“Sé que necesito una educación. La escuela es mi futuro. La vida sin escuela no es vida”, señala Prince-Bonheur Ngongou al ACNUR. Prince pertenece a ese grupo de jóvenes desplazados y refugiados que han perdido años de educación formal como consecuencia de un conflicto armado. Su historia forma parte del último informe 2019 elaborado por ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados) Redoblar esfuerzos: La educación de los Refugiados en crisis.
Los niños y niñas refugiados necesitan más:
🏫Escuelas
📄Profesores cualificados
📚Materiales de aprendizaje#ConLosRefugiados #VueltaAlCole
👉https://t.co/aHHOZCiKX0 pic.twitter.com/4Q0eo5p2eL— ACNUR Comité Español (@eACNUR) September 11, 2019
Casi 4 millones de niños fuera de las aulas de clases
El informe lanzado para finales de agosto es un llamado a la acción a gobiernos, escuelas, universidades, empresas, donantes y público en general para la inclusión de los refugiados en educación. Casi 4 millones de niños en edad escolar están fuera de las aulas como consecuencia de conflictos armados, apunta la organización World Vision.
“Más de 3,5 millones de niños y niñas viven una infancia interrumpida, en campos de refugiados en tierras extranjeras, u obligados a mendigar o trabajar para llegar a fin de mes. Y en otros lugares, los niños desplazados o bajo la amenaza de sufrir ataques dentro de sus propios países, también están luchando para volver a clase”.
Así como estos niños, Prince se vio literalmente obligado por las balas a huir de su escuela, a los 17 años de edad. Con el conflicto desatado en la República Centroafricana, ese mismo día que las balas irrumpieron en la clase de francés, Prince corrió hasta su casa, tomó a su madre y hermanos más pequeños para cruzar el río Ubangi.
Desde allí alcanzó la República Democrática del Congo y luego fue acogido junto con su familia en un campamento de refugiados en Boyabu . Allí recibió ayuda y cobijo de ACNUR, pero no ha podido recibir educación. Ya cuenta 23 años y cinco de ellos fuera de la escuela.
Recursos escasos para la educación
Los recursos para la educación son escasos cuando de refugiados se trata. Por ejemplo, el Plan de Respuesta en Siria apenas ha recibido un 10% de lo que necesita para la educación, afirma World Vision.
A esto se suma la escalada de violencia en las áreas en conflicto que han convertido escuelas en blanco de ataque. Por lo que Naciones Unidas y otras agencias, a lo largo de este año mantienen activa una campaña vía redes sociales donde se resalta el hecho de que ni los niños ni las escuelas pueden ser blanco de bombardeos y ataques. #ChildrenUnderAttack #ENDViolence.
3,758 school backpacks.
3,758 young lives lost to conflict.As children in many parts of the world return to school, we’re calling on world leaders at #UNGA to protect #ChildrenUnderAttack. #ENDviolence pic.twitter.com/3BdOLIPTpK
— UNICEF (@UNICEF) September 8, 2019
Entre 2014 y 2018, se registraron 14 mil actos de violencia contra niños, maestros y escuelas en 34 países, de acuerdo con datos de la Coalición Global para proteger la Educación. El abandono escolar propicia entre la población de los niños refugiados situaciones forzadas como trabajo infantil, reclutamiento de milicias o matrimonio infantil entre las niñas, quienes son especialmente vulnerables.
Educación para la paz
Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, afirma que la inversión en educación es muy obvia cuando se desperdician billones de dólares en conflictos armados con un alto costo para las sociedades y economías.
Igualmente, resalta Grandi que la falta de educación entre la masa de refugiados y desplazados desacelera el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No solo el relativo a educación de calidad, inclusiva y equitativa (ODS 4), sino los relativos al trabajo decente y reducción de las desigualdades.
“I kept asking myself, how will I ever become a doctor when I can barely read or write?”-Arseel, whose life and #education were disrupted by conflict at age 6, in Syria.
Read her inspiring story: https://t.co/HVcyORmbnr
Without an education, children risk losing their futures. pic.twitter.com/pvz8cirDpW
— UNICEF Education (@UNICEFEducation) September 12, 2019
Ya la cifra de 7.1 millones de niños refugiados es devastadora por sí misma. De ellos 3.7 millones están fuera de la escuela (cifras ACNUR). A pesar de que existe un incremento – según las estadísticas – de escolarización entre los niños refugiados, el informe insta a metas y propósitos más ambiciosos.
Más ambición…
La matrícula en educación primaria ascendió del 63% al 64%; en educación secundaria de 23% a 24% y en educación superior de 1% al 3%. Por ejemplo en la educación secundaria la diferencia con los niños no refugiados en edad escolar la brecha es abismal: 24% frente a 84%.
De allí que se plantee la paridad de asistencia escolar entre niños refugiados y no refugiados en educación primaria y secundaria. Y se aspire a llegar a un 15% de asistencia de los refugiados a la educación superior.
The Global Refugee Compact provides useful tools to improve refugee education and in many countries we are making progress – but more attention, resources and good policies are needed. https://t.co/I9DmxOlOUY
— Filippo Grandi (@RefugeesChief) August 30, 2019
Por lo tanto el llamado a la acción es para todos. No solo a los gobiernos, empresas y donantes a que aporten dinero, sino también a las escuelas y universidades a que aumenten el espacio educativo para refugiados y migrantes.
Llamado a Europa
Este miércoles pasado tres agencias ONU – ACNUR, OIM (Organización Internacional para las Migraciones) y Unicef – hacían un llamado a todos los países europeos para que garanticen la educación de los niños refugiados.
“Para los niños refugiados, la educación no es solamente esencial para sus propios futuros, sino también para el de las comunidades en las que viven. Una educación de calidad aumenta las oportunidades vitales, facilita la integración y es una situación en la que todos ganan, los estudiantes y las sociedades. Invertir en educación para todos es una de las mejores inversiones que puede hacer un gobierno”, insiste Pascale Moreau, director de la oficina de ACNUR para Europa.
Un informe emitido por estas tres agencias resalta cuatro desafíos para los estados europeos en cuanto a educación de niños migrantes, refugiados y a la espera de asilo: insuficiencia de fondos; falta de espacio en las escuelas y falta de educadores capacitados para trabajar con migrantes y refugiados; barreras lingüísticas y falta de apoyo psicosocial.
“After the attack on our #school, it is very hard for me to concentrate in my class,” says Safaa, a 12-grade student from #Kabul. Watch the video. #ChildrenUnderAttack #Schools #NotATarget #EndViolence@UNICEFROSA @UNICEFEducation @UNICEF pic.twitter.com/Hqg0L5wFov
— UNICEF Afghanistan (@UNICEFAfg) September 4, 2019
El informe insta a los estados europeos a fortalecer vínculos con las escuelas, servicios sanitarios y de atención a la infancia para abordar el déficit en educación entre los niños refugiados. Además, de pedir un mayor esfuerzo para la recopilación de datos estandarizados.
“Estos son objetivos ambiciosos, pero vienen con recompensas incalculables. La educación preparará a los niños y jóvenes refugiados para el mundo de hoy y del mañana. A su vez, hará que ese mundo sea más resistente, sostenible y pacífico. Y eso no es un mal retorno de nuestra inversión”, afirma Grandi en la introducción del informe de ACNUR 2019.
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