Los bosques de Islandia son tan escasos o sus árboles tan jóvenes, que la población local a menudo bromea diciendo que quienes se pierden en ellos solo necesitan levantarse para encontrar su camino.
Solo cubren el 0,5% de la superficie de Islandia en la actualidad. Sin embargo, no siempre fue así. Cuando los vikingos partieron de Noruega y conquistaron esta isla deshabitada del Atlántico Norte, a fines del siglo IX los bosques formados por abedules cubrían más de una cuarta parte de Islandia.
El país perdió la mayor parte de sus árboles hace más de 1000 años, cuando los colonizadores vikingos llevaron sus hachas a los bosques.
La falta de árboles significa que no existe vegetación que proteja el suelo de la erosión y que almacene agua, lo que origina una extensa desertificación. El gobierno islandés ha convertido la reforestación en una de sus prioridades, dentro de su plan de acción climática.
Sin embargo, recuperar siquiera parte de lo que alguna vez fueron los vastos bosques de Islandia es una tarea lenta que parece no tener fin.
Las especies de árboles
El cambio climático también está impulsando el crecimiento de los árboles y, por lo tanto, también la tasa de secuestro de carbono.
A pesar de que el abedul es un árbol nativo de Islandia, los esfuerzos de reforestación se centran, a menudo, en otros árboles, dado que no se trata de una especie productiva.
Además, debido a que el suelo islandés es bajo en nitrógeno, el proceso de maduración de los pinos procedentes de Alaska es lento y la tasa de crecimiento promedio supone solo una décima parte de la observada en la selva amazónica, por ejemplo.
Iniciativas forestales
Las iniciativas forestales emprendidas en la década de 1950 y especialmente durante el período de 1990, han ayudado al paisaje rocoso de Islandia a recuperar parte de su vegetación.
Desde 2015, se han plantado entre tres y cuatro millones de árboles en Islandia, el equivalente a alrededor de 1.000 hectáreas. No obstante, constituye «una gota en el océano», en comparación con los siete millones de hectáreas plantadas en China durante el mismo periodo, por poner un ejemplo.
Incluso en un país pequeño como Islandia, unos cuantos millones de árboles al año no es suficiente. Los parajes austeros y en gran medida sin árboles, interrumpidos por enormes glaciares y volcanes inhóspitos, han sido durante mucho tiempo los paisajes islandeses.
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