El nuevo presidente de la Asociación Mundial de Juristas resaltó la relevancia de que el mundo perciba a España como una democracia fuerte y concluyó que la Constitución «no está cerrada», ya que en su opinión «es muy flexible». No obstante, recordó que nadie está por encima del imperio de la ley.

Madrid se convirtió en la capital mundial del Derecho durante la celebración del vigesimosexto congreso bienal de la World Jurist Association, dedicado a abordar las implicaciones de «la paz mediante el Derecho». Con la participación de más de 2.000 juristas de 67 nacionalidades en las dos jornadas (19 y 20 de febrero), las 21 mesas de trabajo sirvieron para analizar desde distintas ópticas conceptos como la Constitución, el Estado de Derecho, la paz o la convivencia. La elección de la capital española no fue baladí, enmarcada en el coincidente 40 aniversario de la Constitución del 78 y el primer congreso de la World Jurist Association.

«España es ahora una democracia moderna equiparable a cualquiera de los estados avanzados de Europa y se lo debemos a mujeres y hombres que lucharon por nuestra libertad», afirmó la ministra de Justicia, Dolores Delgado. También añadió que los movimientos populistas y radicales «simplifican los retos a los que nos enfrentamos», ya que, bajo su punto de vista, «aportan recetas parciales, incompletas y excluyentes».

Por el Teatro Real de Madrid pasaron presidentes y expresidentes de tribunales de más de 20 países, además de representantes de organismos internacionales como el Secretario General de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro; la vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra; el expresidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Santiago Cantón; o el director de la División de las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, entre otros.

La ley como resultado de la razón

El presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas, defendió que necesitamos confiar en el Derecho y la legitimidad, lo que «solo ocurre cuando la ley resulta producto de la razón, cuando es apreciada como un factor de progreso y de paz social y promueve las libertades fundamentales».

En la misma línea, el magistrado emérito de este alto tribunal Manuel Aragón realizó un llamamiento para que «la libertad e igualdad de todas las personas sean reales y efectivas». Al respecto, sostuvo, las garantías que el Estado de derecho ofrece, siendo necesarias, no son suficientes. «Hay que proveer de condiciones materiales que permitan la libertad de forma plena«, añadió.

Parte importante del evento se enfocó también en la situación de los Derechos Humanos, sobre todo en América Latina y Venezuela, con una grave crisis humanitaria y con un Estado de Derecho mermado durante los últimos años de Gobierno chavista.

Eduardo Ferrer, presidente de la Corte Interamericana de DDHH, destacó que la institución “es hoy un contrapeso a los autoritarismos” de la región. Además, recalcó que “desde la CIDH se tiene el compromiso de continuar trabajando en defensa de los derechos humanos, el Estado de Derecho y las democracias”.

El venezolano Franklin Hoet-Linares, que hasta la celebración del congreso ocupó la presidencia global de la World Jurist Association, aseguró que la paz solo se puede conseguir a través del Derecho, recalcando que esto es algo que «no se aprecia cuando se tiene», pero que «se echa de menos» cuando no existe.

Su sucesor, Javier Cremades, ya ha asumido el testigo y se ha enorgullecido del Premio Paz y Libertad que el rey Felipe VI recibía en el Congreso Mundial del Derecho. Así pues, el presidente y fundador de Cremades & Calvo-Sotelo Abogados dijo que el galardón representa «un reconocimiento explícito por su compromiso con las instituciones democráticas con su Estado de Derecho y con la separación de poderes, con la libertad y la ley«.

Con anterioridad al rey Felipe VI, destacan como ilustres premiados Sir Winston Churchill, galardonado cuando la World Jurist Association todavía era un programa dentro de la American Bar Association; René Cassin, reconocido por su labor en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas; y Nelson Mandela, por su incansable lucha por los derechos humanos en Suráfrica, siendo estos últimos honrados posteriormente con el Premio Nobel.

“Trabajar de manera inclusiva e innovadora”

Javier Cremades, durante la jornada celebrada el jueves 21 de febrero en Málaga (coincidiendo con el Día Mundial del Derecho), expresó a Cambio16 que su objetivo es «trabajar de manera inclusiva e innovadora» al frente de la World Jurist Association. Asimismo, pretende “movilizar a muchos juristas para que sean una fuerza para el bien, denunciar las situaciones donde hay seres humanos aplastados” y pensar bien en el futuro, especialmente, si las nuevas realidades «de transhumanismo e inteligencia artificial» requieren de un nuevo enfoque para superar los desafíos que se presenten.

Cremades también forma parte de la defensa internacional de Leopoldo López, líder opositor venezolano detenido desde 2014 y candidato al Premio Nobel de la Paz, junto al expresidente Felipe González y Alberto Ruiz Gallardón. Por otra parte, ha sido asesor, por encargo de la Comisión Europea, de nuevos miembros de la Unión Europea como Polonia, Lituania y Letonia en la actualización de sus ordenamientos jurídicos.

En la jornada celebrada en la ciudad andaluza se reconoció el esfuerzo de las personas e instituciones que, con su tesón, hicieron posible que el World Law Congress de Madrid fuera un éxito. Entre ellos destaca Jorge Neri, CEO del Grupo EIG Multimedia y editor de Cambio16.

En palabras de Neri, “es un honor para mí y para todo Cambio16 recibir este premio, que nos impulsa a seguir trabajando en forma cada vez más responsable. También representa un compromiso para luchar por el Estado de Derecho, base de nuestra libertad y de la convivencia pacífica, y para fortalecer la democracia no solo en España sino en toda Iberoamérica”

“La Ley es el único camino que tenemos los seres humanos para dirimir nuestras diferencias en paz, armonía y en convivencia”, añadió el editor de Cambio16.

Rey Felipe VI: «Sin leyes no puede haber democracia»

Como colofón al World Law Congress de Madrid, Felipe VI recibía el Premio Mundial de la Paz y la Libertad, concedido por la Asociación Mundial de Juristas. La espontánea reacción de adhesión de algunos asistentes se tradujo en «vivas» al rey y a España. No fueron las únicas alabanzas que recibió el jefe del Estado. Por su parte, el expresidente del Gobierno Felipe González reconocía que «tanto por la historia como por la experiencia vivida, nunca hemos disfrutado de una jefatura de Estado más claramente comprometida con los valores constitucionales de pluralismo y respeto a las libertades individuales».

Para González, en clara alusión al desafío independentista catalán, únicamente bajo las reglas de la Constitución es donde se posibilitan la libertad y la democracia. Y en este sentido, el expresidente socialista valoraba el papel ejercido por el rey, recordando que «no podemos presenciar» de brazos cruzados que representantes del Estado se posicionen «en lucha para destruir el Estado».

En defensa de la Constitución

Tras agradecer el premio recibido en su nombre y en el de la monarquía parlamentaria, Felipe VI pronunció un discurso en el que expresó su «firme convicción de que el Estado de Derecho, en un régimen democrático, no solo es la garantía de los derechos y las libertades, sino el pilar esencial del regular funcionamiento de las instituciones y fundamento de la convivencia y del progreso en paz y libertad de sus ciudadanos«.

El rey aseveró que la Constitución ha sido, es y será la guía de todos sus actos, al tiempo que recalcaba la independencia y neutralidad de la Corona como muestra del «compromiso cívico con España». Por ello, frente a los ataques a la convivencia de los españoles, su majestad aseguraba que «sin Derecho no puede hacerse nada«, ya que «sin leyes no puede haber democracia«.

En referencia a la fortaleza democrática española, Felipe VI sostenía que, a partir de la transición política y la aprobación de la Carta Magna del 78, la sociedad española ha sellado un gran pacto que nos ha permitido vivir los mejores momentos de libertad y bienestar en un Estado política, social y territorialmente plural, «pero unida en lo esencial: en los valores reconocidos en este gran pacto de convivencia y concordia nacional que representa nuestra Constitución«.

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