Investigadores españoles detectaron que las hormonas esteroideas, las que regulan procesos como los cambios asociados a la pubertad, afectan al desarrollo del alzhéimer. El hallazgo propició la identificación de un fármaco para tratar esta enfermedad neurodegenerativa del sistema nervioso central, el STX64.
El estudio, publicado en la revista científica Nature Communications, lo dirigió Manuel J. Muñoz del Departamento de Biología Molecular e Ingeniería Bioquímica de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), en Sevilla. Muñoz también es investigador en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro mixto del CSIC, UPO, Junta de Andalucía).
Empezaron estudiando pequeños gusanos milimétricos, el organismo modelo Caenorhabditis elegans, a los cuales se les indujo la enfermedad de Alzheimer. Durante su desarrollo descubrieron que determinadas hormonas esteroideas modificadas, a las cuales se les añade un grupo sulfato, mejoraban los síntomas de la enfermedad en este nematodo.
Esta modificación en las hormonas esteroideas con el grupo sulfato ocurre de forma natural a través de la acción de dos tipos de proteínas que están presentes en todos los animales. Las sulfotransferasas que les ponen el sulfato, y las sulfatasas de hormonas esteroideas que los quita.
“Cuando en los gusanos se elimina el gen de la sulfatasa, se pierde la capacidad de eliminar el sulfato de las hormonas y se produce un aumento de hormonas sulfatadas en el organismo. Esto genera unos efectos sorprendentes: los nematodos con Alzheimer reducen sus síntomas y los que no tienen la enfermedad son longevos”, explica Muñoz.
A partir de entonces, entró en acción el fármaco para tratar el alzhéimer.
Un fármaco para controlar el alzhéimer
Un aspecto destacable en el abordaje del alzhéimer es la existencia de un fármaco de uso oral que inhibe la actividad de la sulfatasa, el STX64. Con este fármaco se puede eliminar la actividad de esta proteína sin necesidad de hacer una modificación genética. Simplemente con la ingestión de este compuesto. Los resultados del fármaco en los gusanos son exactamente los mismos, mejoran los síntomas del alzhéimer e incrementa la longevidad en los sanos.
Este compuesto también ha sido probado en ratones a los que se les ha inducido esta enfermedad. Los roedores, que se caracterizan por perder capacidad cognitiva con la edad, al ser tratados con STX64 recuperan la memoria a los mismos niveles de los que están sanos.
Además, otra característica de la enfermedad es la formación de placas de agregados proteicos en el cerebro. Estas placas también se reducen después del tratamiento con este compuesto. «Estamos frente al descubrimiento de un nuevo mecanismo que podría participar en la regulación de la aparición del alzhéimer. También frente a un posible tratamiento que podría ser útil en humanos», destacó Muñoz.
Investigación con pacientes durante un año
Investigadores de la UPO y expertos en dirección de empresas biotecnológicas han constituido una empresa denominada Olavide Neuron STX. El propósito es que los resultados no se queden en una publicación científica.
El grupo de investigación ha obtenido una patente europea sobre el citado fármaco y el alzhéimer, de la que es titular la universidad sevillana. Y que se ha licenciado a su vez a esta empresa de base tecnológica. El fármaco fue ensayado para tratar cáncer por una multinacional, habiendo superado todas las fases de toxicidad. Aunque se abandonó su uso porque no mejoró el pronóstico de otros fármacos ya comercializados.
Ahora el fármaco tiene una segunda oportunidad, pero esta vez para tratar alzhéimer. «Aprovechando que ya sabemos que no es tóxico en humanos, el objetivo de la ‘Spin off’ Olavide Neuron STX es realizar un ensayo clínico en enfermos de alzhéimer en un periodo de un año. Si todo va bien, poder ayudar a paliar el sufrimiento de millones de familias», sostuvo Manuel J. Muñoz.
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