Narendra Kaushik es el cirujano plástico que tiene entre manos esa intervención quirúrgica que proporcionaría un útero a una mujer transgénero, utilizando un órgano donado de un donante vivo o muerto.
«Toda mujer transgénero quiere ser lo más femenina posible», dijo Kaushik al diario británico The Mirror. “Y eso incluye ser madre. El camino hacia esa faceta es con un trasplante de útero, lo mismo que un riñón o cualquier otro órgano trasplantado”, agregó desde la clínica que dirige de reasignación de género en Nueva Delhi. Especializada en cambios de sexo y cirugías a pacientes trans y a donde acuden, según comentó, pacientes de otras partes del mundo especialmente del Reino Unido.
«Este es el futuro. No podemos predecir exactamente cuándo sucederá, pero sucederá muy pronto. Tenemos nuestros planes y somos muy, muy optimistas al respecto», confió el galeno indio.
Los preparativos para esa polémica cirugía, se produce cuando la India está superando a Tailandia como el destino de elección para este tipo de operaciones. «Muchos de nuestros pacientes nos dicen que sus parejas sexuales ni siquiera notan que no nacieron con órganos sexuales femeninos», afirmó Kaushik.
Los trasplantes de útero, que cuestan miles de dólares, todavía se consideran un procedimiento experimental. Se han registrado trasplantes de mujer a mujer con éxito, entre ellos en España. Pero solo ha habido un caso conocido de una mujer trans que se sometió a un trasplante de útero, pero murió solo unos meses después de sufrir complicaciones.
Trasplante de útero a mujer trans
El mundo cambia vertiginosamente con la aceptación de la diversidad de género. E incluso con su promoción, como es el caso de Disney y el contenido de sus producciones. También campean las relaciones de homosexuales que emplean vientres de alquiler para tener familia.
En Francia, se aprobó recientemente un instrumento legal, que permite a solteras y lesbianas contar con la procreación médicamente asistida.
En esta ocasión, la paciente trans de Kaushik desea ser mujer a plenitud y poder dar vida a un bebé. El cirujano trasplantaría un útero para después fecundarle in vitro y tratar de gestar un hijo.
El procedimiento, altamente arriesgado, sería toda una hazaña. Pretende implantar en un cuerpo masculino la matriz de una donante fallecida. O de una paciente a la que se le haya sometido a una histerectomía en un proceso de transición de género. Además, requeriría el uso de la fecundación in vitro para concebir al bebé y una cesárea, porque no tendría una vagina que funcione completamente.
Hace años el cirujano Christopher Inglefield, fundador de la Clínica Transgénero de Londres, afirmó que el procedimiento es «esencialmente idéntico» al de las «mujeres cis», también conocidas como mujeres nacidas en ese género. “Este nacimiento pionero es extremadamente importante para cualquier mujer trans que desee tener su propio hijo”.
Explicó que “una vez que la comunidad médica acepte esto como un tratamiento para mujeres cis con infertilidad uterina, como la ausencia congénita de matriz, entonces sería ilegal negarle el tratamiento a una mujer trans que haya completado su transición.
Inglefield manifestó que «hay límites claramente anatómicos cuando se trata de mujeres trans. Pero estos son problemas que creo que se pueden superar y el trasplante a una mujer trans es esencialmente idéntico al de una mujer cis».
Diversas opiniones y opciones
Simon Fishel es el principal experto en fertilidad de Gran Bretaña que participó en la investigación que condujo al nacimiento de la primera «bebé probeta» Louise Brown en 1978.
«Ya se han realizado trasplantes de útero en Dinamarca y otros países, aunque de una mujer a otra mujer. Nunca a un hombre», dijo. «Ahora supongamos que puede encontrar un lugar para el útero donado en un hombre y crear un suministro de sangre y el entorno endocrino correcto entonces, en teoría, es posible».
Y comentó que «es extraño, pero suceden cosas extrañas», agregó.
Por otra parte, Robert Winston, un médico británico de renombre emitió su opinión sobre el trasplante de Útero a una mujer trans. Comentó a The Mirror que el procedimiento era «muy peligroso».
«Los problemas son enormes, sería una operación muy difícil», dijo Winston. «Si no tienes un cuello uterino o una vagina que funcionen para permitir el canal de parto, el riesgo de muerte para la paciente sería muy alto. Tanto por la operación para permitir el trasplante como por el embarazo. Simplemente no sería éticamente aceptable», reiteró.
Kaushik, que dirige una clínica que realiza cirugías de afirmación de género, aseguró que confía en el procedimiento. El médico no ha revelado quién es la persona que se someterá al trasplante ni ha dado un calendario para la cirugía. Pero aseguró que “tenemos nuestros planes y somos muy, muy optimistas al respecto”.
Isabella Thalund, de 33 años, voló de Dinamarca a Delhi el año pasado para que Kaushik la operara. Si bien ella no quiere tener hijos, reveló que es el sueño de muchos.
Problemas bioéticos
En España, los responsables del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica de Valencia, doctores Julio Tudela y Cristina Castillo, se refirieron a la noticia como “un atentado” contra la buena praxis médica.
“El útero no es un órgano aislado que pueda incluirse en un cuerpo masculino, sino que pertenece a un complejo sistema reproductor programado para la fecundación y la gestación. Incluye estructuras anatómicas, fisiológicas y endocrinas de las que carece un cuerpo masculino. Las escasas probabilidades de que una intervención así pudiera prosperar ante el elevado riesgo que conlleva, no justifica en ningún caso su ejecución”, indicaron.
Del mismo modo, alertaron de “los postulados trans que pretenden revertir la naturaleza humana por resultar maleficentes”. Y aseguraron que “constituyen un atentado contra la buena praxis médica y el respeto a la dignidad humana por poner en riesgo de modo innecesario a pacientes sanos”. Como es el caso de la paciente trans de Narendra Kaushik, que se enfrentará a riesgos mortales obvios.