La construcción del gigantesco Tren Maya, que atravesará cinco estados del sureste de México, está levantando todo tipo de polvareda. Un panel independiente de juristas, científicos y ecologistas abrirá una investigación al controvertido proyecto ferroviario por violaciones ambientales.
Activistas y expertos consideran que la obra impacta ecosistemas sensibles, sitios históricos antiguos y los derechos de las comunidades indígenas y locales. Este tren recorrerá 1.500 km y unirá los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
La construcción de este transporte masivo no se limita al aspecto de infraestructura. También plantea un reordenamiento territorial centrado en la urbanización de regiones indígenas y campesinas a través de 12 paraderos y 19 estaciones. Esto implica la creación de núcleos urbanos o la expansión de las urbes existentes.
El panel, denominado Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza, fue creado por la Alianza Global por los Derechos de la Naturaleza en enero de 2014. A los fines de crear un foro para que las personas hablen en nombre de la naturaleza y para protestar por la destrucción de la Tierra. Asimismo, propicia que los pueblos indígenas compartan sus preocupaciones sobre el suelo, el agua y su cultura.
El panel comenzó su visita este 10 de marzo a las comunidades de Pisté, Xmaben y Tihosuco. Un grupo de cinco miembros del tribunal recorrerá las obras de construcción del Tren Maya, visitará organizaciones de derechos comunitarios. Y tomará testimonios de las comunidades afectadas en los estados de Yucatán, Quintana Roo y Campeche.
El Tren Maya de México, violaciones ambientales
El papel de expertos sostiene, en forma preliminar antes de iniciar las investigaciones in situ, que “bajo la excusa de la generación de medio millón de empleos durante la obra, este proyecto de ‘ordenamiento territorial” podría acarrear grandes consecuencias para la destrucción de los ecosistemas y las comunidades”.
La ruta del Tren Maya de México abarca regiones que son consideradas grandes hábitats de biodiversidad. Y constituyen los territorios de vida de las comunidades mayas que las han habitado desde tiempos ancestrales. A la fecha mantienen sus prácticas tradicionales en armonía con la Naturaleza, pero esto puede cambiar, señala el Tribunal.
Su construcción preocupa, debido a que para abrirse paso, se sacrificarán más de 2 mil 500 hectáreas de selvas húmedas y secas, que representarían casi 9 millones de árboles. Afectará además a cavidades subterráneas como cenotes, cuevas y ríos subterráneos, dado que transitará por encima de estos ecosistemas únicos que resguardan especies endémicas.
La pérdida de la biodiversidad a raíz del deterioro y modificación de los hábitats que genera esta construcción afectaría a muchas especies en peligro, como el jaguar.
Otros efectos colaterales que implica esta transformación de ecosistemas son la contaminación acústica, los incendios, la afectación de reservas de agua. Y de gestión de residuos, daño a la fauna, contaminación de la selva y fragmentación de ecosistemas, entre otros. La región alberga el 33% del agua dulce de todo el territorio mexicano.
El proyecto, aprobación y construcción de la red ferroviaria ha tenido graves irregularidades. Se omitió una evaluación ambiental estratégica que considera los impactos acumulativos del proyecto en su conjunto. Tampoco se han respetado el derecho a la participación y decisión de las comunidades mayas cuyo territorio se verá impactado, afectando su derecho a la libre determinación.
La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM) reprochó al Partido Verde Ecologista de México (PVEM) su aprobación respecto al Tren Maya, megaproyecto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para la península de Yucatán.
Modelo de derechos de la naturaleza
En medio de esas actuaciones y contextos, el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza elevó una alerta urgente por esta inminente violación a los Derechos de la Naturaleza. De allí, el inicio de la investigación con la recopilación de datos y testimonios en el sitio con las comunidades indígenas.
El Tribunal sigue el modelo del Tribunal Internacional de Crímenes de Guerra y el Tribunal Permanente de los Pueblos. Organizaciones ciudadanas para la investigación de violaciones de derechos humanos. Su mandato es investigar presuntas violaciones de los derechos de la naturaleza. El tribunal fue creado para tomar testimonio y evaluar las violaciones de la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra, un documento adoptado durante una conferencia popular de 2010 en Cochabamba, Bolivia. La conferencia se produjo un año después de lo que los defensores de los derechos de la naturaleza consideraron una cumbre climática de la ONU decepcionante en Copenhague.
Los jueces del tribunal del Tren Maya de México son: Padre Raúl Vera (México), Yaku Pérez (Ecuador), Antonio Elizalde (Chile). Así como Francesco Martone (Italia/Ecuador), Maristella Svampa (Argentina) y Alberto Saldamando (Estados Unidos). También participará la secretaria del Tribunal, Natalia Greene (Ecuador).
Los jueces emitirán un informe y sentencia no vinculante luego de la visita que tiene como objetivo crear un cuerpo de jurisprudencia modelo de derechos de la naturaleza. Asimismo, dar visibilidad a los problemas socioambientales relacionados con el proyecto Tren Maya.
Las impugnaciones legales al proyecto en México, incluidas las denuncias de que la construcción viola el derecho humano a un medio ambiente sano, hasta ahora han resultado infructuosas. El año pasado, Andrés López Obrador declaró que el proyecto era un asunto de seguridad nacional, lo que le permitió eludir las medidas cautelares que detenían la construcción.
Daños a largo plazo
El Tren Maya a travesará seis estados de México, incluidos los puntos turísticos de Cancún y Tulum. Los viajeros utilizarán el sistema para movilizarse entre centros turísticos a lo largo de la costa y sitios históricos y las antiguas ruinas mayas. El presidente ha promocionado el proyecto, que se prevé que cueste más de $ 8 mil millones, como un medio para llevar el desarrollo económico a las zonas empobrecidas del país.
Los críticos del proyecto, cuya finalización está programada para diciembre de 2023, dicen que el tren causará daños a largo plazo. Y en algunos casos irreversibles, a bosques, acuíferos y un complejo sistema de ríos subterráneos y cuevas, que podría colapsar bajo el peso del ferrocarril.
El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza se ha reunido cinco veces. Vandana Shiva (India) presidió el primer Tribunal Internacional de Derechos de la Naturaleza, que se convocó en Quito, Ecuador en enero de 2014. Posteriormente, el Tribunal realizó audiencias en Lima, Perú (diciembre de 2014), en un Tribunal presidido por Alberto Acosta (Ecuador). El tercero se llevó a cabo en París, Francia en diciembre de 2015 durante la COP21, presidido por Cormac Cullinan (Sudáfrica). El cuarto en Bonn, Alemania en noviembre de 2017 durante la COP23, presidido por Tom Goldtooth (Dine’ y Dakota, EE UU). Y el quinto Tribunal de los Derechos de la Naturaleza se llevó a cabo en Glasgow, Escocia, en noviembre de 2021 en paralelo a la COP26, y fue presidido por Leonardo Boff (Brasil).