La primatóloga Jane Goodall cumplirá el próximo 14 de julio el 60 aniversario del día en el que llegó al Parque Nacional de Gombe Stream (Tanzania) para investigar a los chimpancés salvajes. Goodall (que se doctoró en el Newnham College en 1966, fundó el Instituto Jane Goodall en 1977 y el programa de servicio juvenil Roots & Shoots en 1991) habla para la Universidad de Cambridge sobre la crisis climática y ambiental planetaria, manifestando su «gran esperanza» en los jóvenes.
La doctora Goodall, que en la actualidad viaja por el mundo como Mensajera de la Paz de la ONU, cuenta su historia de vida en la revista Horizons, dentro del espacio «Tierra sostenible» de la citada universidad. Se trata de un proyecto en el que la institución británica se propone observar «cómo hacemos la transición a un futuro sin emisiones de carbono, protegemos los recursos del planeta, reducimos el desperdicio y desarrollamos resiliencia».
También resume su trayectoria, desde la niñez hasta la actualidad, en el siguiente reportaje audiovisual:
Una vida dedicada a «crear conciencia»
“En 1986, ayudé a organizar una conferencia sobre cómo el comportamiento de los chimpancés difería según el entorno. Hubo una sesión sobre conservación y otra sobre condiciones en cautiverio; en ambos casos, fue absolutamente impactante. Fui a la conferencia como científico y me fui como activista», explica la primatóloga.
Desde entonces, Goodall ha viajado por el mundo creando conciencia no solo sobre la conservación y el bienestar de los chimpancés, sino también sobre cuestiones ambientales más amplias.
«Tenemos solo un hogar, un planeta, y lo estamos destruyendo muy, muy rápido. La población humana está creciendo, pero en un planeta con recursos naturales finitos, y estamos utilizando estos recursos más rápido de lo que la naturaleza puede reponerlos. Contaminamos el aire, el agua y la tierra», denuncia Goodall.
Goodall: «No debemos perder la esperanza»
Estamos bombeando imprudentemente con CO2 a la atmósfera y, al mismo tiempo, estamos destruyendo nuestros bosques y océanos, los dos grandes pulmones del mundo, dice la activista. «Si continuamos con los negocios como de costumbre, dentro de 20 años podríamos tener un planeta en el que prácticamente no se pueda vivir».
«No debemos perder la esperanza. Cada día que vivimos, hacemos algún impacto en el planeta. Tenemos la opción de decidir qué tipo de impacto es ese».
Jane Goodall ve razones para ser «optimista», ya que «la naturaleza es resistente». Bajo su punto de vista, «si trabajamos para restaurar esos lugares que hemos destruido, si les damos tiempo, se recuperarán. Un área sombría y destruida puede volverse hermosa nuevamente a medida que los insectos, pájaros y otros animales regresan. Los animales al borde de la extinción pueden tener otra oportunidad».
La «mayor esperanza son nuestros jóvenes»
Para la veterana científica, la «mayor esperanza son nuestros jóvenes» y recuerda un dicho: «No hemos heredado este planeta de nuestros padres, lo hemos tomado prestado de nuestros hijos». Aunque considera que «no hemos tomado prestado el futuro de nuestros hijos, lo hemos robado». Por ello, para darle la vuelta a la tortilla, puso en marcha el programa educativo Roots & Shoots en 1991. Su objetivo era «empoderar a los jóvenes para que hagan del mundo un lugar mejor».
Goodall destaca los avances tecnológicos y científicos a favor de la sostenibilidad: «estamos comenzando a utilizar nuestro intelecto para encontrar soluciones tecnológicas que nos permitan vivir en mayor armonía con nuestro planeta, por ejemplo, automóviles eléctricos y energías renovables, y pensar en nuestras propias huellas ecológicas».
Con todo, a pesar de animar a seguir sumando esfuerzos en todos los ámbitos y por parte de todos, concluye contestando que «no sé» a la pregunda de si todavía estamos a tiempo de revertir las consecuencias del cambio climático.
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