Irak detendrá envíos de crudo a Irán en noviembre desde sus campos de Kirkuk, en el norte del país, para cumplir con las sanciones impuestas a su vecino por Estados Unidos, administración que está exigiendo fiel cumplimiento a la medida, tras su retiro del acuerdo nuclear con los persas y otras potencias.
Kirkuk es uno de los campos petroleros más grandes y antiguos de Oriente Medio. El año pasado, Irak comenzó a enviar crudo desde allí hacia Irán para su uso en refinerías, y la república islámica acordó entregar la misma cantidad de crudo a los puertos del sur de su vecino.
Actualmente, Irak exporta menos de 30.000 barriles por día (bpd) a Irán por vía terrestre, dijeron cinco fuentes familiarizadas con las operaciones a Reuters.
«El transporte de petróleo de Kirkuk a Irán por vía terrestre se detendrá en noviembre, en línea con las sanciones estadounidenses contra Irán. (La estatal) SOMO planea vender 30.000 bpd desde un pequeño campo petrolero cerca de Mosul a partir de noviembre como alternativa», sostuvo una de las fuentes.
La decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos de un acuerdo nuclear con Irán y reimponer sanciones ha puesto al gobierno del primer ministro iraquí Adel Abdul Mahdi en una posición difícil, ya que la economía del país está estrechamente relacionada con la de Teherán. Por tanto, Irak detendrá envíos de crudo bajo extrema presión.
Irak continúa reflotando su economía
La economía iraquí aún se muestra precaria. Aunque su producción ha venido escalando hasta superar los 4,6 millones de barriles por día, y ostenta el segundo lugar como productor en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y el cuarto del mundo tras superar a Canadá, siguen abogando por mantenerse fuera del recorte del bloque, y presionan por no bombear más crudo.
Para Irak es clave que los precios del petróleo se mantengan en los actuales niveles, que han superado la barrera de los 86 dólares por barril.
Aunque la producción se ha mantenido en una carrera ascendente, es poco lo que ha avanzado en términos de beneficios para la ciudadanía. Inclusive, la producción aumentará a 5 millones de barriles diarios en 2019 y a 7,5 millones en 2024, de acuerdo con los planes del gobierno, lo que eventualmente podría seguir siendo insuficiente.
Las inminentes sanciones que recrudecerán este mes de noviembre, mantienen visiblemente ocupados a los irquíes, que en silencio han elevado sus envíos a Asia, Europa y a la zona del Mediterráneo para suplir los barriles que deberá dejar de enviar a su vecina Irán.
Irak detendrá envíos de crudo en medio de una realidad compleja
Pese a su riqueza petrolera, Irak carece de un suministro eléctrico estable y tiene problemas para mantener las luces encendidas… y para atraer el tipo de inversión necesaria para crear empleo e impulsar las empresas locales, reseña un reporte de Hoy Digital.
“El aumento de la producción es una buena noticia; sin embargo, Irak aún no brinda a sus ciudadanos servicios básicos como agua limpia y energía, ni siquiera en Basora, donde se extrae la mayor parte del petróleo”, dijo Ziad Daoud, economista jefe de Bloomberg en Oriente Medio.
La mayoría de los indicadores de Irak fuera del petróleo son poco prometedores, amplía la publicación. por tanto, Irak detendrá envíos de crudo como un esfuerzo mayor.
Las tensiones políticas siguen presentes debido al impasse del país con los kurdos semiautónomos; la sensación de marginación de la minoría sunita; y el descontento de la mayoría chiíta con servicios públicos no confiables en su centro meridional de la provincia de Basora.
Los precios del petróleo se han duplicado desde 2016. Con la altas cotizaciones se han impulsado las finanzas iraquíes, pero el índice accionario del país bajó 30% en el mismo período. Han salido del país más de USD32.000 millones de inversiones extranjeras directas en los últimos cinco años, de acuerdo con los datos de Naciones Unidas.
Frustración ciudadana
Quince años después de que Estados Unidos encabezó una coalición militar para derrocar el régimen de Saddam Hussein, “la gente se siente frustrada por no tener electricidad las 24 horas y porque la infraestructura y la atención sanitaria son mediocres”, dijo Ali Al-Mawlawi, responsable de investigación del think tank Al-Bayan Center de Bagdad. “La riqueza no se derrama hacia abajo de manera justa y equitativa”, manifestó.
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