La inteligencia artificial tiene múltiples beneficios en diferentes áreas. Ya hemos visto cómo es utilizada para editar, escribir o traducir textos, también es aplicada en la medicina para el desarrollo de nuevos fármacos y recientemente se le relaciona con el medio ambiente y la sostenibilidad. ¿Puede ayudarnos la IA a salvar el planeta? algunos argumentan que sí, mientras que otros siguen pensando que en su lugar, traería efectos negativos.
La realidad es que ambas respuestas son válidas pues aunque esta tecnología ya está lo suficientemente avanzada, aún le falta. Entre sus ventajas encontramos que permite la automatización de procesos, agiliza la toma de decisiones y en ocasiones, reduce el error humano.
Pero su desarrollo es costoso, y su alta demanda puede acabar con los recursos no renovables que se utilizan para su creación, y la extracción de los mismos trae terribles consecuencias para el medio ambiente. Además, cada año produce más plástico en todo el mundo, por lo que la fabricación de equipos digitales que cuentan con inteligencia artificial supone un efecto negativo para los ecosistemas.
La IA puede ayudar a transformar la manufactura
De acuerdo con Jadah Swanborough, uno de los líderes globales ambientales, quien dirigió en el Foro Económico mundial, la inteligencia artificial podría ayudar a transformar la manufactura al reducir, o incluso revertir su impacto ambiental.
En definitiva, según los expertos, la IA es capaz de revertir los daños ambientales causados gracias a la base de datos Open Quantum Materials (OQMD) dotada de inteligencia artificial. A través de ella, los investigadores han descubierto materiales para la fabricación de electrónicos menos dañinos para el planeta.
También han logrado encontrar varios materiales que serán de ayuda para enfrentar los desafíos energéticos más apremiantes de la actualidad, por medio de la base de datos abierta y herramientas computacionales. Por ejemplo, el uso de óxidos metálicos que podrían ayudar a mejorar la eficiencia de las células solares para producir energía renovable con paneles solares.
Google utiliza la inteligencia artificial para reducir su impacto ambiental
La empresa Google, una de las más importantes actualmente, tiene una huella de carbono enorme. Consume tanta electricidad como la de 300.000 hogares españoles. Sin embargo, desde hace años tiene el propósito de acabar para siempre con sus emisiones. Para ello ha invertido 5000 millones de dólares en toda su infraestructura.
Una de las formas en las que lo hace es a través de la inteligencia artificial. Aunque la digitalización consume una enorme cantidad de energía, por medio de «algoritmos de aprendizaje general» han logrado reducir la energía necesaria para enfriar los centros de datos (que suponen el 3% del consumo energético global) en un 40%.
Según Sims Witherspoon, directora de DeepMind; una empresa de inteligencia artificial responsable de la reducción del consumo de energía de la empresa Google. Con ayuda de datos históricos como la temperatura, el clima y la cantidad de datos procesados, DeepMind «es capaz de saber cuándo activar el sistema de refrigeración mucho más rápido que un ser humano». Y de esta manera el enfriamiento es mucho más óptimo.
Inteligencia artificial para detectar la deforestación ilegal
Actualmente, la organización sin fines de lucro Rainforest Connection (RFCx) recicla teléfonos móviles viejos para ayudar a proteger la selva tropical de la tala ilegal. Utilizando la inteligencia artificial, han logrado orientarla a la detección de sonidos que puedan resultar peligrosos para el medio ambiente en zonas de bosques protegidos en las selvas tropicales.
La ONG aprovecha la automatización que ofrece la IA y, por supuesto, en el impacto socioeconómico que tendrá, sobre todo teniendo en cuenta las ramificaciones más amplias del cambio climático y las consecuencias a largo plazo de no detener esta deforestación ilegal.
Ahora, gracias a la tecnología de aprendizaje automático, cualquier teléfono inteligente puede servir como herramienta para ser utilizada como un detector de sonido inalámbrico.
Muchos siguen dudando de sus beneficios
Si bien estos avances son bastante significativos, aún falta mucho por recorrer para explotar al máximo todos los beneficios que tiene para ofrecer la inteligencia artificial en el medio ambiente, explican los expertos. Su uso comercial, presente en todas las tecnologías que consumimos, es muy criticado ya que es un algoritmo que trabaja las 24 horas del día y los 365 días del año. Y en ocasiones, nos deja casi sin privacidad.
Los casos más comunes son mediante las sugerencias que nos ofrece Google en sus búsquedas, o con «aceptando las cookies». Así como cuando compramos en Amazon o queremos ver una película en Netflix. Incluso muchos ordenadores ya tienen incorporado un micrófono con inteligencia artificial, capaz de anular el ruido ambiente.
Para muchos, estar constantemente rodeados de máquinas e inteligencia artificial representa un peligro, especialmente para el medio ambiente. Las máquinas trabajan con energía y requieren un arduo entrenamiento de parte de nosotros los humanos. En resumen, tiene un impacto ambiental mucho más importante del que se cree.
Investigadores de la Universidad de Amherst, en Massachusetts, Estados Unidos, han evaluado la huella ecológica que supone entrenar un sistema de inteligencia artificial. Los resultados indican que alimentar de datos a una máquina para que sea capaz de aprender el lenguaje de los humanos tiene un coste para el medio ambiente cinco veces superior a lo que contamina un automóvil durante toda su vida útil.