A sabiendas de los beneficios que reporta el trabajo incesante y minucioso de las abejas para la polinización es poco lo que se ha hecho para detener su declive. Las colmenas en Europa se han venido achicando aceleradamente en los últimos años por múltiples razones. Para frenar la tendencia la Unión Europea aprobó un grupo de medidas que han resultado insuficientes.
El Tribunal de Cuentas de la UE elaboró un informe sobre las iniciativas destinadas a este conglomerado de insectos, cuyo desenvolvimiento no solo compete a los agricultores y ecologistas, sino a la humanidad. Y el fallo de los auditores advierte insuficiencias en el propósito por frenar el declive.
Las abejas son de gran utilidad para los cultivos y el hombre. Tanto para producir miel y cera como también para efectuar la polinización y garantizar la fecundación de las cosechas. Garantizan además la biodiversidad.
“Un tercio de todas las especies de insectos del mundo están en riesgo de extinción. Circunstancia que afecta a polinizadores como las mariposas y las abejas, esenciales para la producción de alimentos”, indica el informe de la ONG Amigos de la Tierra y la Fundación Heinrich Böll.
Las pérdidas conocidas son ya notables. “En los últimos inviernos, la mortalidad de las colonias de abejas melíferas en Europa ha sido del 20% de media. Con un amplio rango entre el 1,8% y el 53% de unos países a otros”, señaló Greenpeace España.
Aportes de UE y el declive de las abejas
La Unión Europea estableció un marco de medidas para dar respuesta al declive de las abejas e incluso, revertirla. Los auditores del Tribunal evaluaron la eficacia de estas acciones y aseguran que “no garantizan la protección de los polinizadores silvestres”. Y “la Estrategia de la UE sobre la biodiversidad hasta 2020 resultó en gran medida ineficaz para prevenir su declive”.
Los auditores señalan, además, que las políticas clave de la UE, entre ellas la política agrícola común, no incluyen requisitos específicos para la protección de los polinizadores silvestres. «De hecho, la legislación de plaguicidas de la UE es una causa principal de la pérdida de polinizadores silvestres”, denuncia.
Ningún factor por sí solo es culpable del descenso general en la población mundial de abejas. No hay duda de que este declive es consecuencia de varios factores, algunos conocidos y otros no, que actúan por separado o combinados. Los más destacados están relacionados con enfermedades y parásitos y con el estrés que se les desarrolla con las prácticas agrícolas industriales. Afectan su ciclo de vida. Sin olvidar el cambio climático, que supone una creciente amenaza para su salud. Y la degradación ambiental.
“Los polinizadores desempeñan una función esencial en la reproducción de las plantas y las funciones ecosistémicas. Su declive debe ser percibido como una amenaza de primer orden para el medio ambiente. Así como a la agricultura y al suministro alimentario de calidad. Desafortunadamente, las iniciativas de la UE para proteger a los polinizadores silvestres han sido insuficientes para dar frutos”, afirma Samo Jereb, miembro del Tribunal y responsable del informe.
Falta de claridad en las políticas
Los auditores constataron que otras políticas de la UE para evitar el declive de las abejas y al mismo tiempo, de fomento de la biodiversidad, no contienen requisitos específicos para la protección de los polinizadores silvestres. La Comisión no empleó opciones en cuanto a medidas de conservación de la biodiversidad. En ningún programa se incluyen Directiva de Hábitats, Natura 2000 y el programa LIFE.
Con respecto a la Política Agrícola Común los auditores consideran que es parte del problema y no de la solución: «Los requisitos de ecologización y condicionalidad en el marco de la PAC no han sido eficaces para frenar el declive de la biodiversidad agrícola”.
Asimismo, los especialistas destacan que la legislación actual de la UE sobre pesticidas es incapaz de ofrecer medidas adecuadas para proteger a los polinizadores silvestres. La legislación en vigor contiene salvaguardias para proteger a las abejas melíferas. No obstante, las evaluaciones del riesgo se siguen basando en orientaciones desactualizadas y poco acordes con los últimos conocimientos científicos.
En este sentido, los auditores señalan que el marco de las medidas de la UE dirigidas a reducir el declive de las abejas, se permite a los Estados seguir utilizando plaguicidas a los que se considera causantes de pérdidas masivas de abejas melíferas.
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