Por Cambio16
07/02/2018
Una de las tradiciones de la educación japonesa es que los niños deben limpiar sus propias escuelas. Un reciente y hermoso vídeo difundido por Unicef le ha desvelado el o-soji (limpieza). Se trata de una práctica en las escuelas niponas más tradicionales donde los niños se encargan de la limpieza y el ornato de su espacio educativo.
En una escuela típica, el o-soji comienza después del almuerzo y una duración de 20 minutos. Esto ocurre cuatro veces a la semana (no limpian el miércoles o sábado). En el último día de cada semestre, hay otra jornada llamada Osoji (limpieza grande). La actividad se acompaña de juegos positivos o música clásica.
Contrario a lo que muchos piensan, no es que en Japón no existan trabajadores de limpieza en los colegios. Los yomushuji o Shuji -el personal de mantenimiento- existe y se encarga de tareas más pesadas. Son otras las razones las que impulsan al sistema educativo japonés a incentivar a los niños a limpiar sus propias escuelas.
La primera es que los japoneses consideran que con esta práctica, los niños aprenden a respetar su entorno. La segunda es que aprenderán «que es mejor no hacer un lío si usted tiene que limpiarlo».
La experiencia de los niños en Japón para limpiar sus propias escuelas
El o-soji, o la actividad de los niños de limpiar sus propias escuelas es, como buenos japoneses, meticulosamente organizada. Cada clase es responsable de la limpieza de su propia aula y otros dos lugares en la escuela. Por ejemplo la oficina de la enfermera y la biblioteca. La clase se divide en Han (grupos pequeños). Cada uno de los cuales es responsable de una de las zonas a limpiar.
Asimismo tres veces al año los estudiantes de tercer grado en adelante hacen seiso chiiki (limpieza del barrio). La escuela cuenta con un arsenal de escobas de tamaño infantil y recogedores que son llevados a cabo para el evento. Los niños se ponen los guantes de algodón llamados gunte, y salen a recoger la basura en el vecindario alrededor de la escuela.
Finalmente, entre limpieza y limpieza, hay un propósito social. Muchas escuelas ofrecen este tipo de interacción entre los grados superiores e inferiores porque muchos niños japoneses son hitorikko (solos, sin hermanos). Los maestros creen que los estudiantes mayores necesitan experimentar ayudando a los niños más pequeños. Y los niños pequeños necesitan buenos modelos a seguir.