El 13 de abril próximo se celebran los 70 años de Casino Royale, el primer libro de la serie del agente secreto 007. Para conmemorar la primera aparición de James Bond serán reeditados los títulos de la serie. Sin embargo, será correcto políticamente. Serán reescritos para eliminar las referencias raciales y otros «estropicios» de la obra de Ian Fleming.
Ian Fleming Publications Ltd, titulares de los derechos de la obra del británico, encargó la reescritura para evitar párrafos ofensivos. Cada ejemplar de las aventuras de James Bond iniciará con un descargo de responsabilidad:
“Este libro fue escrito en un momento en que los términos y actitudes que los lectores modernos podrían considerar ofensivos eran comunes. Se han realizado varias actualizaciones en esta edición, manteniéndose lo más cerca posible del texto original y el período en el que se desarrolla”.
Las modificaciones realizadas cambian o eliminan algunas representaciones de personas negras. Aun así, permanecen referencias fechadas a otras etnias. Es el caso de los términos raciales utilizados por Bond para las personas del este de Asia y sus opiniones despectivas sobre Oddjob, el secuaz coreano de Goldfinger.
Igualmente, permanecen las referencias al “dulce olor a violación” y a las “mujeres tontas” que no pueden hacer un “trabajo de hombres”. Tampoco se editó la referencia a la homosexualidad como una “discapacidad obstinada”.
¿Qué eliminan o modifican de James Bond?
Uno de los cambios más notables en la obra es la casi total eliminación de la palabra nigger. Este término era ampliamente utilizado por Fleming para referirse a los negros cuando escribía durante los años cincuenta y sesenta.
En la mayoría de los cambios el uso de la palabra se reemplazó por «persona negra» o «hombre negro». Otros descriptores raciales se eliminan por completo. Es el caso de un pasaje que narra la noche de James Bond en Harlem, que incluye una discusión entre un hombre y su novia que Fleming describe como «directamente Harlem-Deep South con mucho de Nueva York».
Otro ejemplo es un pasaje en el cual algunos criminales que escapan de Bond en Dr. No que llegan a los nuevos lectores simplemente como «gánsteres». En la misma obra, ahora no se mencionan la carrera de un médico y un oficial de inmigración, ni al secuaz baleado por Bond.
De manera similar, se omite en las nuevas ediciones de James Bond la etnia de un barman en Thunderball. Mientras que Goldfinger elimina la mención de la carrera de los conductores en una unidad logística de la Segunda Guerra Mundial. El Red Ball Express tenía muchos militares negros, ahora son solo los «exconductores».
Al respecto los propietarios de los derechos de la obra aseguraron en una declaración que seguían el enfoque del autor. “Observamos las instancias de varios términos raciales en los libros y eliminamos una serie de palabras individuales o las cambiamos por términos que hoy son más aceptados, pero acordes con el período en el que se escribieron los libros”, declararon.
Reacciones al cambio
No es la primera vez que las peripecias de James Bond son modificadas para ajustarse al mercado. El propio Fleming otorgó su bendición al editor Al Hart para suavizar las escenas de sexo para los lectores estadounidenses. Además dejó que los editores estadounidenses atenuaran las referencias raciales en Vive y deja morir.
Con respecto a la situación actual Ian Fleming Publications dijo:
“Nosotros en Ian Fleming Publications revisamos el texto de los libros originales de Bond. Decidimos que nuestro mejor curso de acción era seguir el ejemplo de Ian. Hemos hecho cambios en Vive y deja morir que él mismo autorizó. Alentamos a las personas a leer los libros por sí mismos cuando se publiquen los nuevos libros de bolsillo en abril”.
Uno de los autores que ha reaccionado a la noticia es el español, y miembro de la Real Academia Española (RAE) Arturo Pérez Reverte. En su cuenta Twitter señaló que “Gracias a los demagogos, los oportunistas que hacen de esto su negocio y los idiotas que les aplauden, el siglo XXI está siendo el siglo de la estupidez. Enhorabuena”.
Dhal y Christie antecedentes preocupantes
En los tiempos modernos cuando se pudiera pensar que la censura es algo arcaico, se pueden enumerar al menos un par de antecedentes preocupantes. Remontándose al más reciente se encuentra el caso de los libros de Roald Dahl.
El sello inglés Puffin Books, propietario de los derechos de la obra del famoso autor literatura infantil y juvenil, reescribió la creación del autor. Las modificaciones eliminan adjetivos como fea o gordo. Igualmente, las palabras como loco y desquiciado fueron borradas para dar énfasis a la salud mental.
En 2020 la novela de Agatha Christie, Diez negritos, cambió su título en la edición francesa a Eran diez. Así siguieron la iniciativa de las ediciones en el Reino Unido y en Estados Unidos
Ese cambio no se quedó solo en el título. La traducción al francés se revisó y eliminó la palabra negro en el texto para no herir sensibilidades.En la traducción original el término se usó 74 veces.
En su momento el bisnieto de la autora, James Prichard, justificó el cambio alegando que no debían ser utilizadas palabras que pudieran herir. «Cuando se escribió el libro, el lenguaje era diferente y utilizábamos palabras hoy olvidadas»,agregó.
En 1939 la autora publicó en el Reino Unido su novela de misterio con el título Ten little niggers (Diez negritos). Este título hacía referencia a una canción infantil para aprender a contar.
Christie autorizó, en 1940, cuando se publicó el título en Estados Unidos, que saliera con un nuevo título. Dicha resolución tuvo su origen en las connotaciones despectivas de la palabra nigger en inglés. El título quedó como And then there were none («Y no quedó ninguno»), como las últimas palabras de la canción.