Por Benito Guerrero
26/07/2017
Ubicado en el exclusivo barrio de Malabata baie, Hilton Tánger tiene dobles vistas: por una parte el hotel cuenta con panorámicas vistas al Mediterráneo y por otra, al encantador barrio de Acharf, con reminiscencias de pueblo tradicional marroquí.
Con el propósito de crear un refugio de tranquilidad en una ciudad emergente y llena de actividad, Jaime Beriestain ha diseñado el Hotel Hilton Tánger con una mezcla de estilo europeo y de estilo étnico.
Gracias a esta fusión, el resultado ha sido un hotel refinado, sofisticado, atemporal y cálido, con sabor a un Marruecos contemporáneo gracias a los guiños Ethnic Chic introducidos por Jaime Beriestain.
La artesanía local ha sido para el interiorista un elemento de gran importancia en este proyecto. La reinterpretación personal de Beriestain de la cerámica tradicional Zellige, los tejidos de inspiración marroquí, los motivos geométricos y diversas aportaciones de los artesanos locales como el latón golpeado o cepillado y el uso del revestimiento Tadelakt, han contribuido a la discreta identidad marroquí de este hotel.
Lobby, Hotel Hilton Tánger
«Me gusta poder incorporar la atmósfera y la cultura del país al diseño de los hoteles. Desde un principio consideré imprescindible introducir el trabajo de los artesanos locales» explica Jaime Beriestain, apasionado y ferviente defensor del trabajo artesanal.
Se trata de un hotel con volúmenes y espacios amplios, pero a su vez, con rincones íntimos. Debido a los altos estándares de la cadena hotelera Hilton, Beriestain ha sido muy riguroso y exigente en el diseño de cada mueble y objeto, así como en la iluminación.
La mayoría de los elementos de attrezzo, alfombras, espejos y lámparas se han adquirido en distintos zocos marroquíes. La paleta de colores está inspirada en la gama cromática del desierto, con colores hueso y arena, que aportan luz y calidez al espacio.