Con el objetivo de trazar un camino previo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) que se celebrará en noviembre de este año, la Carta de la industria de la moda para la acción climática y en colaboración con la Alianza de Marrakech para la Acción Climática Global, COP Champions y Race to Zero hizo público el primer documento de progreso Descarbonising Fashion que analiza en profundidad su historia y sus logros. El informe interactivo en línea detalla los hitos de la acción climática en el sector de la moda hasta la fecha. Además, proporciona una visión de futuro para las prioridades futuras de la industria.
El documento explica las acciones necesarias para que el sector de la moda alcance cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. A más tardar para 2050. Y está alineado con las ambiciones globales de mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados. Sin embargo, no toma en cuenta que para llegar a las cero emisiones es indispensable reducir la contaminación que deriva de la industria de la moda.
Microplásticos en la industria de la moda
La ropa es responsable de un tercio del microplástico de los océanos, de acuerdo a un estudio de la Institution of Mechanical Engineers. Los microplásticos son minúsculas partículas que acaban en nuestros platos de comida y por ende, en nuestro organismo. También afecta a numerosas especies como los peces o las tortugas y empeora la contaminación del mar y del aire que respiramos.
Cada vez que se lava una prenda, hasta 700.000 fibras microscópicas llegan a las aguas. Ahí, son engullidas por la vida marina e incorporadas finalmente a la cadena alimentaria. Todo esto hace que la industria de la moda sea fundamental en el camino hacia la descarbonización. Debería obligarnos a revisar la huella ecológica que causamos con la ropa y a apostar por la moda sostenible y unos hábitos más respetuosos con el planeta.
Informe de hitos Descarbonising Fashion
Niclas Svenningsen, Gerente de Acción Climática Global, asegura que el informe muestra lo que se necesita para llevar la economía real a un mundo neto cero. Por ello, toca todos los niveles de acción, desde los gobiernos y los productores hasta las marcas y consumidores. «Estamos convencidos de que esto ayudará a las partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) a aumentar la ambición y convertir sus compromisos del Acuerdo de París en acciones. Al final, la acción climática es algo que todos deberíamos usar», agrega.
El Informe de progreso llega en un momento crucial para la industria de la moda y en el período previo a la COP26. Desde su creación, la Carta ha experimentado un progreso considerable en la ambición climática de toda la industria. Según Stefan Seidel de PUMA y Tracy Nilsson de adidas, Copresidentes de Comité Directivo de la Carta, con el compromiso de las 125 empresas y 41 organizaciones que la integran, la agenda de acción climática para la moda «se ha elevado significativamente». Incluso, muchas organizaciones del sector ahora incorporan las prioridades climáticas en sus decisiones comerciales y estrategias a largo plazo.
Para transformar verdaderamente la industria y alcanzar los compromisos de bajas emisiones de carbono, el equipo involucrado en el documento, señala que hay que buscar soluciones rápidas de descarbonización en todas las cadenas de valor. Para ello, trabajarán para alinearse con un objetivo de temperatura de 1,5 grados, fomentar la sistematización de objetivos de materias primas bajas en carbono y aumentar la promoción de políticas climáticas. Además de aprovechar las herramientas financieras emergentes, escalar la energía renovable y la eficiencia energética en la cadena de suministro, eliminar el carbón en la fabricación, promover una acción climática más amplia y la participación de los consumidores.
Hacen falta metas más ambiciosas en la industria de la moda
La moda contribuye en gran media a la contaminación de las aguas, consume mucha energía y produce muchas emisiones. Por ello, es fundamental abordar los residuos y alargar el uso de las prendas apostando por una segunda vida o comprando prendas elaboradas con materiales orgánicos y sostenibles en lugar de fast-fashion.
Datos de Greenpeace estiman que al conservar una prenda de ropa un par de años más de lo usual se reducen las emisiones de CO2 en un 24%. Además de favorecer un menor gasto de agua y materias primas.
Otro punto importante para que la industria de la moda vaya en la misma línea de la COP26 es revisar el proceso de corte de los materiales que se usan para confeccionar. Cada año se desechan 60.000 millones de metros cuadrados. Las telas que se usan para la ropa deben estar diseñadas para no arrojar desechos con el lavado.
También se debe bajar el consumo y la producción de ropa. La Institution of Mechanical Engineers en su estudio calcula que existen 20 prendas nuevas fabricadas por persona y año. Mientras que los consumidores compran un 60% más que en el 2000.
Tal y como dice el informe de hitos de descarbonización de la moda, el cambio climático es el desafío a largo plazo más urgente que enfrenta la civilización. Para evitar sus impactos se necesitan acciones urgentes. Sobre todo en una industria tan importante como la moda, el tercer sector manufacturero más grande del mundo.
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