A medida que el cambio climático continúe acelerándose, crecerán las posibilidades de que se produzcan más incendios en todo el mundo en las próximas décadas. Así lo advierte un nuevo informe de Naciones Unidas, el cual estima que para fines de siglo el riesgo mundial de incendios forestales incontrolables podría aumentar hasta en un 57 %. Aunque es probable que en algunas regiones se registre una mayor o menor actividad, dependiendo de su historial de incendios forestales.
Sea como sea los gobiernos deben prepararse ante tal amenaza. El informe del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) y GRID-Arendal, una organización ambiental sin fines de lucro con sede en Noruega, realizado por más de 50 investigadores de seis continentes, insta a las autoridades a destinar más fondos a reducir los riesgos en lugar de destinarlos a las respuestas de gestión y extinción de incendios.
Hay más riesgos en las regiones más afectadas
En las últimas décadas los incendios forestales se han vuelto más intensos. El año pasado, el oeste de los Estados Unidos y Canadá experimentó una ola de calor extrema, vinculada con el cambio climático, y dio pie a varios incendios forestales. Uno de los más destacados fue en el límite entre Oregón y California, donde se quemaron miles de hectáreas. El evento causó la evacuación de varios residentes e incluso el cierre de las carreteras principales. En Vancouver murieron decenas de personas debido a las altas temperaturas.
Los incendios forestales también han llegado al este Australia y el calor extremo y la quema a Siberia. Pero el clima cálido y las lluvias débiles también pueden disminuir la cantidad de vegetación que puede alimentar los incendios, según el informe. Mientras que en otros lugares, la disminución de la humedad puede hacer que la vegetación sea más inflamable, lo que ayuda a que los incendios se propaguen más fácilmente.
El informe indica que de no ser por el calentamiento global causado por las emisiones de gases de efecto invernadero, estas olas extremas de calor probablemente no hubieran ocurrido. Si no se reducen las emisiones y el planeta se calienta aún más, los riesgos de incendios forestales podrían aumentar hasta en un 57%. Mientras que en un escenario moderado la probabilidad podría aumentar hasta un 30% para 2050 y hasta un 57% para 2100, dijeron los investigadores.
Ningún rincón del planeta está a salvo
El informe de la ONU indica que hay regiones donde no era tan común que se produjeran incendios descontrolados. Por ejemplo en Rusia, al norte de la India y el Tíbet. Por el contrario, hay lugares del África subsahariana donde la actividad de incendios ha disminuido durante las últimas dos décadas, en parte porque la sequía ha acabado con más vegetación, dijeron los científicos.
Según el informe, por cada dólar que se gasta en los Estados Unidos en la gestión de incendios forestales, casi 60 centavos se destinan a las respuestas de extinción de incendios. Es decir, se gasta mucho más presupuesto en reaccionar a los desastres y a ayudar a las comunidades a recuperarse, en lugar de usar esos fondos para hacerlas más resistentes a futuros incendios.
Asimismo, desde las Naciones Unidas hacen un llamamiento a los gobiernos a adoptar estrategias basadas en la prevención y preparación, que integren los conocimientos ancestrales. Así como a asignar adecuadamente los presupuestos. “Debemos minimizar el riesgo de incendios forestales con mejor preparación: tenemos que invertir más en la reducción del riesgo de incendios, trabajar con las comunidades locales y fortalecer el compromiso global para combatir el cambio climático”, dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
Crisis mundial de incendios forestales
La publicación del PNUMA califica al fenómeno como una crisis mundial de incendios forestales. Y es que el calentamiento global, las sequías y los cambios de uso de la tierra son los causantes de esta amenaza de desastre generada por la actividad humana.
Los incendios forestales afectan de manera desproporcionada a los países más pobres del mundo, según el estudio. Con impactos que se prolongan mucho tiempo después de que el fuego se apaga, impidiendo su progreso hacia el desarrollo sostenible y agudizando las desigualdades sociales. Los costos de la reconstrucción tras los incendios a menudo está fuera del alcance de los países de renta baja, recalca el documento.
Además, la salud de las personas está en peligro. El humo de los incendios forestales afecta directamente al sistema respiratorio y cardiovascular. Datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), indican que el calor extremo se cobra cada año la vida de al menos 600 estadounidenses.
La naturaleza también se ve afectada por los incendios forestales. El fuego arrasa con los hábitats naturales y las especies, y ya hay algunos animales y plantas en riesgo de extinción. Un ejemplo que cita el informe es cuando en 2020 los incendios forestales en Australia acabaron con miles de millones de animales domésticos y salvajes.
Los incendios forestales también empeoran el cambio climático ya que devastan ecosistemas sensibles y ricos en carbono como las turberas y las selvas tropicales. «Esto convierte los paisajes en polvorines y dificulta detener el aumento de las temperaturas», subrayan los científicos.