Los vaivenes del mercado energético a veces ponen en peligro los avances de la transición energética global y tienden a dispersarlos. Un análisis de la AIE señala que la inversión mundial en energía limpia alcanzará casi el doble de la cantidad destinada a los combustibles fósiles en 2024. Comportamiento ayudado por la mejora de las cadenas de suministro y los menores costos de las tecnologías renovables.
El gasto global en tecnologías e infraestructuras de energía verde va camino de alcanzar los 2 billones de dólares en 2024. Incluso cuando los mayores costos de financiación obstaculizan nuevos proyectos, especialmente en las economías emergentes y en desarrollo.
Según la Agencia Internacional de Energía se espera que la inversión total en energía en todo el mundo supere los 3 billones de dólares en 2024 por primera vez. Y unos 2 billones de dólares se destinarán a tecnologías limpias, incluidas las energías renovables, los vehículos eléctricos, la energía nuclear. Así como las redes, el almacenamiento, los combustibles de bajas emisiones, las mejoras de la eficiencia y las bombas de calefacción.
El resto, algo más de un billón de dólares, se destinará al carbón, el gas y el petróleo. En 2023, la inversión combinada en energía renovable y redes superó por primera vez la cantidad gastada en combustibles fósiles.
Sin embargo, el nuevo informe advierte que todavía existen importantes desequilibrios y déficits en los flujos de inversión en energía en muchas partes del mundo. Destaca el bajo nivel de gasto en energía limpia en economías emergentes y en desarrollo (fuera de China), que superará los 300.000 millones de dólares, encabezados por la India y Brasil.
El brinco de la inversión en energías limpias
Este aporte solo representa alrededor del 15% de la inversión mundial en energía limpia. Muy por debajo de lo que se requiere para satisfacer la demanda de energía en muchos de estos países, precisa la AIE, donde el alto costo del capital está frenando el desarrollo de nuevos proyectos.
“La inversión en energía limpia está estableciendo nuevos récords incluso en condiciones económicas desafiantes. Lo que pone de relieve el impulso detrás de la nueva economía energética global. Por cada dólar que hoy se destina a combustibles fósiles, casi dos dólares se invierten en energía limpia”, afirma el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
Precisa que “el aumento del gasto en energía limpia está respaldado por una economía sólida, por reducciones continuas de costos y por consideraciones de seguridad energética. Pero también hay un fuerte elemento de política industrial, ya que las principales economías compiten por ventajas en nuevas cadenas de suministro de energía limpia”.
Birol cree “urgente hacer más para garantizar que la inversión llegue a los lugares donde más se necesita. Especialmente en las economías en desarrollo, donde falta el acceso a una energía sostenible y segura”.
La AIE emitió en junio un documento en el que destacaba insuficientes los esfuerzos globales para apuntalar la energía renovable. Entonces sugirió dar un paso gigante hacia adelante en materia de energías limpias para mantener las temperaturas dentro de los objetivos de 2030.
La ruta la definen los grandes
¿Qué ha pasado en el camino? Cuando se alcanzó el Acuerdo de París en 2015, la inversión combinada en energías renovables y energía nuclear para la generación de electricidad era el doble de la cantidad destinada a energía alimentada con combustibles fósiles. En 2024, se prevé que esta cifra aumente a diez veces más, destaca el informe, y la energía solar fotovoltaica liderará la transformación del sector energético.
La agencia informa que actualmente se destina más dinero a la energía solar fotovoltaica que a todas las demás tecnologías de generación de electricidad juntas. Este año se estima que la inversión en esa energía aumente a 500.000 millones de dólares a medida que la caída de los precios de los módulos estimule nuevas inversiones.
China representará la mayor parte de la inversión en energía limpia en 2024, alcanzando un estimado de 675.000 millones de dólares. Esto se debe a la fuerte demanda interna en tres industrias en particular: la solar, las baterías de litio y los vehículos eléctricos. Le siguen Europa y Estados Unidos, con inversiones en ese sector de 370.000 millones de dólares y 315.000 millones de dólares respectivamente.
Estas tres grandes economías por sí solas representan más de dos tercios de la inversión mundial en energía limpia, lo que subraya las disparidades en los flujos internacionales de capital hacia la energía.
En la otra acera, se espera que la inversión en petróleo y gas aumente un 7% en 2024 hasta alcanzar los 570.000 millones de dólares, tras un aumento similar en 2023. El crecimiento del gasto en 2023 y 2024 corresponde predominantemente a las petroleras nacionales de Oriente Medio y Asia.
Retos en redes y almacenamiento de electricidad
El informe refiere que la inversión en petróleo y gas en 2024 está en gran medida alineada con los niveles de demanda implícitos en 2030 por las políticas actuales. Pero mucho más alta de lo proyectado en escenarios que alcanzan los objetivos climáticos nacionales o globales. Según la agencia, la inversión en energía limpia por parte de las compañías de combustibles fósiles alcanzó a 30.000 millones de dólares en 2023. Representando solo el 4% del gasto de capital general de la industria.
La investigación observó que la inversión en carbón sigue aumentando. Al menos en 2023 se aprobaron más de 50 gigavatios de energía a carbón sin cesar, la cifra más alta desde 2015.
Además de los desafíos económicos, las redes y el almacenamiento de electricidad han sido una limitación importante para las transiciones a energías limpias. Pero el gasto en redes está aumentando y se prevé que alcance los 400.000 millones de dólares en 2024, después de haberse estancado en 300.000 millones de dólares anuales entre 2015 y 2021.
El aumento se debe en gran medida a nuevas iniciativas políticas y financiación en Europa, Estados Unidos, China y algunos países de América Latina. Entretanto, las inversiones en almacenamiento de baterías están despegando y alcanzarán los 54.000 millones de dólares en 2024 a medida que los costos bajen. Una vez más, este gasto está muy concentrado.
Por cada dólar invertido en almacenamiento de baterías en las economías avanzadas y China, solo se invirtió un centavo en otras economías emergentes y en desarrollo.