La península de Reykjanes, al suroeste de Islandia, espera una muy probable segunda erupción del volcán Grindavík. El pasado 18 de diciembre, los habitantes de la península observaron cómo el cielo nocturno se iluminó por la erupción del volcán. Este estallido es el inicio de una importante inestabilidad volcánica.
Hubo una expulsión de lava y humo por una extensa zona tras semanas de intensa actividad sísmica. Las señales pre-eruptivas después de esa erupción se intensificaron en los últimos días. Se prevé otra erupción y posiblemente nuevas bocas. “La probabilidad de una erupción aumenta día a día”, informó la Oficina Meteorológica de Islandia, responsable de seguir la actividad sísmica y volcánica.
Islandia se asienta sobre la Dorsal Mesoatlántica, donde las placas euroasiática y norteamericana se separan entre sí unos centímetros cada año, por lo que la actividad volcánica e frecuente.
Otra erupción en días o semanas
Pronosticar el momento exacto en el que ocurrirá es imposible, pero la experiencia del 18 de diciembre pasado, señala que podría producirse una segunda erupción será en unas semanas. Es el tiempo necesario para que el sistema acumule bajo tierra los más de 10 millones de metros cúbicos de magma que requirió para abrir una fisura en la corteza terrestre hace 10 días atrás,
En la zona afectada no han parado los temblores de tierra desde mediados de diciembre. Se han contado más 800 terremotos en una semana. La gran mayoría son imperceptibles. También han regresado las deformaciones del suelo. Una señal que indican entrada de magma en profundidad a un ritmo similar al de antes de la primera erupción.
800 años de tranquilidad, la actividad volcánica se mantendrá por años
La Oficina Meteorológica de Islandia supone que la inestabilidad volcánica que enfrenta la península donde está Grindavík se mantendrá por décadas. Los terremotos y el temor a una erupción inminente aceleraron la evacuación completa de los habitantes de la península de Reykjanes. La primera en los últimos 50 años. La mayoría de sus 3.000 residentes trabajan en la industria pesquera. A 4 kilómetros se encuentra la Laguna Azul, una importante atracción turística. Estará cerrada por un buen tiempo.
Después de más de cerca de 800 años sin erupciones en la península de Reykjanes, en 2021 comenzaron los estallidos se iniciaron en 2021. «Puede ser un nuevo ciclo eruptivo. Esperamos erupciones volcánicas a lo largo de la península”, dijo Matthew Roberts, director general de la sede de la IMO en Reikiavik. Durante las 24 horas del día se monitorea la intensa intensamente la actividad sísmica. Hace ´pocos días el equipo verificó que el magma estaba penetrando el suelo y fracturaba roca a lo largo de 15 km.
Roberts dijo que el magma atravesó por debajo de Grindavík casi como un tren de carga subterráneo, un fenómeno sin precedentes en tiempos modernos. La orden fue la rápida evacuación pueblo pesquero. Poco después se agrietaron las carreteras agrietadas y los sucesivos sismos derrumbaron las casas. Las estructuras del pueblo seguirán hundiéndose 4 cm al día y se agravarán los daños en las construcciones. La parte occidental del pequeño núcleo pesquero ya se hundió más de un metro y no se detiene.
La situación en la zona la situación sigue siendo «altamente volátil». En caso de erupción, la infraestructura sufriría daños considerables y se liberarían gases tóxicos. La primera erupción fue de tipo “fisural”, no en un cono y alcanzó casi cuatro kilómetros de largo.
¿Cómo sería la próxima erupción?
Esta segunda erupción puede que “demore más, o que demore menos”, explicó
Rubén López, vulcanólogo del Instituto Geográfico de España, señala que por los escenarios pasados se puede prever las próximas erupciones pueden tardar un tiempo similar, dos días o tres, aunque también semanas o meses. «Las últimas erupciones han sido de menos de un día, y luego se vivieron replicas en los días o semanas siguientes al primer evento», apuntó.
No solo es imposible conocer con precisión cuándo se producirá la segunda erupción, sino también el sitio donde ocurrirá. Muy probablemente se abra una fisura en la misma zona donde ocurrió la primera erupción, pero no descarta que las bocas eruptivas puedan abrirse en el mar. No se puede establecer en qué punto exacto el magma romperá la corteza terrestre y saldrá al exterior.
Otro escenario posible, aunque menos probable, es que la entrada de magma en profundidad se detenga y no haya una erupción. “Si deja de haber deformación, lo único que provocará será un engrosamiento de la corteza, la isla se habrá hecho un poco más grande y listo”, explicó el experto.
Seguidilla de temblores
En los últimos cinco días, la OMI detectó más de 140 temblores, prácticamente todos de magnitud menor a 1, en la ladera oeste de Fagradalsfjall, un sistema volcánico muy cercano al de Svartsengi, el que podría tener una segunda erupción. Allí hubo fuertes erupciones 2021, 2022 y 2023.
La Oficina Meteorológica de Islandia publicó un mapa de peligros actualizado, basado en la interpretación conjunta de los datos de la situación del volcán a finales de diciembre. En la evaluación se hicieron cambios en la lista de peligros potenciales dentro del área de Grindavík, donde se agregaron riesgos debido a posibles flujos de lava y contaminación por gases. Los cambios se deben al aumento de las posibilidades de una erupción al norte de Grindavík. Este mapa de peligros será revisado el 5 de enero de 2024.
Acumulación de magma y temblores
La OMI se mantiene monitoreando la zona y cualquier cambio se comunicará directamente a protección civil para tomar las medidas necesarias. A los islandeses las erupciones volcánicas no les son extrañas. Les preocupan, pero tienen experiencia y capacidad de respuesta para minimizar los daños, pero nadie está perfectamente preparado para una catástrofe. El levantamiento actual no está acompañado de mucha actividad sísmica como el primero, porque la erupción de hace unas semanas liberó una tensión significativa en la zona.
Debe acumularse más magma para que aumente la actividad sísmica. Antes de la última erupción hubo varios terremotos de magnitud superior a 3 y solo uno de magnitud superior a 4. La actividad sísmica puede ser parecida en la próxima intrusión de magma. A medida que continúa la acumulación de magma bajo Svartsengi, la probabilidad de otra intrusión de magma y una erupción aumenta con cada día. Los meteorólogos consideran que lo más probable es que la próxima erupción se produzca en Sundhnúkur, una cadena de cráteres al norte de la ciudad de Grindavík, entre Stóra-Skógfell y Hagafell a unos 3,5 kilómetros del núcleo pesquero.
¿No habrá una nube tóxica?
Algunos expertos aseguran que la nube tóxica y la lava no llegarán a núcleos poblados en Islandia. Los modelos de predicción determinaron cómo la nube de dióxido de azufre generada por el volcán fue en dirección sur y sureste, y después giró hacia el norte y noroeste, hacia el Atlántico Norte. Se alejó de los núcleos poblados, entre ellos la capital del país, Reikiavik. El sistema que usan los organismos islandeses también los utilizan algunos de los centros de investigación volcánica y sismológica españoles.
El vulcanólogo Raúl Pérez, del Instituto Geológico y Minero de España del IGME-CSIC, explicó que en las partes más tóxicas de esa nube se acumulan hasta 9.000 microgramos de dióxido de azufre por metro cúbico. Afortunadamente, no se han acercado a las poblaciones.
El Departamento de Protección Civil y Gestión de Emergencias de Islandia describió ondas de humo y lava fluyendo que tiñeron el cielo de color naranja durante la primera erupción volcánica en la península de Reykjanes, a 3 km al norte de Grindavík, en el oeste de Islandia, el pasado 19 de diciembre de 2023.
El Instituto de Geociencias, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Universidad Complutense de Madrid replicó también en la red social X un modelo en el que se aprecia el mapa del comportamiento previsible de las coladas de lava, y no se aprecia tampoco que esas coladas vayan a afectar a núcleos poblados. L modelo se basa en que el flujo de lava era de 300 metros cúbicos por segundo al inicio de la erupción, aunque fue disminuyendo hasta llegar a un equilibrio de unos 30 metros cúbicos de lava por segundo.
No se parece a la erupción del Eyjafjallajökull en 2010
Los expertos apuntan que la erupción de este volcán no se parece en nada a la del Eyjafjallajökull en 2010, que tuvo un gran impacto sobre el espacio aéreo europeo debido a la gigantesca emisión de cenizas a la atmósfera. El IGEO recordó que erupciones “fisurales” ya se han repetido en la península islandesa de Reykjanes en 2021, en 2022 y también en julio de 2023.
La erupción de mediados de diciembre no se parece a la de 2010. La nueva fisura no se localiza, como aquella, bajo un glaciar, por lo que no se producirá la fusión de hielo y un aumento de gases que sí aumentarían la explosividad y la fragmentación de magma en cenizas que se expanderían por la atmósfera como en 2010.
Roberts dijo que Islandia cuenta con todo tipo de ingeniosos métodos para combatir la lava, sin embargo “la naturaleza siempre gana si la erupción dura lo suficiente”.