Después de diez años del catastrófico terremoto y tsunami en Fukushima, Japón aprobó liberar el agua radiactiva acumulada en su dañada planta nuclear. Países vecinos y organizaciones ecologistas internacionales cuestionan la polémica decisión. El Gobierno informó que verterá al Pacífico el agua contaminada que se almacena en la accidentada central nuclear. Luego de tratarla durante años para retirarle la mayor parte de los elementos radiactivos.
Japón detalló que la controvertida medida, aprobada por el Gabinete, fue consultada previamente con la operadora de la planta, Tokyo Electric Power, el regulador nuclear nipón, con la Organismo Internacional de la Energía Atómica y con las autoridades de Fukushima, entre otras partes.
El propósito es resolver la acumulación de agua radiactiva en la planta. Uno de los problemas más apremiantes dentro del complejo proceso de desmantelamiento de la instalación que resultó averiada en 2011.
El primer ministro de Japón, Yoshihide Suga, indicó que “la eliminación del agua tratada es un tema inevitable en el desmantelamiento de la planta de Fukushima Daiichi”. Informó que el proceso comenzará dentro de dos años y podría durar décadas.
Al hacer el anuncio dijo que se busca “garantizar que los estándares de seguridad sean aprobados por un amplio margen y se tomen medidas firmes para evitar daños”.
Japón toma controvertida decisión sobre planta de Fukushima
Esta decisión de las autoridades niponas liberar al agua de la planta de Fukushima se asomaba desde 2020. La opción era considerada viable, pero se había postergado debido a la oposición de las autoridades locales de Fukushima y de las asociaciones de pescadores, que advierten que el vertido perjudica aún más sus actividades económicas.
El Gobierno insiste en que no generará ningún riesgo para la salud humana debido a que los niveles de tritio liberados estarán por debajo de los estándares sanitarios nacionales, al ser mezclado con agua marina. Y asegura que esta es una práctica habitual en la industria nuclear de otros países. Suga afirmó que se harán esfuerzos por despejar la inquietud generada. «Los efectos del vertido que ha sido estudiado por expertos durante más de 6 años y cuenta con el visto bueno del AIEA», agregó.
¿En qué consiste el procedimiento? Se trata del agua almacenada en enormes tanques y procedente del enfriamiento de los núcleos de los reactores nucleares dañados. Así como de los acuíferos subterráneos y lluvias que se filtran y terminan contaminadas con isótopos radiactivos.
Las instalaciones de Fukushima Daiichi cuentan con un sistema de procesamiento del agua que elimina la mayoría de los materiales radiactivos considerados peligrosos. Con excepción del tritio, un isótopo presente en la naturaleza, aunque en baja concentración.
Más de 1,25 millones de toneladas de agua procesada se almacenan en las instalaciones de Daiichi. Se prevé que la capacidad para su almacenamiento se agote en otoño del próximo año según el ritmo actual al que se genera ese líquido.
China se reserva el derecho de «otras respuestas«
China y Corea del Sur protestaron la decisión de Japón. Argumentan que no hizo las consultas pertinentes para verter las aguas radiactivas de Fukushina al Pacífico.
La cancillería china emitió un contundente comunicado en el que señala a Japón de no haber agotado los métodos seguros de desecho. «El océano es una propiedad compartida de la humanidad. El vertido de agua residual nuclear de la central de Fukushima no es solo un asunto nacional de Japón», dice el texto.
Asimismo, China insta a Japón a reconocer sus propias responsabilidades, mantener una actitud científica. «Y responder a las graves preocupaciones de la comunidad internacional, los países vecinos y sus ciudadanos», subraya.
Indicó que seguirá trabajando con la comunidad internacional para hacer seguimiento de los acontecimientos y se reserva el derecho de otras respuestas.
Asimismo, Corea del Sur «lamenta profundamente la decisión del Gobierno japonés de liberar agua contaminada de la planta nuclear de Fukushima al océano».
A favor y en contra la de medida
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, apoya el anuncio de Japón sobre la planta de Fukushima. Refirió que en «coordinación con la AIEA», Japón ha tomado medidas para gestionar los efectos del accidente nuclear. Que incluye la «monitorización de la radiación, la gestión de residuos y el desmantelamiento».
Sostuvo que «Estados Unidos sabe que Japón ha examinado todas sus opciones en relación con la gestión del agua tratada que se almacena en la planta de Fukushima. «Sin dudas, es una situación difícil y sin precedentes», recalcó.
Entretanto, el director general de la AIEA, Rafael Grossi, respalda el anuncio de Japón «para llevar a cabo un plan seguro y transparente. El método establecido por Japón es factible técnicamente hablando. Y se encuentra en línea con las prácticas internacionales».
«La decisión de Japón des un punto de inflexión que ayudará a allanar el camino para la completa descarga de la planta nuclear de Fukushima Daiichi», argumentó.
Greenpeace alza la voz
Por otra parte, Greenpeace asegura que en Japón que el 85% del Área Especial de Descontaminación continúa afectada por residuos radiactivos. Por tanto, el plan de desmantelamiento de la central es irrealizable.
“Los sucesivos gobiernos de Japón han tergiversado la ineficacia del programa de descontaminación y han ignorado los riesgos radiológicos. Han afirmado falsamente que el plan de desmantelamiento de Fukushima Daiichi convertirá el lugar en un terreno limpio a mediados de siglo”, indicó Shaun Burnie, especialista nuclear senior de Greenpeace East Asia.
Lee también: