En el marco del Acuerdo de París, el Gobierno de Japón se está planteando fijar un objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) de entre un 40% y 45% para 2030. El objetivo actual del país nipón es del 26%. Sin embargo, ecologistas líderes empresariales sostenibles están presionando para lograr un objetivo de hasta el 60%.
Para Climate Action Tracker, que realiza análisis científicos independientes, un recorte del 60% sería «desafiante» pero necesario. Con este nuevo objetivo que deberá anunciar el primer ministro Yoshihide Suga en los próximos días, el país se alinearía con el objetivo más fuerte del Acuerdo de París para mantener el calentamiento global en 1,5 °C.
El anterior primer ministro Shinzo Abe, en su momento resistió la presión internacional de fijar un nuevo objetivo de reducción de emisiones para 2030. Por ello, ahora es momento de que Japón tome medidas más drásticas. No obstante, parece que desde que Suga reemplazó a Abe ha puesto un mayor énfasis en la necesidad de acción climática, prometiendo llegar a la neutralidad climática para 2050.
Una recorte desafiante
Si bien el primer ministro tendrá la última palabra, debe comenzar pronto las negociaciones entre los ministerios de medio ambiente y economía. Además, Suga se reunió este viernes con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden y asistirá a la cumbre de líderes climáticos de Estados Unidos el 22 de abril.
Tras la reunión de ambos líderes, la Casa Blanca insinuó que Suga «se plegará a Estados Unidos para revelar un nuevo objetivo» de reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero antes de la gran cumbre climática virtual.
Por su parte, se especula que Biden está planeando una reducción de emisiones del 50% para el objetivo de 2030, basado en los niveles de 2005. Mientras que el objetivo de Japón para 2030, de no ser anunciado en el evento organizado por Estados Unidos, lo haría oficialmente en la cumbre del G7 en junio.
Uso del carbón en Japón
La mayoría de los países utilizan 1990 o 2005 como fechas de inicio para sus objetivos de emisiones, pero Japón se basó en el año 2013 debido a que los combustibles fósiles reemplazaron a la energía nuclear tras el desastre de Fukushima en 2011.
En cuanto al uso de carbón en Japón ha aumentado de manera constante en las últimas décadas y el uso de combustibles fósiles en el país creció drásticamente después de que el desastre de Fukushima provocó una represión de la energía nuclear. Por otro lado, el uso de energía solar en el país asiático aumentó durante la última década a medida que caían los costos, según datos de la Agencia Internacional de Energía.
El plan energético actual establece que el carbón, el petróleo y el gas siguen representando el 56% del mix de generación de electricidad en 2030. Se espera que para ese momento las energías renovables proporcionen entre el 22 y el 24% de la energía. Sin embargo, los críticos han dicho que este plan elimina el carbón con demasiada lentitud y depende demasiado de la captura y el almacenamiento de carbono.
Climate Action Tracker asegura que Japón tendrá que eliminar gradualmente el carbón de la producción de electricidad para 2030 y así conseguirá reducir las emisiones rápidamente. El jefe de la ONU, António Guterres, ha pedido a todos los países del G7 que eliminen el carbón para 2030.
Japón verterá el agua de Fukushima al mar
El Gobierno japonés anunció esta semana que aprobó una ley para verter al mar el agua de la central nuclear de Fukushima. Recordemos que el 11 de marzo de 2011, un terremoto en el océano Pacífico originó un tsunami que impactó contra la costa noreste de Japón, donde se encuentra la central de Fukushima y desde entonces ha estado inactiva. Las autoridades han anunciado que antes tratarán el agua para eliminar la mayoría de elementos radiactivos.
Los trabajos que se deben realizar en la central de Fukushima han tomado más tiempo del que se pensaba en un principio debido al peligro que generan los materiales radiactivos. Como consecuencia, el agua que habitualmente se utiliza para refrigerar los reactores nucleares se ha ido almacenando en tanques y acumulando residuos nucleares.
Los expertos aseguran que estos tanques se llenarán a mitad de 2022, por eso necesitan encontrar un modo de liberar espacio para seguir desmontando la central. El objetivo es tratar el agua y eliminar los materiales radiactivos más peligrosos para que no supongan ningún riesgo para la salud humana.
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