El gobierno de las Islas Feroe, un territorio autónomo danés, anunció a principios de semana el inicio de conversaciones sobre el futuro de su controvertida caza de delfines. Una decisión firme podría darse en las próximas semanas.
Esta decisión surgió luego de que la oficina del primer ministro feroés recibiera una petición con casi 1,3 millones de firmas solicitando la prohibición de la caza tradicional, conocida como «grindadráp».
Según reportó AFP, el gobierno feroés sostuvo una reunión en Torshavn donde se discutieron las conclusiones de una reevaluación de la caza tradicional. Esta reevaluación fue ordenada por el Primer Ministro, Steig Nielsen, en septiembre. La solicitud fue consecuencia directa de la matanza de más de 1.400 delfines de flancos blancos del Atlántico y las protestas que provocó la actividad.
«Fue una primera reunión. No se tomó ninguna decisión», declaró a la AFP un funcionario de la oficina del Primer Ministro. Indicó que se esperaba una decisión final «en unas semanas» y que había «varias opciones» sobre la mesa.
El “grindadráp” o “grind” es un práctica centenaria en las Islas Feroe. En ella los cazadores rodean a los delfines o calderones (ballenas) con un gran semicírculo de barcos de pesca y los conducen a una bahía poco profunda donde quedan varados. En la orilla los pescadores esperan a los animales y los sacrifican con cuchillos.
Anualmente la comunidad internacional protesta y manifiesta su indignación por la práctica que consideran una barbarie.
Excepcional matanza de delfines
El “grindadráp” es una tradición practicada durante cientos de años y en la actualidad es legal en las Islas Feroe. Esta costumbre alimentaria tiene como objetivo a las ballenas pilotos, también conocidas como calderones.
Los defensores de la caza de ballenas y delfines manifiestan que la práctica es sostenible, además de un componente importante de su identidad cultural.
El gobierno de las Islas Feroe indicó que cada año se capturan en promedio unas 600 ballenas piloto, unos cetáceos que pueden llegar a pesar más de 3.000 kilos. Los delfines de flancos blancos, en cambio, se capturan en cantidades más bajas: fueron 35 en 2020 y 10 en 2019, según cifras reseñadas por la BBC.
Sin embargo, la última caza de delfines fue excepcionalmente alta. Olavur Sjurdarberg, presidente de la Asociación de Balleneros de las Islas Feroe, explicó que al encontrar la manada se estimó que solo había 200 delfines de flancos blancos.
Explicó que no fue hasta iniciar la matanza que se percataron del número real de delfines en la manada. Eran 1.400 delfines. Todos murieron. Sjurdarberg, quien no participó en la caza, reconoció que fue una matanza excesiva. «Fue un gran error». Aseveró que la mayoría de las personas de la isla están en shock. «Alguien tendría que haberse dado cuenta».
Bjarni Mikkelsen, un biólogo marino de las Islas Feroe, dijo a la BBC que, según los registros, nunca se habían cazado tantos delfines en un solo día allí. El récord anterior fue de 1.200 delfines en 1940. Le siguen 900 en 1879, 856 en 1873 y 854 en 1938.
Aunque la caza es legal no es popular. El parlamentario danés por las Islas Feroe, Sjurdur Skaale, visitó el lugar luego de la matanza para hablar con los lugareños. «La gente estaba furiosa», aseguró.
En 2024 finaliza la caza de ballenas en Islandia
La ministra de pesca de Islandia prevé que la caza de ballenas por parte de la flota de ese país cesará a partir del 2024. La previsión se realiza con base en la disminución de la demanda .
Svandis Svavarsdottir, miembro del partido ecologista, en el poder en Islandia, aseveró a la prensa de su país que “hay pocas razones para seguir autorizando la caza de ballenas a partir de 2024. Hay pocas pruebas de que exista un interés económico en seguir practicando esta actividad», dijo.
En 2019 las cuotas islandesas autorizaron la caza anual de 209 ejemplares de rorcual común y 217 de ballena minke o rorcual pequeño. Estas cifras están en vigor hasta 2023.
Sin embargo en las últimas tres temporadas estivales solo se cazó un rorcual pequeño. Las dos firmas que poseen las licencias en Islandia están paradas. Y una de ellas anunció hace dos años que cesaba totalmente su actividad.