El hecho de que Javier Milei prometiera en su campaña electoral que cerraría o privatizaría la principal agencia científica de Argentina, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas, CONICET, porque considera que es una institución que genera gasto y es improductiva, mantiene en vilo a 12.000 investigadores en 300 instituciones relacionadas con la ciencia. Milei dijo que las carteras de Salud, Ciencia y Medio Ambiente deben eliminarse para reducir el gasto público, al igual que los subsidios a la energía eléctrica y al transporte público.
Con un presupuesto anual de 400 millones de dólares, el CONICET es una de las instituciones científicas más importantes de América Latina. Antes de las elecciones, conociendo los recorte que Milei prometía, los directores de los 16 centros de investigación del CONICET publicaron un comunicado en el que afirmaban que un mejor país no se logra «cancelando» el Estado. Otras individualidades han alertado sobre el peligro que corren las instituciones vinculadas a la ciencia y a la investigación, e hicieron manifestaciones en su contra.
“A la luz de las promesas y declaraciones hechas durante la campaña presidencial, la situación se vislumbra muy preocupante. La comunidad científica tendrá que mostrar su resiliencia y determinación”, dijo Sandra Díaz, investigadora ambiental del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal de la Universidad Nacional de Córdoba, que recibe financiamiento del CONICET.
A los científicos también les afecta la terrible situación económica de Argentina. La moneda nacional, el peso, cada día pierde valor frente al dólar estadounidense que se suma a la inflación, que alcanza el 143%.
Reacciones de apoyo
Fuera de Argentina hubo manifestaciones en contra de las medidas de Milei. La Red Interamericana de Academias de Ciencias, que cuenta con miembros de países que van desde Canadá y Estados Unidos hasta Argentina y Chile, publicó un comunicado en el que reafirmaba que “la ciencia no es un gasto sino una inversión” y que el CONICET a través de la investigación “da soluciones directas a los problemas argentinos”.
Los científicos afirman que invertir en ciencia e investigación es una de las mejores soluciones posibles para la crisis que vive el país. “Es importante que las autoridades entiendan que la ciencia y la tecnología deben ser una política de Estado”, dice Gabriel Rabinovich, bioquímico del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Buenos Aires. Agregó que «Argentina no necesita depender de la importación o el avance de tecnologías de países más ricos, dice Rabinovich. “Tenemos el talento humano y el poder para desarrollar nosotros mismos una ciencia innovadora que impacte el conocimiento universal”, espetó.
Milei negacionista del cambio climático
Milei sostiene que el cambio climático es un “engaño socialista” y su radicalidad preocupa mucho a los ambientalistas. “Su posición es propia de un negacionista”, dijo Matilde Rusticucci, científica atmosférica de la Universidad de Buenos Aires que desde 2004 participa en las evaluaciones climáticas globales publicadas por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Milei dijo en su campaña que se debería permitir a las empresas contaminar los ríos “tanto como quieran”, y miembros de la organización que apoya, La Libertad Avanza, se ha manifestado a favor de la privatización de los mares. Plantean que las especies amenazadas pueden protegerse como el ganado, cercándolos. «Milei es un fuerte revés para el trabajo de los científicos. Niega el valor de la ciencia, niega el valor del medio ambiente, niega el cambio climático. Su gobierno será un revés enorme para toda la comunidad científica, por todos los avances que se están logrando, que requirieron mucho esfuerzo», asentó Rusticucci.
Pilar Bueno, que estudia negociaciones climáticas en la Universidad de Rosario, financiada por el CONICET, manifestó que es probable que se descontinúen los esfuerzos argentinos en materia de cambio climático.
«Mile no trae buenas noticias para la ciencia, la educación pública, las universidades, la cultura, el medioambiente y los derechos humanos”, dijo Alberto Kornblihtt, biólogo molecular del Instituto de Fisiología, Biología Molecular y Neurociencias de la Universidad de Buenos Aires.
Argentinos castigan la política tradicional
Milei no es un político tradicional. Era un personaje habitual de programas de televisión y radio de ese país, y se ganó la atención del público con afirmaciones radicales como “si llegara a la presidencia cerraría el Banco Central, dolarizaría la economía, recortaría el gasto público y eliminaría 7 ministerios de los 18 que existen actualmente».
En un país con 40% de su población empobrecida y con una inflación cercana a 143%, a un paso de la hiperinflación; los ciudadanos votaron para eliminar a los políticos de siempre. Javier Milei ganó simpatizantes, porque no lo pueden vincular a la casta política que ha gobernado por tres décadas y ha destruido la economia argentina. Es un personaje de pelo enmarañado, planteamientos radicales, discurso vehemente, no le importa alzar la voz y discutir acaloradamente. No se parece a nadie que haya circulado por el escenario político argentino en años.
Anuncia la eliminación de planes sociales «que no sacan a nadie de la pobreza, al contrario, los perpetuaban en ella». Aunque se presenta como el fin del populismo, Milei es una aventura dentro de un país desesperado. La cultura, la ciencia, el medioambiente y los derechos humanos no están en armonía con su discurso. En respuesta a la deuda multimillonaria con el FMI, Milei prometió recortar los gastos gubernamentales equivalentes al 15% del producto interno bruto de Argentina.
En uno de sus primeros discursos como presidente electo afirmó: «Voy a gobernar para todos los argentinos. Mi responsabilidad es resolver problemas y serán resueltos dentro de mi perspectiva liberal. Respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, de no agresión y en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad».
Los ministerios que serán borrados
Se propone eliminar once carteras con sus respectivas secretarías, jefaturas y direcciones: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible; Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación; Ministerio de Cultura; Ministerio de Desarrollo Social; Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat; Ministerio de Educación; Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad; Ministerio de Salud; Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; Ministerio de Transporte; Ministerio de Turismo y Deportes. Solo quedarán siete ministerios y dejará cesantes a los empleados públicos que no sean de carrera.