleno a la música.
Entre otros motivos para su renuncia se mencionó que los discursos que debía dar como ministro le estaban afectando las cuerdas vocales y poniendo en riesgo su carrera de cantante. Los resultados de las últimas elecciones legislativas en Brasil, celebradas en octubre de 2014, reflejaron el creciente respaldo popular a los candidatos que no provienen de la política tradicional, lo mismo que en las legislativas mexicanas de 2015.
El payaso Tiririca, el presentador de televisión Celso Russomanno, la cantante de samba-pagode Leci Brandao y el músico campesino Sergio Reis son hoy diputados, pero a quienes los brasileños dieron sobre todo su confianza en esas elecciones fue a los candidatos deportistas.
Los futbolistas Romario, Bebeto, Delñey, Jardel y Danrlei, así como el excampeón mundial de judo Joao Derly, lograron puestos en la Cámara de Diputados o en asambleas legislativas de sus estados.
En México la veterana actriz de telenovelas Carmen Salinas fue elegida diputada en los últimos comicios y mucho antes Silvia Pinal, una de las actrices favoritas de Luis Buñuel, fue diputada y senadora.