El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) instó a Hungría a proporcionar alimentos a los solicitantes de asilo que permanecen en campos de detención en la frontera con Serbia.
Distintos grupos de derechos humanos afirman que las autoridades húngaras han negado facilitar alimentos a los solicitantes de asilo en dos centros de detención de la frontera. Mientras tanto, este grupo de personas espera el resultado de su apelación al tribunal para tratar de ingresar a territorio húngaro.
El Parlamento de Hungría promulgó en junio leyes que penalizan dar cierto tipo de ayuda a los inmigrantes ilegales. También decidieron no aceptar solicitudes de asilo de migrantes que pasan antes por otro país donde se considera que están a salvo de ser perseguidos o perjudicados. Si consideran que en otro Estado se les proporciona un nivel adecuado de protección, las autoridades húngaras no aceptarán darles asilo.
Ya que todos los solicitantes de asilo llegan desde Serbia, país considerado por Hungría como «seguro», el rechazo es la vía segura. La Comisión Europea argumenta que «los cambios no se ajustan a la ley de la Unión Europea». Por esta razón, decidieron abrir un proceso contra Hungría.
El Comité de Helsinki para los Derechos Humanos solicitó al tribunal de Estrasburgo que interviniera. Argumentaron que se sostenía un trato «inhumano» en la frontera. Denunciaron que la Oficina de Inmigración y Asilo en Hungría rechazó facilitar alimentos a inmigrantes en centros de detención. La intención de estos actos era disuadirlos de apelar al tribunal para que regresaran a Serbia.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos relató a Reuters que exigió a Hungría proporcionar alimentos para los solicitantes de asilo. Hasta en cuatro ocasiones hicieron este reclamo durante su instancia en centros de detención.
Rechazo de Hungría
El primer ministro húngaro, Viktor Orban, es uno de los principales detractores de la política migratoria de la Unión Europea. De ideología conservadora y nacionalista, el líder de Hungría no ve con buenos ojos a los inmigrantes. Considera a esta población «una amenaza para la civilización cristiana europea».
La postura de Orban, contraria a la inmigración, fue la insignia política que le permitió ser reelecto. Su aplastante victoria en los comicios de abril da ideas de cómo se dirigirá en relación a la política migratoria. Además, su partido, Fidesz, cuenta con una abrumadora mayoría de 133 de 199 escaños. Este panorama le otorga un enorme poder político.
Debido a esta situación, la mayoría de los migrantes que llegaron a Hungría procedieron a trasladarse a Europa occidental.
Reuters intentó contactar con la Oficina de Inmigración, sin embargo no hubo respuesta. Aún no hay cifras precisas de la cantidad de personas que se encuentran en estos centros fronterizos.
Para echarle más leña al fuego, un portavoz del gobierno húngaro expresó que aquellos migrantes cuyas solicitudes de asilo fuesen rechazadas, deben abandonar estos centros en la frontera.
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