El viceprimer ministro italiano, Luigi Di Maio, anunció que el Estado se encuentra abierto al diálogo con la Unión Europea, pero dejó claro que Italia no modificará los pilares de sus presupuestos.
«Nuestro objetivo no es comenzar una guerra con Europa. Pero queremos cumplir con las promesas de los votantes», dijo Di Maio este viernes.
A pesar de las exigencias de la UE, Italia insiste en sacar adelante unas cuentas que según Bruselas, no se ajustan a los estatutos del bloque. La normativa establece que los países altamente endeudados, como Italia, deben reducir su déficit estructural y su deuda cada año.
En días recientes, Roma presentó un borrador con ligeros cambios. Sin embargo, continuó sin adecuarse a lo solicitado por la UE. El documento enviado aún estima aumentar el déficit estructural en un 0,8 por ciento del PIB en 2019, fijándolo en 2,4 por ciento; contrario a la reducción que pide Bruselas del 0,6 por ciento.
Respecto a la deuda, Italia estima que caiga al 127,3 por ciento en 2020. Mientras que la Comisión Europea prevé que gire en torno al 131 por ciento para el mismo año.
Al conocer los parámetros de Roma, se esperaba que Bruselas emitiera su opinión sobre el borrador el pasado 21 de noviembre. Así lo hizo y al explicar la nueva evaluación apuntó que «no se cumple el criterio de la deuda definido en el Tratado y en el Reglamento (…) y que, por tanto, está justificado un Procedimiento de déficit excesivo basado en la deuda».
Il Presidente @GiuseppeConteIT questo pomeriggio è intervenuto alla Camera dei Deputati per una informativa sulle valutazioni della Commissione europea in merito alla manovra di bilancio 2019.
Qui trovate il testo integrale del suo intervento: https://t.co/lTozF1hoFV pic.twitter.com/TgBh8n8SVQ— Palazzo_Chigi (@Palazzo_Chigi) November 22, 2018
Asimismo, el texto destaca que con un valor de 131,2 por ciento de la deuda italiana, la segunda más alta después de Grecia, «supera el valor de referencia del 60 por ciento del PIB establecido en el Tratado».
Di Maio defiende los presupuestos
En una entrevista concedida a El País y tras conocer la reacción de la Comisión Europea, Di Maio ha manifestado su intención de mantener el diálogo abierto con Bruselas.
«Quiero dialogar con la UE en términos de recortar el despilfarro, aumentar la venta de inmuebles y activos de la administración pública. Incorporar cláusulas para garantizar que no superamos el 2,4 por ciento de déficit. Pero tiene que quedar claro que en Italia no habrá otra carnicería social», declaró el viceprimer ministro.
Para Bruselas, que pide una reducción del déficit en vez de un aumento, existe también el temor de que la previsión de Roma del 2,4 por ciento se incremente en los próximos años, superando el 3 por ciento.
Al salirse de los estatutos del bloque, altos cargos de la Comisión cercanos al proceso dijeron que es muy probable que se sancione a Italia por desafiar las objeciones de la UE.
Las tensiones se han hecho sentir en el sector económico de Italia, donde los mercados han disparado la prima hasta más de 333 puntos. Di Maio explicó que el efecto es normal debido a las fricciones con Bruselas. Por tanto, consideró que una vez se apruebe una ley definitiva en el Parlamento, «los mercados se calmarán».
En este punto, Di Maio deslizó que existen ciertas aristas abiertas a discusión en el órgano legislativo.
«Pero ninguna podrá prescindir de los puntos cardinales. Renta ciudadana, 9.000 millones; ley de pensiones, 6.500 millones; estafados por los bancos, 1.500 millones; 1.200 millones para bajada de impuestos. Los derechos no se tocan. Pero podemos buscar nuevas fuentes de ingreso», detalló el funcionario para El País desde su despacho en el Ministerio de Trabajo.
Italia no saldrá de la UE
En medio de las creciente fricción entre Italia y la UE, y las negociaciones sobre el Brexit en pleno desarrollo, surgió el temor de que Roma decidiera seguirle el paso a Reino Unido y salir del mayor bloque comercial del mundo.
«Hay un gran miedo de que Italia salga del euro o de la UE. Y yo le aseguro aquí que no será así», expresó Di Maio. Las declaraciones del también Ministro de Trabajo y Desarrollo Económico se dan en un contexto en el que Italia se muestra cada vez más como un euroescéptico y contrario a los reglamentos de la UE.
Al momento de presentar el documento con los mismos supuestos de crecimiento y déficit que ya habían sido rechazados, el ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, declaró que «las maniobras económicas de los últimos cinco años aplaudidas por Bruselas no han hecho bien a Italia y hemos decidido hacer lo contrario».
Abbiamo preso atto che le manovre economiche degli ultimi 5 anni applaudite da Bruxelles non hanno fatto bene all'Italia e abbiamo deciso di fare il contrario. Noi andiamo avanti. #radioanchio
🔴LIVE: https://t.co/sPYXbt6uy6 pic.twitter.com/NpRfArarnm— Matteo Salvini (@matteosalvinimi) November 14, 2018
Pero ante la inestabilidad financiera en la que se encuentra sometida la nación italiana, el Estado ha decidido abogar por la posibilidad de que aún existe un margen de negociación y la capacidad de convencer a la Comisión de aprobar sus presupuestos. Esto incluso con el procedimiento de déficit excesivo (PDE) del cual ya es objeto y que podría generar sanciones.
Las esperanzas de Italia se centran en la reunión pautada para este sábado entre el primer ministro, Giuseppe Conte, y Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. A juicio de Di Maio, se trata de una oportunidad única que evidencia su apertura al diálogo.
«Continuará el diálogo con las instituciones europeas y quien lo llevará adelante será el presidente del Consejo de Ministros, Giuseppe Conte; y el ministro de Economía, Giovanni Tria. Nuestra intención es clara y es la misma que la de la Comisión: reducir la deuda pública italiana. Para lograr este objetivo hemos elegido el camino del crecimiento, visto que las medidas del pasado no funcionaron, como demuestran los datos», reiteró Di Maio, a tono con lo expresado por Salvini.
«Estamos dispuestos al diálogo si no se tocan los derechos ciudadanos y fundamentales de la ley de presupuestos. Para todo el resto, estamos de acuerdo. Hablo de cortar el despilfarro y reorganizar el gasto público», concluyó.
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